Carta de lectores
Tren de pasajeros, parte V: la verdad
Señor director:
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En mi anterior nota (Parte IV) publicada el 24 de mayo de 2018 sugería al señor Intendente que si deseaba la restitución del tren de pasajeros para nuestra ciudad se entrevistara con el presidente Macri. Además, le solicité que se defina públicamente sobre el tema, dado el nulo interés que demostró.
Sorpresivamente visitan Tandil el presidente Macri y la gobernadora Vidal el 25 del mes pasado, justamente las autoridades indicadas para pedirles el tren. Fue la mejor oportunidad. Y en el Hospital había carteles que decían: “Sí al tren, no a las canteras”.
Se dieron todas las condiciones (para evitar pedir la audiencia, esperar, juntar a la Gobernadora y viajar, provocar gastos, tiempo en viajes, etc.) en solamente diez minutos el señor Intendente pudo plantear el problema. Pero sorprendente e inexplicablemente no lo hizo. Se impone el interrogante ¿por qué?
Si lo hubiera hecho y conseguía la restitución del tren sumaba una cantidad importante de votos para el año próximo. Si lo hacía y no lo conseguía, quedaba bien con la comunidad. Pero no lo hizo. Pareciera que el presidente Macri le contagió la omnipotencia. El señor Intendente gobierna una ciudad, no una estancia. En esta ciudad hay más de 140 mil habitantes y buena parte de ellos necesita el tren por razones económicas, seguridad, comodidad, etc.
Solo le entregó al Presidente dos carpetas. Los temas de ambas carpetas contenían pedidos de fondos para infraestructura. Esas carpetas debió entregárselas a la Gobernadora, como corresponde. Luego los medios informaron que el Intendente le entregó dos carpetas al Presidente como hecho importante. Pero más importante hubiera sido una carpeta con el proyecto para dotar de más camas de internación al Hospital Ramón Santamarina.
Pareciera que el señor Intendente quiere erradicar todo lo que significa el Ferrocarril. Y por añadidura, a los ferroviarios (que hace poco los despidieron a todos). Solo queda el histórico edificio de la Estación. Que espero no la transformen en otra cosa que no sea para lo que fue construida: hacer patria.
Espero, y creo que gran parte de los tandilenses también, que diga públicamente los motivos de su negativa al tren. No debe olvidar que usted es el Intendente de todos los habitantes de esta ciudad.
J. Barrillaro
DNI 5.388.741
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¿Nuestra sociedad mejora con la reiteración de los paros?
Señor director:
Con todo respeto, me pregunto, ¿qué cambió con el paro del lunes 25 de junio del corriente año? El día después nos demuestra que a los problemas económicos que ya teníamos le hemos agregado la pérdida de alrededor de 28 millones de pesos, que faltarán en los bolsillos de muchos de los que llevaron a cabo esta huelga, justamente por reclamos económicos. También le han impedido trabajar a millones de personas, que son las que aportan con su trabajo e impuestos, el dinero para que ellos cobren planes y subsidios.
¿Después de esto se supone que el Gobierno va a sacar el tesoro que tiene escondido y lo va a repartir entre todos los huelguistas? Si bien el descontento de buena parte de la sociedad es comprensible, el hecho fáctico es que un puñado de gremialistas, que están más preocupados por su situación judicial que por el bien general, siguen haciendo demagogia y tienen el poder para parar el país, agravando la situación existente.
El Gobierno cuando asumió no se animó a sincerar y corregir, tal vez por temor a provocar estallidos sociales o por impericias, una construcción que heredó con graves defectos estructurales, e intentó apuntalarla, pero finalmente se terminó desmoronando por los vicios originales que no supieron, no quisieron o no pudieron modificar. El fracaso de la Argentina es el fracaso de los llamados “gremialistas y políticos” que todavía no han encontrado la solución adecuada para reemplazar a las huelgas.
Amílcar Rojo
DNI 4.729.843
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La armonía es solamente por el Mundial de fútbol
Señor director:
No soy muy futbolera, como platense simpatizo con Estudiantes de La Plata y me alegró el golazo de Rojo obviamente. Pero más allá de todo sentí algo muy claramente, el tan necesario desborde de alegría colectiva en casas, oficinas, calles y plazas. Cuando el adversario (o enemigo) es externo, a nosotros (pongamos una copa mundialista o el reclamo por las islas Malvinas) todos, absolutamente todos, nos encolumnamos. No hay grietas, divisiones, ni enfrentamientos, indefectiblemente, todos nos ponemos la misma camiseta, tiramos del mismo carro, todos remamos en la misma dirección, todos unimos esfuerzos y voluntades en pos de una causa, de un objetivo en común.
En cambio, cuando el adversario está adentro, cuando convivimos con gente que piensa y actúa diferente, ahí nos cuesta horrores ponernos de acuerdo, negociar, ceder, escucharnos, tolerarnos. Restamos en lugar de sumar, perdemos energía y tiempo en rencillas inútiles, inconducentes. ¡Qué pena que esa esporádica armonía, que sea imprescindible unión, ¡no dure más que un torneo Mundial de fútbol!
Irene Bianchi
DNI 3.777.606
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