Unión de Colectividades de Tandil: Venezuela
Hablamos con Flor Hernández en Mamporal, estado de Miranda, Venezuela, a unos 150 kilómetros de Caracas y muy cerquita del Mar Caribe.
“Llegó a Tandil en el año 1997, como muchas inmigrantes, porque su esposo –Armando Luis Brasesco- es nativo de esta ciudad. Le preguntamos cómo lo conoció: “El estaba en Venezuela por trabajo, nos conocimos en una fiesta. Me sacó a bailar y con el tiempo nos pusimos de novios. El quería casarse pero yo no estaba muy convencida pero me terminó de conquistar e hizo que me decidiera cuando para el Día de los Enamorados apareció con un ramo de flores hermoso y a los seis meses nos casamos. Fue muy lindo y a los tres años tuvimos a nuestros dos hijos: Fidel y Emiliano. Vivimos 10 años allá y al tiempo que nacieron nuestros hijos decidimos venir a vivir a Tandil. Por un inconveniente en su trabajo debió quedarse un tiempo más allí, de modo que vine sola con mis hijos”.
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–¿Cómo fueron sus primeros tiempos aquí en la ciudad?
–No fue fácil para mí el cambio, todo era tan distinto, en mi pueblo (de unos 8000 habitantes) nos conocemos todos, acá apenas conocía a mis vecinos. Hasta el clima era diferente, tampoco nos ayudaba mucho a adaptarnos, recuerdo que el frío no me dejaba salir de casa, yo venía de un clima tropical estable, donde la temperatura no varía en ningún momento del año, solo hay períodos en los que llueve y otros de sequía, al menos en el estado donde yo vivía. Mis hijos como vinieron de chiquitos se acostumbraron más rápido.
-¿Pudiste adaptarte culturalmente al país?
-De a poco fui interactuando con distintos grupos e insertándome en la sociedad tandilense. Cuando los chicos comenzaron en el jardín de infantes, conocí un grupo de madres, que después de más de 21 años, sigo contando con su linda amistad, la de ellas y sus familias que hoy en día son parte de la mía. Con ellas me fue más fácil adaptarme a las costumbres, modismos, entre otros.
-¿Se sigue añorando el terruño?
-Al principio fue muy duro, extrañaba a mi familia, a mi gente, el clima, las comidas, los olores, los sabores, todo. En esos momentos vienen los recuerdos del terruño: mis padres tenían haciendas donde había: bananas, cocos, mangos, guayabas, cacao, con el que hacíamos chocolate casero, era muy lindo… ese aroma tan particular.
-¿Cómo es tu vida en la actualidad?
–Trato de darle importancia a las cosas que creo que de verdad importan: los afectos, la familia, los momentos compartidos con amigos, cultivar nuestra cultura y nuestras costumbres. Luego de haber pasado por problemas serios de salud hace unos años, fueron muchas las personas que estuvieron a mi lado en esos momentos y que valoro mucho, siempre los tengo presentes a cada uno de ellos con agradecimiento y mucho cariño.
Gastronomía, festividades y deseos
-Cuéntenos de la gastronomía típica de su lugar
-Una de las comidas más conocidas es el pabellón criollo (arroz blanco, porotos negros, plátano frito, carne en hebras) y también arepas.
¿Cuáles son las festividades de Venezuela?
-Los más importantes son el 12 de marzo Día de la Bandera, el 24 de junio Batalla de Carabobo, el 5 de julio Día de la Independencia, el 24 de julio nacimiento del Libertador Simón Bolívar y el 17 de diciembre muerte del Libertador.
-¿La flor nacional?
-La orquídea, el árbol nacional es el araguaney y el ave el turpial.
¿Cómo ve el presente de la colectividad en la ciudad?
-Hoy en día somos un pequeño grupo de venezolanos en Tandil, la colectividad participa, como todos los años de la celebración del Día del Inmigrante y de la Fiesta de Colectividades. También en actividades organizadas por el Municipio junto a otras instituciones y colectividades, la Feria Gastronómica, entre otros eventos. De esta forma mi país está presente en todos estos maravillosos encuentros locales.
Aprovecho este espacio para invitar a mis compatriotas que han llegado a Tandil para que se sumen a la colectividad y así poder mostrar el espíritu de los venezolanos, nuestros bailes, comidas, costumbres y de esa forma, revivir lo nuestro, lo que nos identifica como venezolanos. De modo que los espero.
-¿Algún deseo en particular para su país?
-Sí… el deseo de toda la colectividad es que “Nuestra Venezuela” encuentre el camino de la conciliación, la paz y el entendimiento.
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