“Ruta de la efedrina”: otro detenido y dos nuevas declaraciones
En una jornada esperada en el Juzgado Federal de Zárate-Campana, el magistrado Federico Faggionato Márquez tomó declaración a un médico cirujano y una camarera de Pilar, testigos importantes en la causa.
La moza, que ya había declarado ante la fiscal porteña que tenía la causa, solía atender y tenía una relación amistosa con Sebastián Forza, uno de los empresarios asesinados, en un bar de una estación de servicio de la localidad de Pilar donde desayunaba diariamente. También se había presentado ante el juez Faggionato Márquez, aunque en éste último caso fue “confusa” y por eso volvió a ser citada.
El juez quiso conocer si la mujer podía identificar a alguno de los hombres con los que Forza mantuvo reuniones incluso hasta el día de su desaparición, ya que el lugar de trabajo de la camarera habría sido el último donde se los vio con vida. Entre las personas reconocidas, existiría una de nombre Rodrigo, un mexicano al que la Justicia aún no pudo encontrar en el país.
También fue llevado para declarar en Campana el médico cirujano Gustavo Ricchiuto, quien trabajaba con José Luis Salerno y tendría datos sobre una operación de compra venta de efedrina de la que participó Forza.
Ese médico, que trabajaba con José Luis Salerno, socio del asesinado Damián Ferrón, no se presentó ninguna de las dos veces que fue citado anteriormente por el juez de Campana, quien hoy lo obligó a comparecer por la fuerza pública. La otra novedad de la causa fue la concreción de una nueva detención, la del dueño de un comercio de Villa Devoto, acusado de ser intermediario entre dueños de droguerías y la banda de narcotraficantes mexicanos que fue desbaratada en Ingeniero Maschwitz.
Los voceros consultados identificaron al aprehendido como Armando Giulliani, propietario de un local de venta de carnes, verduras y almacén del barrio porteño de Villa Devoto, vinculado a la causa de la “narco-banda” por un testigo de identidad reservada.
Este sujeto fue el detenido número 19 de la causa que lleva adelante el juez federal Federico Faggionato Márquez, quien lo vinculó con los narcos mexicanos a través del gerente de la banda, el detenido Marcelo Tarzia, donde Guilliani sería de intermediario para que los aztecas adquirieran una droguería.
Además, a raíz del seguimiento de un auto Volkswagen Passat que él solía manejar se supo que estuvo varias veces en el laboratorio de Ingeniero Maschwitz, el “búnker” del cartel mexicano. La coartada que Guilliani desplegó ante el juez Faggionato Márquez es que se dirigía a la quinta a llevar comida los martes y jueves, pero quedó establecido que también se lo vio en otras jornadas.
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