Secuestraron más de cuatro toneladas de efedrina para traficar a México y EE.UU.
Más de cuatro toneladas de efedrina fueron secuestradas ayer en dos depósitos del barrio porteño de Núñez y de la localidad de Isidro Casanova, en el marco de una pesquisa orientada a un grupo de narcos mexicanos que tenía previsto traficar la sustancia a su país y a Estados Unidos.
Fuentes policiales informaron a Télam que el cargamento, que consideraron “record”, iba a ser traficado a mediados de 2008, aunque la operación se frenó y la sustancia quedó guardada debido a las derivaciones de los casos de la ruta de la efedrina y del triple crimen de General Rodríguez surgidos en esa época.
La efedrina es una sustancia que los narcos utilizan como precursor para la elaboración de metanfetaminas o drogas sintéticas, que en México se vende a un valor hasta cuatro veces superior que en la Argentina.
Voceros de Policía Federal, a cargo del operativo, dijeron que uno de los cargamentos, de 1.700 kilos de efedrina, fue hallado cerca de las 6 de ayer en el depósito de una vivienda de Atenas 394, de Isidro Casanova, La Matanza, donde fue detenido el dueño del lugar.
Los restantes 2.450 kilos de efedrina, en tanto, fueron encontrados en un depósito situado en 11 de Septiembre 3468, de Núñez, dentro de dos bauleras pertenecientes a un guardamuebles.
El jefe del Departamento de Tráfico Ilícito de Drogas Peligrosas, comisario inspector Miguel Castro, explicó a Télam que la efedrina iba a ser traficada a México por un grupo de ciudadanos de ese país que la había adquirido en Argentina.
Esa organización, explicó Castro, decidió ocultarla y no realizar la operación cuando a mediados del año pasado se descubrió un laboratorio de metanfetaminas en Ingeniero Maschwitz y, pocos días después, se cometió el triple crimen de General Rodríguez, cuya motivación, se sospecha, también está vinculada con el tráfico de esa sustancia.
No obstante, el jefe policial, aclaró que la investigación que derivó en el hallazgo de hoy, y que la Policía Federal realizó con colaboración de la DEA, no tiene vinculación con la banda mexicana desbaratada el año pasado en Ingeniero Maschwitz.
Fuentes policiales detallaron que en el primer procedimiento en Isidro Casanova, los federales secuestraron siete tambores de 200 litros cada uno repletos de efedrina y cerca de ocho paquetes de la misma sustancia, por un total de 1.700 kilos.
La policía llegó a ese lugar con un grupo de bomberos, ya que tenía información de que los tambores estaban enterrados, aunque, una vez en el galpón, vio que estaban en la superficie, sobre unas maderas y acondicionados para impedir el paso de la humedad.
En el lugar, los federales apresaron al dueño de la casa, cuya vinculación con la banda se investiga, en tanto, con la ayuda de Interpol, los pesquisas procuraban localizar a los mexicanos responsables de la organización.
Los voceros añadieron que en otro allanamiento realizado en un depósito de avenida Yrigoyen, de Morón, se secuestraron 80 tambores similares a los hallados en Isidro Casanova, aunque cargados con un desengrasante, que se cree iban a ser exportados todos juntos a México para disimular el tráfico de efedrina.
Finalmente, en el depósito de Núñez, la policía encontró las 70 cajas con un total de 2.450 kilos, de efedrina que, sumados al cargamento anterior, arrojan 4.150 kilos de esa sustancia, una cifra considerada “record” por los pesquisas.
En ese depósito no hubo personas detenidas, ya que las bauleras fueron, en principio, alquiladas de forma legal, según explicó a la prensa el encargado del lugar.
No obstante, voceros policiales dijeron que se secuestró la documentación relativa a la contratación de las bauleras y las cámaras de seguridad colocadas en ese lugar para profundizar la pesquisa.
Con la colaboración de la DEA y de Interpol, los federales tratan ahora de localizar a los mexicanos responsables de la maniobra, que se cree que ya no se encuentran en el país.
Además, los investigadores de Drogas Peligrosas analizaban documentación relativa a la importación de la efedrina al país por parte de alguna droguería y su posterior distribución, con el fin de identificar a todos los responsables del reparto de la sustancia hasta que llegó a manos de los mexicanos. (Télam)
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