Vecinos de Pasteur al 2300 dicen que el Municipio no se ocupa del barrio y se sienten “abandonados”
Vecinos de Pasteur al 2300 aseguran que se sienten “abandonados” y que el Municipio no se preocupa por las necesidades del barrio. Entre los reclamos, están la mejora en la calle, limpieza de pastizales, gas natural, mayor frecuencia del colectivo verde y colocación de garitas.
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Gladys Gutiérrez, una de las frentistas, explicó que “la máquina hace por lo menos 3 años que no pasa. Hemos reclamado en distintos lados pero por el momento no hemos tenido suerte de que vinieran”.
En tanto, José Goñi sostuvo que cuando llueve se inunda toda la cuadra. “Lo que más nos interesa es el arreglo de las calles, no digo un cordón cuneta pero al menos que nos traigan algo, un estabilizado, que pase la máquina, que podamos andar”, reclamó.
Y Esteban Goñi agregó que “queremos la mejora del barrio porque la verdad es que hace mucho tiempo que no viene nadie. La zanja que hay en la esquina está llena de pasto, tiene 2 metros de hondo, eso hace que se inunden las calles y nadie hace nada”.
“Al hacer el asfalto en la calle Vigil y el cordón cuneta, en la bajada toda el agua viene para acá. No queremos que la máquina abra la zanja porque la hace cada vez más grande y hay menos calle. Al no correr el agua se estanca toda, en la esquina de Ameghino e Independencia ya no se puede estar porque se inunda todo. Ahí no se puede pasar cuando llueve, y acá tampoco”, cuestionó.
Y lanzó que “vienen con promesas cuando hay años electorales pero pasan, miran y se van”.
“Nadie se
preocupa”
Rocío Peña recordó que “hubo una época hace 10 años que alguien se acercaba al barrio, que era (Carlos) Fernández, pero después nadie se ha preocupado, ni por la seguridad, ni por las calles, ni por la zanja que hay en la esquina. Si entuban eso también nos veríamos perjudicados porque nos inundaríamos igualmente”.
En tanto, Nélida Rodríguez aseguró que los taxis no quieren ingresar a la cuadra cuando llueve por temor a encajarse.
A su vez, cuestionó que “el mes pasado anunciaron en radio y diarios que iba a venir el camión de Cuidemos Nuestros Barrios. Yo me apuré, tengo un montón de basura acumulada. Llamé a Servicios, a Defensa Civil, y hasta el día de hoy no vinieron”.
“Tengo una nota (de El Eco de Tandil) del año 2003 –titulada “Vecinos de la zona norte necesitan mejoras y quieren ser escuchados”- en la cual pedíamos la apertura de la calle Pasteur, que está cortada en distintas partes. Hace 12 años que vinimos pidiendo la mejora del barrio”, afirmó.
Asimismo, expuso que “hace más de 30 años que vivimos en este barrio, nos dijeron que no podían abrir la calle porque está la zanja, porque no había presupuesto para hacer el entubamiento y vienen, limpian la zanja, cada vez la hacen más ancha, más profunda y ahora está tapada de yuyos. Gracias a Dios que todavía no ha pasado nada. Allí desemboca el agua de los barrios, y va a parar al arroyo Langueyú”.
A su vez, los contribuyentes solicitaron la colocación de un lomo de burro porque las motos pasan a alta velocidad.
Seguridad
En ese marco, Liliana Luján Bailac resaltó que “en Cuidemos Nuestros Barrios parece que nunca nos tuvieron en cuenta, inclusive en el centro complementario que yo trabajo se pidió por nota al Intendente que por favor vinieran a limpiar, todo el pedazo que no corresponde a Santamarina hasta el centro complementario es un bosque y estamos a la buena de Dios porque se juntan chicos, se drogan, toman. El otro día una vecina sufrió un intento robo por alguien que simulaba ser ‘la llorona’, eso pasó dos veces ya”.
“Por la seguridad, el centro complementario ya lleva cuatro notas elevadas al Intendente. Nos rompen los vidrios, se juntan muchachos a la noche. Es toda una maleza que la misma policía nos dijo que no pueden entrar ahí porque los pueden matar”, sostuvo.
El gas
Por otra parte, los frentistas también aseguraron que hace 10 años que están solicitando acceder a la red de gas, pero no han obtenido respuestas.
Esteban Goñi recalcó que “no queremos que nos regalen el gas, lo vamos a pagar. Lo que queremos es que la Municipalidad nos ayude porque en forma privada nos sale 10 mil pesos por frente y es imposible de pagar. Entonces queremos que nos ayuden para poner una cuota accesible”.
Y Nélida Rodríguez agregó que “hace más de tres años que tenemos todo presentado, el señor Civalleri nos dijo ‘va por turnos’. Yo no sé cuándo nos va a tocar a nosotros, en diciembre de 2006 lo presentamos”.
“Yo tengo tubo solamente para el calefactor y el último que compré en octubre me lo cobraron 600 pesos. Me dura entre 28 y 30 días, cuidándolo, además tengo una garrafa en el termo y una en la cocina. Me acuesto temprano, apago todo y al calefactor lo prendemos a la tarde”, explicó.
Mientras que Liliana Bailac señaló que “estoy gastando 4 mil pesos por mes en invierno, entre leña, el calefón, una garrafa para un estufa”.
El colectivo
Por otra parte, los vecinos piden también que el colectivo ingrese al barrio ya que aseguran que pasa un solo micro de la línea verde en el horario que va a la Escuela de El Molino.
Incluso afirmaron que en muchas oportunidades el micro tampoco va a la escuela. “Los chicos se quedan parados esperando y el colectivo no viene. Los chicos que vienen de otros lados no pueden venir a la escuela los días de lluvia porque las calles están intransitables”, aseguró.
A lo que Nélida Rodríguez agregó que “en el tema de los colectivos hemos retrocedido 20 años. Teníamos dos líneas en la puerta del ISER, el amarillo y el verde. La verdad es que estamos abandonados”.
Y Bailac coincidió en que “yo fui a la escuela de El Molino y veníamos por una vereda. En cambio, ahora hay una zanja enorme y del otro lado unos pastizales, y los chicos tienen que caminar por la calle. Es un peligro”.
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