Se celebró una misa por el pan y el trabajo ante a un buen marco de público en la Estación de Trenes
En el día del Bicentenario de la Independencia, la Estación de Ferrocarril se convirtió ayer por la tarde en el escenario donde se celebró una misa por el pan y el trabajo, organizada por el espacio Colectivo Popular Cristino en función de la preocupación por la situación social actual.
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La convocatoria comenzó alrededor de las 15 en un sector de la Estación de trenes donde se montó un altar, flanqueado por una imagen del papa Francisco y de la Virgen de Luján.
En la oportunidad alrededor de un centenar de vecinos participó de la misa, que fue celebrada conjuntamente por el padre Fernando Lede Mendoza, el párroco del Santísimo Sacramento Marcos Picaroni y el padre Raúl Troncoso.
Vecinos de la zona, trabajadores, representantes de sindicatos, miembros de diferentes parroquias de la ciudad, los concejales del FPV-PJ Rogelio Iparraguirre y Darío Méndez, fueron algunos de los que acompañaron la iniciativa.
Tiempos para
estar unidos
“Nuestro prójimo hoy es cada hombre y mujer que la está pasando mal. Que le han asaltado sus sueños y proyectos, que le han robado la dignidad, el trabajo y el plato de comida de sus mesas y que lo han dejado tirado al borde del camino, al borde del sistema, afuera de la cuenta, lejos de la oportunidades”, expresó el padre Fernando ante los presentes.
En su discurso dijo: “Desde diferentes sectores, con banderas y sin banderas, con dificultades, con convicciones, con necesidades diversas, nos hemos reunido hoy porque estamos convencidos de que son tiempos en que tenemos que estar unidos”.
En un tramo de sus palabras, habló del evangelio escuchado, al que definió como “un relato hermoso y pedagógico, que recoge la enseñanza de Jesús sobre el amor al prójimo. Una historia muy actual que, por otro lado, nos remite directamente a situaciones similares que se repiten una y otra vez en nuestro tiempo y en todos los tiempos: el hombre, herido, asaltado y abandonado al costado del camino”.
Y agregó: “Hombres y mujeres de atrás de la ruta y del otro lado de la vía, de la villa tal o del barrio cual, estigmatizados, separados, mal mirados. Hombres, mujeres, niños y ancianos de Tandil, no del conurbano bonaerense, de Centroamérica o de Africa. De nuestra ciudad, de nuestros barrios. Ahí están los prójimos, esperando por buenos samaritanos”.
“Venimos a pedirle a Dios que nos ayude a compartir el pan y a luchar entre todos porque haya más oportunidades de trabajo. A organizarnos para pensar y crear herramientas y recursos que ayuden a salir adelante a los que están sufriendo porque quien debe cuidarlos, una vez más ha elegido mirar para otro lado“, sintetizó.
La celebración también incluyó la lectura de la carta que envió el papa Francisco al titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, donde advirtió que la “Patria no se puede vender” y también contó con las palabras del padre Troncoso que reclamó por la vuelta del tren.
Al finalizar, como gesto, se entregó a los participantes de la misa panes horneados por los integrantes del Colectivo Popular Cristiano para compartir con los presentes y sus familias.
Una “primera
buena intervención”
Culminada la experiencia, el padre Fernando Lede Mendoza repasó que la convocatoria se inscribió en la necesidad de “empezar a ayudar a que esto tome visibilidad y a que todos podamos tomar conciencia del problema para poder hacer nuestro aporte”.
En cuanto a la coyuntura actual indicó a El Eco de Tandil que “no se trata de una sensación ni de algo que nos cuenta nadie”, sino que “es algo que vemos en la parroquia”.
En ese marco los integrantes del Colectivo Popular Cristiano consideraron que una “primera buena intervención” era celebrar una misa por fuera del espacio de la iglesia, motivados “en el mensaje del Papa que invita a salir del templo, ir al encuentro de la gente”.
Así, se cumplió con la primera convocatoria que se convirtió en una “buena experiencia”, en relación a la buena respuesta que se logró en un lugar “público y tan significativo”.
Para finalizar invitó a reflexionar para que esta movida “sirva para que todos los que profesamos nuestra fe cristiana también podamos tomarnos el tiempo para pensar que la fe pasa por estos lugares”.
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