Ante la preocupación por alacranes, murciélagos y yararás, Bromatología asegura que los casos graves son nulos
En las últimas semanas se han registrado tres casos de murciélagos con el diagnóstico positivo en rabia, un niño de dos años que fue picado por un alacrán en el Parque del Origen y tuvo que ser internado, y la aparición de víboras yarará en cercanías a la zona urbana. Los hechos han generado cierta especie de temor en la población, que bajo su instinto de superviviencia busca respuestas, información y hasta salir “de cacería” para prevenirse.
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Al respecto, el médico veterinario Federico Sánchez Chopa, director de Bromatología, puso un paño frío sobre el asunto al destacar primordialmente que en esta localidad los casos serios son contados con los dedos de una mano en un siglo, aunque claramente para una familia un caso significa el 100 por ciento. “Sin embargo, cuando se habla de salud pública hay que hablar de porcentajes y, en este sentido, los casos graves ligados a alacranes, víboras o murciélagos son nulos para Tandil”.
“No hay que hacer una cacería de brujas y salir a matar alacranes, culebras o murciélagos”, advirtió el especialista, asegurando que todos estos animales son normales y necesarios en la cadena de supervivencia y el medioambiente. Los murciélagos, por ejemplo, son favorables porque se comen los insectos y son grandes polinizadores de las plantas.
“Si se quiere, fuimos nosotros los que hemos invadido el territorio de estos animales, ya que cuando ellos ya existían acá no había edificaciones, entonces los fuimos desplazando. A su vez, después queremos disfrutar de esos espacios verdes y que esos animales no estén, pero forman parte del ecosistema”, analizó.
A raíz de la aparición del primer murciélago con rabia, se recibieron incontables llamados de personas que literalmente salieron a la caza de estos animales por la ciudad, entonces para Sánchez Chopa resulta necesario aclarar que no es la forma, que “hay que tener precaución, llevar adelante medidas preventivas, sin entrar en pánico”.
Murciélagos
El primer caso de un ejemplar con rabia se registró el dos de este mes, pocos días después surgieron otros más. Lo que se hizo en este caso es poner manos al asunto y se desarrolló un inmediato plan de vacunación para perros y gatos, sobre todo para prevenir la transmisión de la enfermedad y así evitar males mayores, como que los animales domésticos se enfermen y la población entre en un riesgo alto.
“Llevamos cubiertas 27 manzanas de Tandil vacunando”, dijo el director de Bromatología. Contó que estaban castrando entre 10 y 20 perros por día, pero vacunando a cero, lo que le estaba generando preocupación porque “es obligatoria y anual”, y el hecho de no practicarse pone a las mascotas en riesgo.
“En diez días gastamos siete mil dosis de vacunas y, como no estamos dando abasto, pedimos más refuerzo a Avellaneda y Azul para mantener el plan vacunatorio”.
Cabe destacar que desde la Protectora de Animales también están realizando una fuerte campaña en este sentido.
Alacranes
Un vecino de Olavarría paseaba por esta ciudad junto a su familia el domingo pasado, más precisamente por el Parque del Origen, y vivió un momento desesperante luego de que un alacrán picara su hijo de tan sólo dos años. El niño fue asistido en el Hospital Santamarina, donde tras realizar tres interconsultas con centros de toxicología, y luego de analizar la foto provista por el padre, coincidieron en que no era venenoso. El pequeño fue dado de alta al día siguiente.
Si uno ve un alacrán la primera medida es no intentar tocarlo. La descripción de Sánchez Chopa ayuda a distinguir la variedad venenosa de la que no lo es, ya que desde el punto de vista estructural los tamaños son muy similares. “La diferencia principal está en las pinzas, el peligroso las tiene largas y finitas y su cuerpo es de un color claro acaramelado, el otro cuenta con pinzas más cortas y redondas, además se puede divisar en su lomo tres bandas más oscuras y tiene doble aguijón”.
Lo que hay que hacer ante la aparición de uno, es poner inmediatamente un frasco por encima y pasar cuidadosamente un papel por debajo, dar vuelta el recipiente, luego taparlo y acercarlo a Bromatología para que puedan definir qué tipo de insecto es.
Inflamación, dolor, calor y color, son los síntomas. “Un alacrán no venenoso, como el caso del niño, lo que genera es una picadura muy molesta, un poco más dolorosa que una abeja y lo que hay que tener en cuenta es el tipo de alergia que pueden llegar a generar, en situación de hipersensibilidad de tipo 4, porque inyectan un cuerpo extraño”. O sea que a algunos puede no producirles nada y a otros sí, en caso de los venenosos incluso llevar a la muerte, pero vale recordar que aquí no ha ocurrido.
Ante una picadura de alacrán o escorpión, la primera recomendación del especialista es no matarlos, porque eso impide que se pueda analizar, distinguir y conocer la especie. Inmediatamente hay que ponerse hielo en la zona y asistir a una guardia médica para el correspondiente chequeo, evitando el uso de ungüentos caseros o recurrir la automedicación.
Generalmente estos insectos se encuentran en las zonas más relacionadas a las sierras, no tan en el medio del campo y se pueden dar algunos casos en la ciudad. Buscan los lugares oscuros y húmedos, por eso pueden aparecer por las rejillas de los baños y desagües cloacales. Es recomendable añadir a las rejillas una red tipo tela mosquitera, a modo de prevención.
“En el extremo máximo de los casos podemos encontrar que estén dentro de las habitaciones, en las zapatillas por ejemplo, teniendo en cuenta las condiciones de vida que buscan. Cabe destacar que esto ocurre generalmente en el Norte del país, no así en nuestra zona”.
Yarará
También en estos días se han registrado varios llamados por apariciones de yararás en zonas urbanas, que corresponde a un hecho lógico debido al largo período de sequía más la lluvia del sábado, que hace que los bichos salgan a “revivir”. La cuestión es que los casos serios producidos por estos animales son cero. “Claramente son cuestiones que generan miedo, porque uno desconoce y es normal”.
“Estas víboras son venenosas y es cierto que en algunos casos puede llegar a producir la muerte, pero siempre depende de la masa corporal en la cual se diluye el veneno que inyecta, si muerde o no, y si además de morder inyecta el veneno y en qué cantidad”. Siempre, en todos los casos hay que acudir directamente al Hospital. “Para picaduras de alacranes hay un suero antialacrán y para las de víbora el suero antiofídico”, informó.
Cabe destacar que en el caso de estas sierras no se va a encontrar más que yarará o culebra, y que estas últimas no son venenosas.
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