Un solitario delincuente asaltó la farmacia Heer y se alzó con dinero y varios perfumes
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Ayer en horas de la noche, la Farmacia Heer, de Chacabuco al 185, fue blanco de un asalto protagonizado por un solitario delincuente que actuó a cara descubierta. Se llevó todo el dinero de la recaudación y varios perfumes.
El ladrón ingresó alrededor de las 20.15, cuando no había clientes en el comercio y encañonó a la empleada, Romina Villarruel, para luego exigirle que abriera la caja registradora.
El farmacéutico Gustavo Miraglia contó que “un hombre solo entró por la puerta en forma normal, como si fuera un cliente. Justo no había nadie en el local y cuando salió una de las chicas a atenderlo pasó por atrás del mostrador, sacó el arma, le apuntó y le pidió que abriera la caja. Ella obedeció y él tomó todo el dinero que había allí. Aprovechó también para vaciar un par de estantes de perfumes al voleo”.
Describió al delincuente como un hombre de aproximadamente 30 años, alto, de alrededor de 1,80 metros y que estaba utilizando campera verde con gorra y zapatillas blancas. Actuó a cara descubierta y de acuerdo a lo que pudo precisar la víctima, tenía un arma tipo pistola de color negro.
“Se llevó una bolsa con perfumes. Inmediatamente cuando se fue, nuestra compañera se quebró en llanto de los nervios. Justo ella estaba en el mostrador sola, nosotros estábamos atrás. Cuando el ladrón se fue nos avisó lo que había pasado. Fue todo muy rápido”, sintetizó.
Entonces salieron a la calle y justo pasaba un patrullero, por lo cual pudieron avisar rápidamente lo que acababa de suceder.
“Les dijimos lo que había ocurrido y dieron la voz de aviso al resto de los patrulleros. Les mostramos las cámaras de seguridad, y como en las imágenes se ve que salió en dirección a la Plaza los móviles fueron en esa dirección”, afirmó.
En tanto, aseguró que al ladrón no se lo notaba nervioso y que no actuó con violencia sino que una vez que obtuvo lo que buscaba, se dio a la fuga.
Tanto las cámaras del local como las cámaras de seguridad del Municipio captaron imágenes que podrían ayudar a identificar al ladrón, por lo cual al cierre de esta edición el personal policial estaba realizando un amplio rastrillaje para intentar dar con el autor del hecho.
Una ciudad que
ha cambiado
El farmacéutico contó que “soy de Buenos Aires, allá es muy común este tipo de robos. De hecho, no hay farmacia que no tenga rejas como una forma de controlar el acceso, pero así y todo el Gran Buenos Aires es otra cosa, los delincuentes siempre buscan la forma de robar”.
“En Tandil no hay farmacias con rejas, ni con vidrios blindados, si uno viene con la mentalidad del ladrón de Buenos Aires esto es un jardín de infantes, es muy fácil para entrar y robar”, sostuvo.
No obstante, reconoció que “desde que yo llegué hasta ahora ha cambiado mucho la ciudad, la delincuencia también, pero de cualquier manera no es algo a lo que estamos acostumbrados”.
En tanto, aseguró que desde que llegó a Tandil hace ocho años hasta hora es el segundo asalto que sufren. El primero fue en 2007 y vaciaron la caja, al igual que ahora.
Llamó la atención de los vecinos de la cuadra la velocidad con la que actuó el ladrón para lograr huir sin ser visto, en un horario en el cual la calle es muy transitada. En cuanto al monto de dinero que sustrajo, los farmacéuticos no pudieron precisarlo pero estimaron que fue alrededor de 3 mil pesos.
Otro atraco
Días atrás, más precisamente el pasado 10 de junio, la farmacia Pedemonte, de la avenida Del Valle al 100, también fue el blanco del delito sobre el cierre de la jornada laboral y la modalidad adoptada por el malviviente fue similar. Un solitario delincuente, simulando ser un cliente, irrumpió en el comercio y cuando quedó solo con la empleada le exigió dinero y se dio a la fuga, llevándose un monto que no fue precisado.
Justamente en la última reunión del Foro de Seguridad, el Colegio de Farmacéuticos expuso su preocupación por los robos al rubro y el Municipio había dispuesto brindar botones antipánico para alertar sobre estos episodios y dar mayor seguridad a los comercios.
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