Solari: ?El dirigente del fútbol argentino es raro?
Con motivo de brindar una charla en la Cámara Empresaria, el entrenador Jorge Solari arribó ayer a Tandil.
El ?Indio?, que viene de conseguir el ascenso a la B Nacional al frente de Atlético Tucumán, club del cual ya se desvinculó, trabaja desde hace muchos años en la escuela formativa de Renato Cesarini.
Quien como jugador fuera parte del plantel de la selección argentina que intervino en el Mundial de Inglaterra en 1966, fue entrevistado en el programa ?Posición Adelantada?, emitido de lunes a viernes por Tandil FM 104.1.
-Acaba de ascender con Atlético Tucumán pero no continúa al frente del equipo.
-Sí, los directivos son raros en Argentina. Armamos un buen equipo, jugamos bien y pudimos ascender. Teníamos una buena base para la B Nacional, pero no logramos ponernos de acuerdo con la dirigencia.
Es una pena, porque en Tucumán existe una enorme pasión por el fútbol, por lo que se pueden hacer muchas cosas.
-¿Qué análisis general hace de la dirigencia del fútbol?
-El directivo de antes ya no existe, aquel que nació en el club y de tanto estar en él iba adquiriendo conocimientos, incorporando cosas por estar cerca de los dirigentes de mayor trayectoria. Ya no hay un José Amalfitani o un Pedro Iso, que tenían una enorme pasión por su club y la gente misma los llevaba a su cargo. Ahora hay dirigentes que llegan a su lugar porque se les abre una posibilidad deportiva o económica de estar al frente de un club, pero no tienen la capacitación. Aparecen siendo improvisados, y con intenciones diferentes a las de sus pares.
-¿Tenía en Tucumán un plantel suficientemente competitivo como para ser protagonista en la B Nacional?
-Seguro, aunque siempre se necesitan refuerzos, hasta quien sale campeón de primera división se refuerza. Pero teníamos una muy buena base y habíamos encontrado un funcionamiento. El equipo conocía a qué jugaba, con cada jugador sabiendo lo que ocurriría en el partido, 3 ó 4 segundos después, algo que es clave.
-¿Estaba al tanto de las características de Santamarina?
-Sí, cuando yo estoy en un equipo tengo junto a mí un grupo de colaboradores de Renato Cesarini, que buscan referencias de los posibles rivales. Además, uno se contacta con gente de la zona para pedir referencias. Es bueno ir conociendo con anticipación, porque uno no sabe cuál puede ser su adversario a futuro. Aunque uno no puede garantizarse un resultado, es bueno no dejar nada librado al azar.
-¿Cómo es su adaptación a la conducción de un equipo de Argentino A después de haber trabajado en primera división y hasta en alguna selección?
-Uno tiene sus conceptos generales y después debe adaptarse. Si vos estás acostumbrado a dar clases en la universidad, y un día te mandan a la secundaria o la primaria, debés amoldarte. Claro que tendrás que tener cierta capacitación. Uno, a través de 50 años en el fútbol, ha encontrado la manera de manejarse, conociendo cómo se desenvuelve un jugador, un dirigente y hasta un utilero. La experiencia es muy importante. De pronto, es difícil la relación con el directivo, que se intimida cuando uno le grita porque no está acostumbrado a vivir determinadas situaciones. Y el dirigente es lo más importante en el club, aún por encima del jugador. En él nace todo, porque es quien elige al entrenador, que será quien escoja los jugadores. Hay que preparar al directivo, como también hay que hacerlo con el hincha. Muchos se van a enojar por lo que digo, pero el hincha no sirve para nada. Porque cuando ando bien, no lo necesito, pero sí cuando ando mal. Pero cuando me va mal, el hincha grita en contra, insulta a mis jugadores, genera disturbios que hacen que me suspendan la cancha y demás.
-¿Qué postura adopta usted fuera de lo estrictamente deportivo?
-En la última temporada, llegué a Tucumán y me fui a hablar con el Gobernador, que es hincha de Atlético y le brinda mucha atención al fútbol. Me dijo que trabajara tranquilo y que tomara las decisiones que hicieran falta. Además de ese respaldo, al técnico hay que darle tiempo. Yo de pronto puedo llegar a un equipo y ver que juega con cuatro defensores, y los laterales no aportan nada en ataque y en la marca dan ventajas, entonces tomo la determinación de cambiar algunas cosas, y a la gente puede no gustarle y pensar ?¿Qué viene a hacer éste acá?? Pero debemos tirar todos para el mismo lado, el plantel, el cuerpo técnico, la dirigencia, el público y hasta el periodismo. Al fin de cuentas, el interés común de todos es que al equipo le vaya bien y pueda estar en primera división, que es el negocio grande para cualquier club de Argentina.
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La selección actual
-¿Qué opinión le merece la actualidad de la selección argentina?
-Hay muchas cosas de las que dice Basile que son ciertas. Es difícil armar un equipo, cuando recibís los jugadores tres o cuatro días antes del partido. En el club es más fácil, porque los tenés todo el día y podés hacer doble turno, compartir más tiempo con ellos y demás. De pronto, en la selección no se ha conseguido el rendimiento colectivo que se espera de acuerdo con las individualidades.
Mucho se puede hablar sobre el gusto de cada uno, lo que está claro es que no hay técnicos giles, puede haber un dirigente o un jugador que lo sea, pero si hay un entrenador gil, el medio se lo devora de inmediato.
-¿Puede ser contraproducente juntar tantas figuras en un equipo, teniendo en cuenta que podría costarles resignar el protagonismo que tienen en sus clubes?
-Seguro, hay que trabajar en muchos aspectos. Con Messi, por ejemplo, hay que buscar que se vaya haciendo más caudillo, para que tenga más personalidad. Y a la vez se debe evitar que se agrande demasiado, hay que conducirlo, asesorarlo.
Uno debe adaptarse al jugador para saberlo llevar. Yo he dirigido futbolistas importantes como Maradona, Bochini, ?Tata? Martino, Redondo y tuve que tratarlos de acuerdo con su personalidad.
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