Por Rogelio Adrián Rotonda
A 20 años de un gran paso
Hace hoy exactamente 20 años, El Eco de Tandil lanzaba su primera edición en colores.
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Era 1999 un año muy difícil para los argentinos. Cerraban fábricas y comercios; las ventas se retraían de tal forma que en lugar de inflación había deflación y la desocupación superaba el 20 %, más del doble que la actual. Muchos se sentían defraudados por el riojano ya sin patillas que transitaba su décimo año en el poder.
Llevábamos casi una década con la paridad peso-dólar. Los que podían, viajaban al exterior y vivían en cualquier parte del mundo incluso más barato que en Argentina. Invertir en el país se había transformado en una auténtica aventura impredecible.
El salario mínimo era de 200 pesos/dólares, y aunque hoy es de casi 300, en el 99 se podían adquirir más productos. Pero la recesión se sufría. Los alimentos se compraban un 5 % más baratos que 12 meses antes. Había deflación. Era otro país, en todos los sentidos. Tanto, que la esperanza tenía nombre y apellido: Fernando De la Rúa, quien 100 días después era ungido presidente.
El Eco de Tandil era, en aquel tiempo, solo diario; aún no se había constituido el Multimedios. No había TV, ni radios, ni web propios. Pero ya contaba con casi 120 años de historia, con decenas de empleados, y con liderazgo absoluto. Era tiempo de seguir apostando.
Animados por las ansias de superación, y porque la ciudad y su gente sin dudas lo merecían, aún con todo el viento que parecía soplar en contra de este bendito país, arriesgamos, invertimos, y el domingo 20 de junio de 1999, Tandil pasó a tener su diario en colores.
Veinte años después, orgullosos de aquel trascendente paso, seguimos transitando espinosos caminos en una Argentina que avanza y retrocede, que a veces nos entusiasma y otras tantas nos amarga, que nos hace gozar y sufrir, y que parece resfriarse ante el primer estornudo de las grandes potencias, pero que siempre – y no debería ser distinto ahora – vuelve a ponerse de pie.
Acaso para nosotros , los mortales, al igual que para nuestro país y por qué no, también para El Eco de Tandil, sean precisas las palabras del poeta Carlos Toro:
“Aunque los vientos de la vida soplen fuerte,
Soy como el junco que se dobla,
pero siempre sigue en pie.
Resistiré para seguir viviendo.
Soportaré los golpes y jamás me rendiré.
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
… resistiré, resistiré“