Tres misterios
El Luna Park, el jueves pasado volvió a abrir sus puertas para la disputa de un campeonato del mundo. Otra vez la fondista fue Marcela ?La Tigresa? Acuña, que a falta de un atractivo masculino, continúa protagonizando la cartelera de la otrora catedral del boxeo de Sudamérica.
Había tres peleas que revestían, cada una de ellas, un interés particular, todas por un motivo distinto. En el primer caso el invicto Pablo ?Pokemón? Farías, por primera vez se iba a encontrar con un rival que podía complicarle su condición y además, llegar a desnudarlo en sus falencias. José Emilio Mazurier, un boxeador experimentado, frío, difícil, a pesar de que en un principio parecía que complicar al pupilo de Marcelo Domínguez, éste gracias a su experiencia logró que el nerviosismo y la responsabilidad de Farías fuera controlada y, sin exigirlo por demás consiguió que Farías conquistara el título de campeón WBC Latino de los supermedianos. Tal vez sea conveniente para ?Pokemón?, que tiene una potente tal vez pegada y buen boxeo que baje a la categoría de los medianos, donde tendrá más contundencia, más resistencia y mayor velocidad.
En el segundo caso, se presentaba la gran incógnita. Si Mariano Carrera ex campeón del mundo de los medianos, que enfrentaba a Noé Tulio González, estaba no solamente en condiciones de volver a los primeros planos, sino, simplemente, si todavía podía calzarse los guantes. Luego de aquel análisis que le dio positivo al doping y que le significó la pérdida del título ya nunca había sido el mismo. En su intento por recuperar la corona, quién había sido su vencido por paliza, le devolvió gentilezas noqueándolo en el sexto. Le dieron la taba para que la tirara, y seguramente ha sido la última vez. El uruguayo, un boxeador al que la FAB le retiró una licencia que no le había dado nunca (¿?) -algo inentendible como muchas cosas que están pasando- se repuso de una caída en el primer round que Carrera no supo o no quiso aprovechar. Lo esperó al argentino y en el tercero lo embocó, no por suerte, sino porque lo estaba midiendo y el impecable uppercut derrumbó al argentino que terminó a duras penas un agónico round que no hizo más que profetizar lo que vendría después. El argentino salió en el que sería el último round con esperanza cero y la guardia baja. González otra vez no tuvo más que esperar la oportunidad, pero esta vez, cuando lo tomó de lleno en el mentón Carrera se fue por toda la cuenta. Un enigma que finalmente se develó de la forma menos querida por los seguidores del ex campeón del mundo. Después se confirmó que el atlético uruguayo le había fracturado la mandíbula al ex campeón.
El tercer atractivo era Marcela Acuna que se enfrentaba por tercera vez con Alicia Ashley, una jamaiquina radicada en Nueva York, que en dos oportunidades anteriores había vencido a la argentina. Y esta vez la morochita volvió a mostrar, sobre todo como lo hizo en su segunda pelea, que era superior a ?La Tigresa?. Con mejor técnica, la dejó fuera de distancia en casi toda la pelea, para colmo es zurda. Los arrestos esporádicos de la ahora concejal de Tres de Febrero, eran generalmente bien controlados con una medida traslación, usando prodigiosamente sus piernas y golpeando con mayor firmeza. Hubo rounds que los ganó Acuña por su enjundia, pero en los cómputos finales había para algunos dos y para otros hasta tres puntos de ventaja para la visitante. Los jurados no lo entendieron así y, es una opinión generalizada que no fue un mal fallo. Directamente un atraco desvergonzado que servirá para que en la próxima pelea de la Tigresa en el Luna, si ahora solamente albergó público en la mitad de su capacidad, en la próxima queden todavía más claros.
La única que no se enteró de que en realidad le habían regalado la pelea ?aunque cuando sonó la campana de finalización, su cara, la de su marido y la del rincón eran de velorio- fue la Tigresa que luego de leído el fallo se agrandó y dijo: ?Creo que gané con lo justo, aunque debo reconocer que los nervios me jugaron una mala pasada?.
En realidad con la única que jugaron fue con Alicia Ashley que mereció llevarse el cinturón de la WBC que estaba en juego. Uno de los dos que posee Acuña.
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