Vecinos de calle Urquiza al 700 reclaman por arreglo de pozos
Al divisar la llegada de este Diario, salieron de sus casas y se dispusieron a contar lo que viven todos los días, aunque a simple vista, las evidentes roturas del asfalto daban cuenta de un desgaste de hace años.
Entre los vecinos, se encontraba Vicente Lionetti, quien manifestó que “la calle está a la miseria, estamos reclamando hace un tiempo ya”. Informó que “se le llevó una carta al Intendente en mano y resulta que no nos han dado respuesta”.
Describió luego que “vienen acá con el camión, le tiran un poco de arena y se van. Está muy peligrosa la calle”, habiendo hecho el reclamo –según recordó- hace cinco o seis meses atrás.
Inclusive, informó que la carta dirigida al jefe comunal incluía las firmas de varios de los vecinos de la zona, la de los colectiveros de las líneas que transitan por ahí a diario. Sin embargo, aún no se han comunicado con ninguno de ellos.
“Es muy peligroso, puede haber un accidente muy grande acá, calcule que ahí pasa una moto, una bicicleta y se mata si no lo ven”, advirtió.
Por su parte, Graciela Espina –otra de las vecinas- afirmó que los pozos “grandes lo tapan, los chiquitos los dejan”.
En tanto, Beatriz Salerno, quien fue la que alzó la voz y decidió comunicarse con El Eco de Tandil, recordó que el deterioro de la calle comenzó a verse hace unos años y que ahora “ya es imposible porque son lagunas. Todo el asfalto se va rompiendo y se viene a los cordones, nosotros lo vamos barriendo”.
Relató además que “los ruidos que se sienten adentro de la casa parecería que hay un choque o algo, el chico mandadero que vino recién a mi casa me dijo que casi rompe una goma”.
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En tanto, Espino describió que al pozo más grande “lo tapan con una granilla, al otro día no hay más nada. Un desastre, se vienen los autos para acá y salpican toda la mugre, y en cualquier momento va a pasar un accidente”.
Aseguraron que “hay mucho para hacer”, y criticaron “no tanta placita y más para trabajar, y arreglar las calles porque para eso pagamos los impuestos”.
Salerno, por último, relató que hace 50 años que vive en el barrio y nunca “dejé de pagar un impuesto, como todos mis vecinos”, por eso, insistieron en obtener una pronta respuesta de las autoridades comunales.
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