Tras 17 años sin la enfermedad, detectaron en Tandil diez casos de triquinosis humana
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Esta situación se registró luego de 17 años de no detectarse ningún enfermo en Tandil que padeciera esta patología.
Según relataron, los pacientes declararon que habían consumido días antes chorizo seco. Frente a esto, profesionales accedieron al producto que había sido comprado a un particular, se realizó el análisis bromatológico correspondiente y se confirmó finalmente la presencia de triquinosis.
Es por ello que ayer las autoridades decidieron alertar a la población y recordar las medidas preventivas, tanto para el consumidor como para el criador de cerdos.
En primera instancia, Daniel Binando informó que pese a que “por el operativo de prevención que siempre se hizo desde la Municipalidad la triquinosis quedaba en animales”, después de más de diez años que “no veíamos causas de triquinosis en humanos, ayer (por el viernes) hemos tenido casos”, todos ambulatorios, sumados a otras muchas consultas que recibieron que finalmente “fueron falsos síntomas”.
Posteriormente, Omar Olivera explicó que “la triquinosis en el partido de Tandil, en la provincia de Buenos Aires y casi en el país, es endémica, esto quiere decir que está permanentemente”.
En cuanto a la enfermedad en sí, detalló que se trata de “una parasitosis que afecta a los cerdos pero que, directa o indirectamente, afecta al ser humano, esto porque nosotros consumimos al cerdo. Y ésta es una transmisión directa que va vía la carne que no es cocinada. Es decir, el embutido seco, salado o el jamón salado o ahumado. Esto hace que cuando la persona ingiere esta carne que está parasitada del cerdo, se enferma”.
La importancia
del análisis
Olivera hizo hincapié en que lo primero que tiene que concretar todo aquél que faena el cerdo es el análisis correspondiente: “Al hacerlo, se detecta si esa carne está parasitada o no”, dijo y advirtió que en caso de estar parasitada “hay que destruir el cerdo”.
Además, remarcó que “hay que tomar otras medidas en el criadero. Van a faena todos los animales pero una faena controlada en un frigorífico, es decir, que tengan todos los análisis correspondientes y en un tiempo perentorio”.
Posteriormente, recordó que “los últimos casos humanos en Tandil fueron en 1995, es decir, hace 17 años que no teníamos triquinosis humana”, aunque aclaró que “todos los años tenemos entre 4 y 6 animales con triquinosis que se faenan”.
De todos modos, afirmó que “siempre la persona hizo las cosas bien, lo llevó a un laboratorio, hizo el análisis, dio positivo, se destruyó el cerdo y se fue cortando toda la cadena epidemiológica para que no llegara al humano”. Sin embargo, esta vez “parece que la situación no fue así”, denunció.
La procedencia
del producto
Olivera relató que tras recibir de ambos hospitales municipales “presuntivos casos de triquinosis”, automáticamente “saltó el alerta y lo primero que fuimos a buscar fue el producto que había consumido esta gente, que según dijo, había sido chorizo seco”.
Profesionales se dirigieron a los domicilios de estas personas, donde procedieron a “incautar los chorizos”, en pos de comprobar la existencia o no de triquinosis. Se realizó el análisis de Bromatología, cuyo resultado finalmente fue positivo.
Tras dar con la persona que comercializó el producto, Olivera informó que se llegó a conocer que “hizo embutidos. El dice que los llevó a analizar pero no presenta ningún tipo de comprobante que el profesional le tendría que haber entregado, por lo tanto, no queda ninguna constancia de que eso sea cierto. La cuestión es que aparecen personas enfermas, hasta ahora son diez, pero creo que va a haber más”.
Especificó que “se declaró como una faena familiar porque se hizo en una casa, pero esta persona -después nos fuimos enterando y siguiendo la situación- hizo venta en algunos lugares. Esto conlleva a que vaya a haber mucha más gente afectada que si hubiera sido dentro de una sola familia”.
El director de Bromatología contó además que “ayer, cuando fuimos a la casa de esta persona junto con el veterinario de Asuntos Agrarios, encontramos que según él es de otra faena posterior de como 250 kilos de chorizo, que obviamente no va a ser para consumo familiar”, producto que será destruido en las próximas horas.
Por último, Olivera agradeció al Departamento de Zoonosis de Azul, dependiente del Ministerio de Salud de la Provincia, en particular “al doctor Jorge Bolpe, que nos envió antiparasitarios para utilizar en los seres humanos, que fueron entregados al Hospital”. u
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Las precauciones
del consumidor
“En la calle no hay que comprar ningún producto alimenticio, y digo en la calle como puedo decir en cualquier lugar donde no le vean etiqueta, una marca, compren en un negocio responsable”, advirtió el director de Bromatología local respecto a las medidas preventivas.
En el caso de los chorizos, aclaró que “no se puede comprar nada que no se sepa de dónde viene y si se lo trae un amigo o un conocido, preguntarle si hizo el análisis”, al tiempo que pidió que “lleven a analizar a lugares autorizados, porque hoy lo que indica la ley es que se debe hacer la digestión artificial rápida, que es nada más ni nada menos que lo mismo que hacemos nosotros en nuestro estómago, lo hacemos en el laboratorio”. En Tandil, el profesional informó que hay varios laboratorios habilitados para esa prueba, y uno de ellos el de Bromatología.
Recalcó por último que “si uno hace una faena propia, por ahorrarse 60 pesos no hay que dejar de hacer el análisis, es fundamental”, porque alertó que la triquinosis “puede ser mortal y si no, pasamos un mal momento, porque si es una persona que trabaja, va a perder días de trabajo o también pueden quedar algunos tipos de dolores musculares y articulares de por vida”. u
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Los síntomas de la patología
En cuanto a los síntomas, el doctor Iñaki Gilabert informó que “todos pueden ser confundidos con otras enfermedades”, al especificar que son “dolor de cabeza, vómitos, náuseas, algunas diarreas, edema en los párpados, los ojos colorados”. Indicó que “la gran mayoría de los enfermos tiene estos síntomas, que se autolimita, por lo general, sólo a lo largo de un tiempo prolongado. Con medicación esto lo podemos acortar y tener una solución pronta”.
Especificó que “desde que uno consume hasta que aparecen los síntomas pueden pasar dos o tres semanas y tenemos que hacer la relación directa del consumo con estos síntomas, que no es fácil para nosotros”.
En estos casos que aparecieron, describió que “justo llega una familia, todos con edema en ambos párpados y ahí surge, porque si hubiera sido un solo caso y después de 17 ó 18 años que no hubo casos en Tandil, nos hubiera costado mucho más diagnosticarlo”.
Una vez que aparecen los síntomas, Gilabert informó que “tenemos medicación en el Hospital, van entre 10 y 20 días de medicación, y los casos graves -esperemos no tener ninguno- son porque el parásito se aloja en los distintos músculos”.
En la misma sintonía, Binando recordó que es importante “no comprar productos que no se pueda identificar su origen. Si van a hacer una faena familiar por favor que hagan los análisis y si van a la Guardia por estos síntomas, que le comuniquen al profesional que a tantos días han consumido embutidos de origen no preciso”. u
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