Rueda le apunta a Japón: “Es la pelea que necesito”
“Entrenando fuerte, intercalando las prácticas acá y en Mar del Plata”, describe Matías Rueda su presente, cuando transita su etapa de preparación con miras a una posible pelea por un título interino o un combate eliminatorio, que se llevaría a cabo en Japón en la segunda quincena de marzo.
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Así lo reveló ayer en la charla con este Diario, en su gimnasio de calle Arana, donde divide su propio acondicionamiento con los entrenamientos de tipo recreativo para un nutrido grupo donde predominan jóvenes y adolescentes.
“La Cobrita” explicó que “hay cosas por definir, entre ellas la parte económica, la cantidad de rounds y los días de anticipación con que viajaríamos, ya que se necesita tiempo de adaptación por el cambio horario. Sería por un título del mundo interino o una pelea eliminatoria”.
Rueda sabe que la posibilidad en Japón no quedará sellada hasta tanto estén firmados los correspondientes contratos, y por eso “evaluamos la alternativa de pelear acá en la zona”. Al respecto, asegura que “no importan tanto los rivales para la preparación. Lo que cambia es la motivación, porque no es lo mismo una pelea nacional que una frente a un rival extranjero de jerarquía”.
El rival apuntado es el japonés Hidenori Otake, nacido hace 35 años en Koriyama y residente en Tokio, donde realizó toda su carrera con excepción de una chance mundialista. Fue a fines de 2014, cuando el inglés Scott Quigg lo derrotó por puntos en fallo unánime en Liverpool, logrando retener el título de la Asociación Mundial de Boxeo en categoría supergallo, la inmediata inferior a pluma, donde se destaca el tandilense.
Otake es profesional desde 2005 y su record es de 27 victorias (12ko), 2 derrotas y 3 empates. Durante 2016 lo visitaron un par de latinos, el panameño Hernán Cortez y el venezolano Alexander Espinoza, a los que derrotó mediante las tarjetas al cabo de ocho rounds. El asiático está en el décimo puesto del ranking mundial pluma de la Federación Internacional de Box, que tiene como campeón al galés Lee Selby.
Ahondando en su análisis, Rueda asegura que un rival como el japonés fue el que le faltó antes de ir por el título mundial frente a Oscar Valdez, quien lo noqueó en la segunda vuelta en Las Vegas para capturar el cetro de la Organización Mundial de Boxeo, que estaba vacante: “aquella vez pasamos de Paniagua a Valdez, sin desmerecer a Paniagua que es un excelente boxeador. Pero nos faltó ese escalón que hay en el medio, porque las cosas no se dieron para conseguirlo. La pelea en Japón es la que necesito para medirme”.
El campeón argentino y sudamericano de los pluma espera novedades para modificar su método de trabajo: “Actualmente estamos mayormente en Tandil y viajamos poco a Mar del Plata. Cuando se confirme fecha de pelea, la idea es instalarnos directamente allá para trabajar con Gabriel Villalobo y su padre”.
En la ciudad balnearia, Rueda encontró “la exigencia que necesitaba. Allá no hay demasiados profesionales, pero hay muchos amateurs con hambre, no les importa a quien les ponen adelante porque quieren llegar y entregan lo mejor. Por ahí un profesional regula, porque está pensando en su aire y su físico. Además, no pasa lo de Tandil, que hay rivalidad entre gimnasios. Allá son mucha más cantidad y se prestan los boxeadores, son generosos”.
“La Cobrita” apunta que “el equipo de Villalobo está haciendo un trabajo muy bueno, haciéndome usar los desplazamientos con las piernas y sin tirar golpes innecesarios. Fue lo que hice en mis inicios y lo que fui perdiendo con el tiempo, tal vez porque me alcanzaba con poco para ganar”.
Entre bolsas, vendas y guantes; el gimnasio de Arana va poblándose de jóvenes y mayores dispuestos al esfuerzo físico. Quedan Rueda y su ilusión de que llegue otra gran posibilidad para su carrera. De fondo, en la radio que decora el ambiente, suena la voz de Solari: “Seré heraldo de buenas noticias”. En Tandil, las esperan.
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