Una familia que fue víctima de un salvaje asalto en Panamá y Pozos reclamó seguridad
Momentos de terror vivió una familia que fue víctima de un violento asalto perpetrado por un grupo de delincuentes que actuó con total impunidad y le disparó al dueño de la casa, provocándole heridas. El hecho sucedió en una vivienda situada en Panamá 12, y los ladrones se llevaron un importante botín, compuesto por 10 mil dólares y alrededor de 60 mil pesos.
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Gustavo Giacomelli y Myrian Marcasó decidieron contar la desesperante situación que les tocó vivir semanas atrás, el 11 de agosto, para alertar a otras familias sobre la inseguridad que acecha a la ciudad y pedir que las autoridades tomen cartas en el asunto.
En diálogo con El Eco de Tandil, Gustavo Giacomelli contó que ese día, alrededor de las 23.15, se encontraba en su casa mirando un partido de fútbol cuando llegaron su esposa y su hija.
Su mujer le sugirió que ubicaran las dos camionetas en el garaje situado sobre la calle Panamá, ya que el vehículo de él se encontraba en otro garaje que da a Pozos.
Entonces, entraron ambas camionetas en el garaje de la calle Panamá. Más tarde, verían en las cámaras de seguridad cómo el grupo de delincuentes ya los estaba acechando desde ese momento. También pudieron ver que el portón llegó a cerrarse justo a tiempo, ya que los malvivientes intentaron ingresar por ahí en una primera instancia.
“En la grabación vemos que la gente ésta quiere entrar, el portón baja y no llegan a hacerlo. Eso hubiera sido catastrófico porque hubieran ingresado sin hacer ningún ruido. Después se ve que deliberan un rato en la puerta cuatro personas y comienzan a patearme la puerta de acceso con mucha violencia”, indicó.
Como no lograron romper la puerta, que es de vidrio blindado, comenzaron a patear la ventana, también blindada, y a golpearla con el revólver hasta romperla.
“Mi reacción tal vez no fue la lógica, pero es lo que en el momento me salió. Subí a buscar un arma pero no la encontré. No estaba en el lugar donde solía estar. Bajé corriendo y en el garaje tengo un elemento contundente y lo agarré. Cuando llegué al living ya habían logrado romper el vidrio blindado, pero le dieron con las culatas de las pistolas y patadas hasta que lograron entrar”, relató.
En ese momento, golpeó a uno de los malvivientes, pero “no había visto que había otro ya detrás de mí, y en ese momento forcejeamos y se le escapó o me pegó un tiro en la nalga. A su vez, me sacó el hierro y me pegó en la cabeza con lo cual caí medio atontado. Forcejeamos un poco hasta que logró reducirme”.
“Pensé que nos iban
a matar a todos”
Por su lado, Myrian Marcasó explicó que “cuando escuché el ruido de los vidrios, me asomé y me puse a gritarle para que viera que estábamos adentro y uno de ellos me apuntó a través del vidrio. Entonces me tiré al piso, empiezo a los gritos y mi nena que venía a ver qué pasaba, tiene 14 años, entendió toda la situación sin ver nada, así que se escapó corriendo y se escondió en el baño”.
“Yo estaba en semejante estado de shock que no escuché el tiro, gritaba preguntando por él. Desde el primer momento que entraron pensé que lo habían matado y mi mamá también vive con nosotros y estaba durmiendo en la planta alta”, indicó.
Al dirigirse a la cocina con intenciones de llamar por teléfono, uno de los delincuentes se lo quitó, la encañonó y le tapó la boca. “Pensé que nos iban a matar a todos por la manera violenta en la que entraron, sabiendo que había gente, armados, no te queda mucho por pensar”, confió.
Los cuatro delincuentes que ingresaron estaban encapuchados y utilizaban guantes. Cada uno de ellos, por separado, le exigían a Myrian, Gustavo y la madre de Myriam-que se encontraba durmiendo en el piso de arriba- que les entregaran el dinero.
“Yo nunca lo vi a mi marido hasta que se fueron”, aseguró la mujer.
Si bien los que ingresaron eran cuatro, en el video se ve una persona más que intenta saltar el paredón y otra dentro de un auto que tocaba bocina cuando estaba por llegar la policía. Por lo cual, calculan que el grupo comando estaba integrado por al menos seis personas.
El llamado
de auxilio
Myrian Marcasó contó que su vecina escuchó los ruidos y al no poder comunicarse con ellos, llamó a la policía.
Al mismo tiempo, la hija del matrimonio se escapó por la ventana del baño que da al parque, que tiene unos 2 metros de altura. Inmediatamente llamó al 101. “La contuvieron muy bien porque ella quería volver a entrar a la casa y le dijeron que no lo hiciera, que se escondiera detrás de un árbol, que ya habían enviado un móvil”, resaltó.
Los ladrones estuvieron dos minutos y medio dentro de la casa, que para las víctimas pareció una eternidad.
En un momento determinado, Gustavo Giacomelli les indicó donde tenía un maletín con plata, que eran 10 mil dólares y unos 60 mil pesos. Casi en paralelo, otro de los delincuentes gritó: “Se pinchó, vamos”, a la vez que un auto tocaba bocina afuera.
Eso les llamó poderosamente la atención, ya que la policía llegó como un minuto después y los patrulleros no venían con sirena, por lo cual no saben cómo se enteraron de que los móviles se acercaban. Además, el vehículo se fue y la policía no dio con ellos.
Pedido de
seguridad
Consultados acerca de si los ladrones tendrían información de alguna transacción económica que hubieren realizado, lo descartaron debido a que no habían hecho ningún movimiento de dinero en particular.
“Venimos de un viaje por Europa hacía una semana. Si hubieran querido robar, lo podrían haber hecho cuando no estábamos, ya que estaba mi suegra sola”, indicó Giacomelli.
Myrian Marcasó confió que la seguidilla de asaltos que hubo en los últimos días motivó que dieran a conocer su caso. “Aparentemente tendremos que acostumbrarnos a vivir así, el Tandil que teníamos ya no está más. Esta casa es muy segura, nunca pensamos que podrían romper el vidrio blindado. El terror que nos hicieron vivir fue tremendo”, expresó.
Giacomelli aseguró que en un principio no quisieron dar a conocer lo sucedido a los medios por temor de entorpecer la investigación, pero con el correr de los días, al ver que el hecho nos se ha esclarecido, aún con el material fílmico que sirve como prueba, y al comprobar que la situación se sigue repitiendo, decidieron alertar a la sociedad de “cómo roba esta gente porque tal vez podemos ayudar en algo”.
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