Se presentará en Azucena un libro que revaloriza la identidad de los pueblos rurales bonaerenses
El próximo 4 de mayo se presentará en la localidad rural tandilense el texto titulado "Desconocida Buenos Aires", del periodista entrerriano Leandro Vesco, que recoge historias de pueblos dispersos a lo largo de la Provincia. Los diferentes relatos transcurren -entre muchos otros rincones- en Fulton, María Ignacia, De la Canal y Azucena, epicentros de diversos proyectos y emprendimientos destinados a resignificar la vida en el campo en tiempos modernos.
Es fácilmente observable que los poblados rurales han visto reducido su caudal poblacional durante las últimas décadas. Diferentes fenómenos sociales, productivos y económicos han desplazado a las personas a concentrarse en los grandes centros urbanos en busca de mejores oportunidades. Pero aún así, los pequeños pueblos funcionan como una trinchera que ofrece a sus habitantes tranquilidad, un entorno natural privilegiado y desafiantes tareas de innovación para marcar la historia desde la actualidad.
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En este sentido, las localidades rurales de Tandil configuran una radiografía de la realidad bonaerense focalizada en las pequeñas comunidades, que resisten a la emigración urbana y apuestan por el desarrollo y la permanencia en el “pago chico” a través de diferentes propuestas.
De estas historias se hizo eco el periodista Leandro Vesco, quien dio forma a su libro “Desconocida Buenos Aires” con la materia prima de los parajes que salpican el interior provincial y constituyen tesoros escondidos en el seno de la vastedad pampeana. La presentación formal se hará el sábado 4 de mayo a las 18 en el almacén y tambo ovino Cuatro Esquinas, punto neurálgico que se halla en la entrada de Azucena.
El impulso a través de la gastronomía
Romina Somi, propietaria junto a Fabián Bugna de Cuatro Esquinas, manifestó que el autor pasó muchos años recorriendo la provincia para conocer y mostrar lugares que no figuran en el mapa, pero tienen una enorme potencia cultural y productiva en su acervo tradicional.
“Es una invitación a recorrer estos lugares y con esta excusa queremos invitarlos a Azucena, queremos recibirlos, que participen de la actividad y conozcan parte de las historias que Leandro sumó en el libro”, sostuvo. Además, solicitó que quienes deseen acercarse ese sábado a la comunidad, lleven un libro para donar a la biblioteca del pueblo, revalorizando de este modo la función social y educativa de las bibliotecas en estos lugares.
Tras la presentación del texto, habrá una degustación de quesos de la fábrica de Romina y Fabián, y chacinados de la firma Posta Pampa, un emprendimiento familiar que se encuentra a la vera de la Ruta 30 y busca consolidar la calidad tandilense en la elaboración de estos productos.
Alejandro Bonadeo, director de Turismo del Municipio, destacó la importancia de potenciar y acompañar desde el Estado el desarrollo del turismo rural para fortalecer el tejido social y productivo del Partido.
En este sentido, Ana Victoria Joosten, propietaria junto a su marido del emprendimiento de chacinados en el que trabajan de manera artesanal produciendo 1200 kilos mensuales de bondiolas, solomillo y chorizo seco -entre otras delicias-, señaló la importancia de revalorizar el turismo a través de la huella de la cocina criolla, tarea en la que están embarcados, con el objetivo de generar un circuito gastronómico que promueva una experiencia integral para el visitante ávido de conjugar el buen comer con el descanso.
“Toda la tierra es cancha”
El libro de Vesco hilvana narraciones en primera persona que unen el histórico Almacén de Lasarte en De la Canal, con la impronta que el escritor Osvaldo Soriano dejó en María Ignacia, localidad a la que inmortalizó en muchas de sus historias con el nombre de Colonia Vela. Se mete en el Comedor de Adela en Fulton, aterriza en Cuatro Esquinas y describe a Azucena, localidad de 150 habitantes, como “el pueblo donde las mujeres mandan”.
El infinito horizonte pampeano es tierra fértil para la literatura, que ha sabido sacar partido de un entorno rico en personajes, lugares y relatos que merecen ser contados. Como decía el gaucho Martín Fierro “el corazón se me ensancha, pues toda la tierra es cancha, y el que se tiene por hombre ande quiere hace pata ancha”. Incluso en la inmensa soledad del campo bonaerense, cuyos poblados centenarios se resisten a desaparecer bajo el yugo del olvido.
De este modo, el aislamiento se rompe y las comunidades rurales quedan inmersas dentro de una narrativa que las sumerge en el imaginario de una vida tranquila que se vuelve deseable y atractiva para otros.
Sobre esto, Romina refirió que quienes optaron por residir en las pequeñas comunidades rurales lo hicieron guiados por el deseo de llevar una vida más tranquila y relajada. “Estamos con la familia, no sé si se soporta el aislamiento si uno está solo, nosotros particularmente construimos nuestra casa, tenemos nuestro trabajo, no es complicado, disfrutamos nuestra elección de vida, disfrutamos del verde, de estar en contacto con los animales y lo demás se organiza, 30 kilómetros no es tanta distancia y la ruta está asfaltada. Quienes estamos ahí volveríamos a elegir vivir en el campo”, afirmó.
Somi aseveró que a través de la herramienta del turismo rural se logra atraer visitantes interesados genuinamente en ver el estilo de vida que se promueve en la zona rural y el tipo de producción que se da en las afueras de Tandil. “Son positivos los avances a corto plazo y la cantidad de gente que se acerca a conocer estos lugares y los termina eligiendo como destinos”, remarcó.
“En Azucena hicimos una asociación para mejorar el pueblo día a día, creo que hay impulso de los pobladores para crecer y que la gente lo incluya dentro de su itinerario a la hora de optar por un destino de descanso”, cerró.