A más de dos años de ser baleado por un policía, volvió a ser operado y lucha por recuperar su vida
“Espero volver a tener una vida normal, como antes”, expresa Rafael Cobo en diálogo con El Eco de Tandil. Una vida normal, como antes de que un efectivo de la Policía Local disparara a mansalva en una fiesta en La Plata y una de las balas le perforara el hígado.
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Fue el 29 de agosto de 2015 y desde ese momento la vida de Rafael, el joven tandilense que estudiaba psicología en la Universidad de La Plata, cambió por completo.
Esa noche, Rafael, que en ese momento tenía 26 años, fue a una fiesta con un grupo de amigos y de pronto un efectivo de la Policía Local que estaba discutiendo con su pareja empezó a disparar a mansalva. Según algunos testigos presentes el hombre desenfundó el arma reglamentaria que llevaba consigo y efectuó cinco disparos. Uno de ellos impactó en el cuerpo de Rafael Cobo, provocándole una grave lesión en el hígado. Enseguida, la víctima fue trasladada al Hospital San Martín y el policía quedó detenido.
Rafael estuvo la primera semana peleando por su vida en la sala de terapia intensiva. Fue intervenido quirúrgicamente dos veces y su pronóstico era reservado, con riesgo de vida.
La segunda semana pasó al área de cirugía general y después de 14 días de internación recibió el alta y empezó con la recuperación.
“Sobre todo la primera semana fue muy jodido todo, con mucho dolor, y mucha incertidumbre. Por suerte salió todo bien y a partir de ahí empecé con la recuperación, estuve dos meses haciéndome controles y demás y como empecé a sentirme mejor volví al trabajo. Estaba trabajando en el peaje, y tenía muchas ganas de volver al ritmo”, sostuvo.
Trastornos de sueño
y depresión
Pero tiempo después comenzó con trastornos de sueño y durante un año y medio solo lograba conciliar el sueño tres o cuatro horas por día. Eso le trajo problemas en el trabajo y en su carrera.
“En 2017 me cambié de horario en el trabajo, trabajaba de noche, así que empecé a trabajar de día, pude dormir mejor pero empecé con problemas de depresión”, relató.
Y continuó explicando que “trabajo en una cabina de peaje que ya de por sí es un laburo bastante estresante, en la autopista Buenos Aires- La Plata la gente anda muy loca, te tratan mal y sobre todo el encierro, una cabina muy chica me afectó y empecé con problema de depresión, no podía estar encerrado”.
Por tal motivo, acudió a un psiquiatra y terminó con carpeta médica. “La empresa me dejó en reserva de puesto. Respecto a la facultad, el año pasado no cursé y ahora estoy retomando los estudios así que estoy desocupado por decirlo de alguna manera”, afirmó.
La nueva
operación
Días atrás debió ser nuevamente operado porque “en la zona abdominal se hizo un agujero por la mala postura y eso con el tiempo fue creciendo y me convenía operarme ahora por una cuestión de que iba a seguir creciendo cada vez más, porque el abdomen ahí encuentra una filtración y en el futuro puede llegar a salir una hernia, así que los médicos decidieron operar”.
“Al mismo tiempo no podían hacerlo en 2015 porque ya venía de otras operaciones mucho más grandes, y el tejido tenía que cicatrizar un poco, desinflamarse, ahora me operé y tengo que andar con mucho cuidado, no puedo hacer esfuerzos, un tropiezo puede hacer que se me abra otra vez, por lo menos por tres meses tengo que estar muy tranquilo de actividad”, indicó.
El juicio
En cuanto al juicio, expuso que aún no tienen fecha pero “en estos dos años y pico terminó la instrucción, que es la primera parte, la previa al juicio, que la fiscalía se ocupa de buscar pruebas, testimonios, hacer pericias. Esa etapa terminó y ahora empezaría este año el juicio, todavía no nos dieron fecha”.
Recordó que el policía que efectuó los disparos, Julián Cabañas, está preso desde 2015 y se mostró satisfecho con que se haya mantenido la caratula inicial “Tentativa de homicidio”, gracias a lo cual va a permanecer preso hasta que comience el juicio.
En ese contexto, explicó que desde la defensa de Cabañas intentaron en diversas oportunidades que se cambiara la carátula a “Abuso de armas y lesiones”, lo cual es excarcelable.
“Por suerte se sostuvo, nosotros metimos presión con mi abogado, incorporamos la historia clínica a la causa y todo eso ayudó a que se sostenga”, resaltó.
Y adelantó que buscan que se aplique la pena máxima ya que “hay pruebas más que suficientes para que lo que exigimos se cumpla, así que esperamos que sea la máxima, entre 15 y 20 años”.
Volver a tener
una vida normal
“Quiero que se termine algo, aunque sea el juicio para poder dar vuelta la página porque es como que es algo que está siempre presente”, expresó.
Y recordó que “al principio me empecé a sentir bien, quise volver al ritmo de vida pero me di cuenta de que empezaron a aparecer la falta de sueño, la depresión, todo eso me fue afectando mi vida. No pude volver a trabajar con normalidad donde me desempeñaba antes, que no tenía problemas, no pude retomar bien los estudios que los venía llevando al día, sin problemas”.
“Repercutió en toda mi vida para mal, espero poder volver a tener una vida normal como antes”, deseó.
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