Sube a escena ?Mi madre es una gloria?
Una madre a punto de cumplir sus 80 años, en el jardín de su casa, recibe la visita de su hijo con una serie de directivas para terminar de organizar una fiesta para celebrar con familiares directos e indirectos.
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No será tarea fácil para él. Gloria no está dispuesta a que le organicen su vida, aunque sea una fiesta y ni que hablar a manos de su hijo.
Cada vez más invadida por la idea de que la van a llevar a vivir a casa de alguno de sus hijos o peor aún, a algún geriátrico, renace en ella una rebeldía que pondrá a prueba, el amor, la comprensión y la paciencia de su hijo.
Una madre expuesta al destino de su edad cronológica, con dos hijos. Uno que se ocupa de cada necesidad de su madre y la otra que brilla por su ausencia, pero que goza de la sobreprotección materna.
Una comedia deliciosa que lo hará reír a carcajadas pero quizás también lo emocione un poquito, casi sin querer.
Los responsables
-¿Cómo se preparan para la reposición de esta obra?
Marcos Casanova: -Muy contentos. Siempre es una alegría estar con funciones. Volvemos a Tandil y al Teatro de la Confraternidad que es un teatro hermoso, en el cual siempre nos han recibido muy bien y el público ha respondido de maravillas. “Mi madre es una gloria” está funcionando en todos los lugares a donde la llevamos y eso es una alegría.
Claudia Gayo: -Cuando nos avisaron de la posibilidad de hacer dos funciones en “La Confra” no dudamos en confirmar enseguida. Hace bastante que no andamos por ahí y tenemos muy lindos recuerdos de “Calzonudo”, “Putanesca” y otras.
-¿Cómo se sienten de hacerla en La Confraternidad?
Marcos Casanova: -Como te decíamos “La Confra” es uno de los teatros más lindos de la ciudad. Es precioso, la gente ha respondido siempre que me ha tocado estar allí. Recuerdo funciones con “Correveydile”, “El monólogo del cornudo”, “Lo que mata es el viejazo”, “Norma y Teté”, “Calzonudo y punto”, “Putanesca”. He estado en muchas oportunidades en ese lugar y es hermoso siempre volver, ya que me siento como en mi casa. Tiene un escenario amplio, la distancia con el público es la ideal. El camarín es súper cómodo y lo principal, los técnicos y todo el personal desde el primero al último te reciben y atienden a cuerpo de rey.
Claudia Gayo: -El público, como decíamos, nos acompañó siempre en este teatro y es real que ya, desde hace un tiempo, queríamos regresar ahí. Estamos felices de volver y creemos que la gente nos va a acompañar, como siempre lo hizo.
Vivencias
-¿Qué satisfacciones les dio esta obra?
Claudia Gayo: -Nos dio mucho más de lo que podíamos esperar. Es cierto que siempre antes de estrenar uno deposita expectativas pero, en este caso, la realidad la superó ampliamente. “Mi madre es una gloria” es una obra que abarca a todo el mundo y, si bien lo primero que aflora como respuesta a esta historia simple y a la vez muy compleja es la carcajada, ahí nomás aparece la emoción a flor de piel.
Marcos Casanova: -Tiene razón Claudia, pero aparte nos da la satisfacción luego 40 funciones de ser una obra que nos encanta hacer. Nos gusta llegar al teatro y contar esta historia en donde los personajes, madre e hijo, han logrado una química y una relación entre ellos que se transmite y nos devuelve el público.
-¿Qué devoluciones les dio el público?
Marcos Casanova: -Las más variadas y satisfactorias. En la sala, luego de cada función, nos encanta quedarnos a conversar con quienes gusten, como en la calle. Gente que remarca los dos polos que no necesariamente son opuestos. Marcan la risa y la emoción.
Claudia Gayo: -La respuesta de la gente nos sorprende. Cuando uno planifica en equipo se maneja en números y, en esos números, nos parece al menos improbable que podamos pasar las 40 funciones con tanto éxito. Sin embargo, acá estamos y eso se lo debemos a la gente que nos acompaña siempre.
Grandes actores
-¿Cómo fue componer la relación madre e hijo?
Claudia Gayo: -La relación entre la madre y el hijo es la obra en sí. Esa cuestión es la que hemos ido ganando con el correr de las funciones y lo que más ha crecido. La anécdota pasa a segundo plano. Lo más atractivo para trabajar y supongo que para ver, es la parte que emociona.
Marcos Casanova: -Es la parte que emociona y en donde todos se ven reflejados. Alejandra nos insistía en esta cuestión de la relación madre hijo desde la primera reunión antes de largar con los ensayos, y nosotros insistíamos en la anécdota, con el tiempo fue creciendo la relación y hoy en día es la arista fundamental de esta historia en “Mi madre es una gloria”.
-¿Qué es lo que más conmueve y divierte de esta obra?
Marcos Casanova: -A mí a esta altura se me desdibujan los límites entre ambas cuestiones. Me parece que lo mismo que hace reír, te toca por otro lado. Ambas cosas ocurren y va todo de la mano.
Claudia Gayo:- Me parece que la risa llega de la mano de la historia que estamos contando, de la anécdota y de las características más superficiales de los personajes, de la madre y del hijo que, en realidad, se parecen mucho entre ellos. La emoción surge del amor que los une, más allá de las circunstancias que están viviendo.
-¿A quiénes invitan?
Claudia Gayo: -A la familia entera, a los hijos y a las madres. A quienes tienen la gracia de tener la mamá viva y a los que guardan el mejor recuerdo de ella. La van a pasar muy bien y se van a ir llenos… muy llenos.
Marcos Casanova: -También invitamos a los que ya la vieron en las primeras funciones y van a ver la misma obra pero con los fundamentos de una relación que ha crecido un 100 por ciento. Todos tienen que verla porque aquí hay mucho trabajo y mucho amor puesto en un proyecto en el que el público es el único motivo. Recordamos que las funciones serán mañana a las 21.30 y el domingo a las 20.30 en el Teatro de la Confraternidad. Entradas en venta, anticipadas y con descuento, en El Eco Multimedios.
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