El paradisíaco balneario clandestino copado por cientos de personas
Emplazadas en un espacio privilegiado por la naturaleza, las cavas de Cerro Leones no dejan de constituir un atractivo que indefectiblemente tienta a cientos de personas que en las jornadas de calor no pueden dejar de concurrir a ese espacio paradisíaco.
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Cuando las elevadas temperaturas comienza a azotar la ciudad, el balneario clandestino se constituye en el centro que congrega a familias completas, parejas, grupos de amigos y adolescentes que en el marco de un paisaje imponente, disfrutan de los inmensos espejos de agua cristalina y todas las bellezas que otorga este espacio natural, que lo trasforman en un verdadero paraíso.
No obstante, hay que recordar que estos piletones naturales elegidos por los vecinos de la ciudad y localidades aledañas, continúan siendo un lugar prohibido ya que se trata de un predio de propiedad privada.
Asimismo, no deja de revestir cierta peligrosidad con sectores que tienen profundidades mayores a 25 metros. Por dicha razón, año a año se renueva el reclamo de aquellos que habitualmente se refrescan en las aguas de las cavas de que exista una habilitación municipal que haga del predio un espacio con las medidas de seguridad necesarias para que todos puedan disfrutar del maravilloso espacio sin correr el riesgo de que ocurra algún tipo de accidente.
Un lugar paradisíaco
A pesar de que en muchas oportunidades hubo ideas de explotarlo como destino turístico, eso nunca se llevó a cabo hasta el momento.
Desde temprano arriban los visitantes dispuestos a pasar una amena jornada y preparados con sombrillas, lonas, toallones, sillas, canastos de comida y todo lo que habitualmente se lleva a la playa o a la pileta ya que el lugar nada tiene que envidiarle a otros balnearios. Algunos aprovechan incluso para hacer un asado, un picnic o tomar unos mates mientras se bañan en las límpidas aguas que contienen esas ollas gigantes de piedra.
Antes de acceder al predio, ya es posible percibir el movimiento del lugar, con una importante cantidad de vehículos estacionados afuera, mientras que otros ingresan con sus motocicletas con las cuales llegan hasta las cavas luego de atravesar un sendero verde que conduce a los espejos de agua.
Mientras los niños juegan en los lugares de menor profundidad, los adolescentes y algunos adultos se atreven a lanzarse desde lo más alto del precipicio, para caer vertiginosamente en el espejo cristalino.
Son dos los inmensos piletones que atrapan al público de distintas edades y clases sociales. Uno de ellos, el de menor profundidad, es el más elegido por las familias y por aquellos que practican la natación. Mientras que el otro, de mayor profundidad, atrae mayormente a aquellos que practican buceo, pesca e incluso muchos que arriban con sus kayaks dispuestos a recorrer la atrapante inmensidad.
Una mini playa
Verónica Sánchez, del barrio La Movediza, contó que “es la primera vez que venimos. Es muy lindo, familiar, y la pasamos muy lindo en este día de tanto calor. Hay nenes chiquitos, y gente grande, de todas las edades, así que está muy bueno”.
“Está re lleno. Entra y sale gente todo el tiempo. Es muy lindo el paisaje para sacar fotos, la gente toma sol, es una mini playa, sólo falta la arena. Nosotros vinimos en auto y lo tuvimos que dejar afuera pero entran y salen motos todo el tiempo, así que estaría muy bueno que lo habilitaran porque es privado pero está lleno de gente. Hay muchos chiquitos, así que sería necesario un guardavidas, porque hay zonas más hondas y otras más bajas”, afirmó.
En tanto, Cristian Cicopiedi expuso la necesidad de que traigan “alguien que cuide a la gente, es lo único que hace falta. Está espectacular, es la primera vez que vengo pero voy a venir siempre porque me encantó”.
Un lugar familiar
A su turno, Jorgelina Sánchez, también de La Movediza, consideró que el lugar es “lindo, familiero. Nos dijeron que era lindo y aprovechamos a venir con toda la familia porque hacía tanto calor”.
“Lo tendrían que arreglar, mejorarlo un poco. La verdad que disfrutamos, se dicen muchas cosas feas, que no hay seguridad y demás pero la verdad es que es un lugar hermoso y muy tranquilo. Me gusta mucho, está para seguir viniendo”, sostuvo.
Por su lado, Nancy Suárez consideró que el lugar “es muy lindo para pasar una tarde, sería bueno incorporarle más cosas para que pudiera venir más gente. Es la segunda vez que vengo y siempre hay mucha gente”.
“Lo prohibido es lo que más tienta”
Claudia contó que “es la primera vez que vengo, no conocía. Vinimos en familia, es muy concurrido, por eso creo que habría que darle más importancia, porque me comentaba uno de mis cuñados que en un momento se hablaba de que querían darle más vida al lugar”.
“Sería necesario un guardavidas porque viene tanta gente y lo prohibido es lo que más tienta”, indicó.
Además, enfatizó que “hay un movimiento impresionante. Inclusive recién vi un señor discapacitado con muletas, así que es apto para todo el mundo, todos están disfrutando el agua”.
Otra de las visitantes, Julieta, de la zona de la Terminal, afirmó que “es la primera vez que vengo, nos trajo un amigo. Está muy bueno, deberían hacerlo un poco más seguro, porque es lindo para venir a refrescarse, se ve que las familias están re acostumbradas a venir”.
Su amigo Facundo contó que siempre concurre al lugar y le gusta mucho pero que “estaría bueno que hubiera tachos de basura, más limpieza porque la gente tira mucha basura”.
Pero recalcó que “es tranquilo, cada uno está en la suya”.
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