Un joven denunció que la policía le provocó 30 heridas de bala de goma en el show de La Renga
Lo que debía ser una fiesta, se convirtió en una pesadilla. Fue lo que vivieron varios jóvenes que pretendían disfrutar del recital de La Renga el sábado por la noche y se encontraron con lo que una de las víctimas describió como una “represión policial atroz”, por la cual muchos no pudieron ingresar al evento, mientras otros sufrieron las heridas del “gatillo fácil”.
Es el caso de Nicolás Tumminaro, un joven de 20 años, oriundo de la ciudad de Azul, que estudia relaciones internacionales en la Unicén en Tandil.
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Represión
policial
En diálogo con El Eco de Tandil, contó que llegó al Hipódromo con unos amigos y se dirigieron a la boletería, con el fin de comprar las entradas para el show, pero cuando estaban llegando se encontraron con una “represión policial atroz, ilegítima, con más de siete fuerzas participando en la planificación de esta avanzada”.
“Estaba el Grupo de Apoyo Departamental, la Infantería, la Policía Bonaerense, la policía montada y había patrullas rurales. La verdad que fue terrible, así que no entré al recital y me estaba volviendo a mi casa cuando me tiraron un proyectil de gas lacrimógeno y quedé en el piso, indefenso”, relató.
En ese momento “se me acercaron tres infantes y empezaron a dispararme a quemarropa, perdigones y proyectiles. Tengo aproximadamente 30 balas de goma marcadas en todo mi cuerpo”.
“En ningún momento pude llegar a comprar el ticket porque la represión arrancó a las 20 y nunca pude llegar a la boletería por los gases y disparos, hasta había un camión hidrante que tiraba agua a las personas. Fue impresionante, eran 50 ó 60 tipos dispuestos a masacrar a todos los que estuvieran allí”, describió.
Ataque
atroz
El joven recordó que los efectivos de las fuerzas de seguridad habrían comenzado a actuar porque “hubo algunos desmanes de algunos insurrectos que estaban tirando botellas y ese tipo de cosas, pero no fue algo significativo en la dimensión del recital de 30 ó 40 mil personas. En ese marco el accionar policial fue atroz, muy violento, un desprecio total por las vidas de las personas. Había mujeres, criaturas, gente que estaba trabajando vendiendo hamburguesas, chorizos”.
Consideró que lo que le sucedió es el reflejo de “este modelo de violencia que pasa en todos los recitales, donde la policía reprime y no hay respeto por nada”.
“A las 21 comenzó la represión y a mí me llevaron a la comisaría más o menos a las 22.30, pero sé que pasaron cuatro horas desde que arrancó la represión hasta que terminó el recital. La policía estuvo todo el tiempo tratando de ganar la calle, y poder dispersar a las personas”, sostuvo.
Condiciones
infrahumanas
“Después de que me redujeron a balazos, me agarraron de los pelos y me metieron en un camión del Grupo de Apoyo Departamental de la Policía. Me llevaron a la comisaría Segunda, y ahí arrancó una pesadilla que terminó al otro día a las 16. Me tuvieron en la comisaría 15 horas, me vulneraron todos los derechos constitucionales básicos como el de poder llamar a un letrado que me defienda o poder comunicarme con mi familia”, denunció.
De hecho, aseguró que los trasladaron al Hospital Ramón Santamarina debido a su insistencia, ante el dolor que le provocaban las heridas.
“Me llevaron esposado, detenido. Tengo una causa abierta por “Resistencia y atentado contra la autoridad”. Me tuvieron en un calabozo en condiciones infrahumanas, en lo que se denomina vulgarmente como buzón, de dos por dos con paredes llenas de excremento y sangre, y yo estaba todo lastimado”, expuso.
En tanto, también observó que al mismo tiempo había otras 25 personas detenidas también en el recital, a las cuales “metieron hacinadas en un calabozo para ocho, a mí me tiraron solo en un calabozo aparte”.
“Nosotros formamos parte de un grupo de perejiles a los cuales tuvieron que agarrar para que el operativo policial terminara como un éxito delante de la sociedad”, sostuvo.
“Fue espeluznante”
Por otra parte, resaltó que más allá del dolor físico por las heridas sufridas, lo más lamentable es “la humillación a la que me sometieron, cómo me trataron, cómo se burlaron de mí, el perito médico de la policía se reía de mi condición física y me decía que no exagerara. Fue espeluznante”.
“Es algo que no se consustancia con los tiempos democráticos que vivimos. La verdad es que estamos pensando en algo que podría haber ocurrido hace 35 años, en momentos donde este tipo de represión era habitual. Es impensable esto ahora. Pero marca un precedente y más en el centro de la provincia”, manifestó.
Frente a este panorama, adelantó que está considerando realizar una denuncia en Fiscalía porque “esto no puede seguir así, más allá del dolor físico, la bronca de la injusticia porque me han tratado como un animal y esto es el reflejo de un desprecio por la vida impresionante”.
“Tengo testigos, gente que me vio a mí en el piso suplicando piedad y otros que vieron cuando la Infantería me disparaba a quemarropa. Estoy viendo cómo voy a seguir con esto y acercándome a los organismos de derechos humanos, pidiendo el apoyo de la Universidad y demás”, indicó.
Finalmente, recalcó que “tenemos que frenar esta locura. El sábado había criaturas, madres, familias. Por nosotros y por nuestros hijos, basta de gatillo fácil, basta de represión policial”. u
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La Juventud Radical de la Provincia
se solidarizó con el joven agredido
Nicolás Tumminaro es secretario de formación política de la Juventud Radical de la Provincia de Buenos Aires y militante de Franja Morada de la Facultad de Humanas de Tandil.
Desde la Mesa de la Juventud Radical de la Provincia de Buenos Aires se solidarizaron con lo sucedido y manifestaron que “el caso de Nico se suma al gran número de situaciones graves de violencia policial, que lesionan derechos humanos esenciales como la vida, la integridad personal y la seguridad humana”.
“Por eso repudiamos y denunciamos la violencia institucional ejercida por la Policía Bonaerense y la Infantería de La Plata. Repudiamos y denunciamos porque ésta es la cara de la inseguridad que nadie ve, que todos prefieren callar. La que entre 2006 y 2009 dejó a 1.323 personas sin vida”, manifestaron. u
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