Ante el arribo de una empresa de transporte corre riesgo más de un centenar de puestos de trabajo
En la edición dominical, en estas páginas se dio cuenta del próximo anuncio oficial del arribo de una empresa nacional de transporte de larga distancia de pasajeros, lo que para muchos usuarios fue tomado como una buena noticia ya que se tratará de un nuevo servicio que competirá con las actuales prestaciones. Empero, otras tantas personas, más de un centenar de familias para más precisiones, están seriamente preocupadas, lo que generó un encuentro con autoridades en pos de atender el acuciante panorama que afrontaría la ciudad.
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Se trata del personal de la empresa local Río Paraná, cuyo titular Mario Morel, dejó en claro que con la futura competencia sería inminente el cese total de la actividad de su firma.
Sobre el incierto y delicado escenario, desde la sección dominical el Oído Agudo se había dado cuenta de la situación. Ahora, este Diario pudo confirmar que en las últimas horas hubo una reunión en la Cámara Empresaria de la que participó el intendente Miguel Lunghi, el jefe de Gabinete Julio Elichiribehety, el empresario Mario Morel y el referente del PRO Santamarina, y directivos de la CET. Todos coincidieron en la gravedad y urgencia que requiere el tema, como así también sobre la conciencia en que buena parte de los usuarios no gozan del mejor concepto de la firma que ha ido en franca decadencia y que, en los últimos años (con el Gobierno nacional anterior) ni siquiera recibió subsidios, al decir del empresario.
En dicha reunión, desde la firma literalmente se pidió un socorro que permita seguir trabajando y sosteniendo al más de un centenar de puestos laborales, no sin antes denunciar que la concesión del nuevo circuito a la empresa multinacional (dueños de al menos cinco empresas de transporte que recorren el país) habría sido realizado de forma irregular.
Más allá de la presunta anomalía, también se evaluó algún tipo de leasing del Banco Provincia que le permite un salvavidas a la empresa local, pero integrantes del directorio del Bapro habrían sido tajantes en la negativa, habida cuenta de las inhibiciones que contaría Río Paraná por las deudas contraídas con la Afip.
Otra alternativa en carpeta a evaluar sería la fusión de la firma local con otra empresa, un asunto también archicomplejo a resolver.
“Se trata de uno de los socios fundadores de la Cámara. No queremos ser testigos del certificado de defunción”, se escuchó a los dirigentes camaristas, solidarizándose con el crudo panorama que desnudó su socio, acompañado por parte del personal que se encuentra sumamente angustiado por la incertidumbre reinante.
Los temas
De lo que trascendió de la reunión, hay dos asuntos que principalmente preocupan: las fuentes laborales (125 empleos directos, en el hipotético caso de que la empresa cierre) y la calidad y seguridad del servicio.
Sobre el centenar de trabajadores la situación es muy delicada. Se trata de vecinos de una franja etaria entre los 44 a 55 años, con un sueldo promedio de 30 mil pesos, por lo que desde la comuna se preguntan cómo socorrerían con asistencia social semejante escenario.
Tampoco sería factible que la firma nacional a emplazarse incorpore a estos vecinos, siendo que su base de operaciones está en Buenos Aires, por lo que sería inviable el traslado de todos.
“Está más que claro que la empresa no puede seguir dando servicios con la calidad y seguridad que tiene en este momento”, se reconoció entre los actores políticos presentes que se hicieron eco del comentario común de los usuarios que se han quedado.
De esa reunión se le pidió a Gonzalo Santamarina si podía tramitar una audiencia con el nuevo director de Transporte de la Provincia, que acaba de asumir la semana pasada.
Tras gestiones nada sencillas, el dirigente macrista consiguió una cita y hoy estarían viajando Morel, Santamarina y posiblemente alguna autoridad comunal a una audiencia.
“La realidad es que es muy preocupante el futuro de esta empresa, pero mucho más el de las familias que hay detrás de esto, si la empresa cierra”, se escuchó decir en aquella reunión, como también que no es menor “la calidad y seguridad del servicio en este momento, que es crítico”.
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