Tras sufrir el cuarto robo, aseguró que “ya no tengo más nada que me puedan robar”
Una vivienda situada en Maritorena 1065 fue el blanco de un robo por cuarta vez en el lapso de dos meses. El último ilícito sucedió el miércoles por la tarde, cuando el dueño de la propiedad, Pablo Klepalow, estaba trabajando. El damnificado aseguró que la zona es “tierra de nadie” y exigió respuestas de las autoridades. “Están buscando que la gente haga justicia por mano propia”, advirtió.
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En diálogo con El Eco de Tandil, Pablo Klepalow contó que sufrió cuatro robos en el transcurso de dos meses en su vivienda situada en Maritorena 1065.
Explicó que decidió hacer pública su denuncia a través de este medio porque “me quedó un sabor amargo, la angustia del ya no saber qué hacer. Ya no tengo más nada que me puedan robar, me dejaron solo tres pantalones, tres remeras y cuatro calzoncillos, y gracias a Dios no se llevaron algunas herramientas muy pesadas, porque yo me dedico a la construcción”.
“Estamos
vigilados”
“Las cuatro veces tuve que pagar vidrios, alarma, destrozos. De hecho, no terminé de pagar la alarma, la terminé de instalar el martes a la noche, y me la rompieron por completo”, indicó.
El último robo fue el miércoles alrededor de las 14, mientras que los anteriores se perpetraron entre las 7.30 y las 8.10.
“No estamos hablando de que entran de noche, sino cuando uno sale a trabajar. Estamos vigilados”, lanzó.
El damnificado aseguró que están asediados por los robos y que él tiene conocimiento de al menos diez robos domiciliarios que se concretaron en los últimos meses en viviendas de las cuadras aledañas.
“Tierra de nadie”
“Es tierra de nadie. La Policía los conoce, sabe los lugares que tienen que allanar, saben todo, pero están atados de pies y manos. Acá los que no se mueven son los fiscales”, denunció.
Y lamentó que “ayer (por el miércoles) a las 18.30 yo sabía quién me había robado, a qué hora, cómo se habían llevado mis cosas, dónde habían entrado y cómo las había sacado de ahí. Sin embargo el fiscal consideró que en el momento en que yo hice la denuncia, que fue a las 18 cuando volví a mi casa, ya era tarde para hacer un allanamiento, tenemos una Justicia demasiado lenta”.
“Yo decidí hacer esta nota porque ya no se qué hacer, están buscando que la gente haga justicia por mano propia y lo están buscando las autoridades”, cuestionó.
Impotencia
En tanto, aseguró que siente mucha impotencia porque cada denuncia “implica una serie de trámites burocráticos sacados de tu tiempo para que estos tipos sigan libres. En el tercer robo agarraron a un delincuente que tiene 19 años y 60 causas, lo agarraron saltando el alambrado en mi casa con mis pertenencias después de haber roto la puerta, vidrios, y la causa quedó como ‘Tentativa de robo’, es una causa que va a tener una pena mínima”.
“En ese tercer robo hablé con un ayudante de fiscal, que lo único que me pudo decir es que mejore la seguridad de mi casa. Tenemos que vivir entre paredones de cuatro metros de alto, con rejas, con alarma y con custodia privada”, lamentó.
En cuanto a patrullaje por la zona, aseguró que se ve “muy poco para la cantidad de chorros que hay”.
“Saltan el alambrado perimetral, revientan una puerta o ventana, en las primeras tres yo no tenía alarma, la casa la estoy terminando de construir si bien estoy viviendo, y todavía no pude hacer los paredones que debería hacer para estar un poco más seguro, por una cuestión de tiempo y dinero. Instalamos la alarma en las persianas para que se dispare antes de que me rompan los vidrios pero esta vez se tomaron el atrevimiento de romper primero las bocinas del exterior de la alarma, que puse dos, entonces nadie se enteró”, contó.
“Estamos
indefensos”
En cuanto al último robo, una vecina vio alrededor de las 14 “dos tipos pasar hacia casa, a las 14.30 los vio pasar con microondas, desmalezadora, una mochila grande, todo eso a pie”.
“En esta ultima oportunidad se llevaron casi toda mi ropa, perfumes, relojes, cuchillos, microondas, una desmalezadora, una cámara filmadora. Ya mucho no queda por robar porque anteriormente se llevaron la computadora, el microondas lo había recuperado porque lo encontré tirado en la vía, ahora me lo volvieron a robar”, explicó.
Y detalló que “trataron de entrar por la puerta principal que tiene trabas por dentro, me rompieron toda la madera, que yo la había restaurado con mi mujer, no pudieron entrar por ahí, entonces entraron por una persiana de atrás, la levantaron y rompieron el vidrio”.
“Los policías están atados de pies y manos por las leyes, estamos indefensos, no tenemos leyes que nos amparen. Con qué derecho tengo que vivir en una cárcel, ahora tengo que armar una cárcel para vivir yo adentro y que estos tipos estén libres”, expuso con indignación.
Y agregó que “levantaré paredones de tres metros y medio pero seguramente me van a seguir robando”.
“Creo que son menores mandados por un mayor y viven todos en la misma esquina, a la vuelta de mi casa. Es zona liberada, porque saben que no tenemos cámaras, y que la policía pasa de vez en cuando”, finalizó.
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