Colección Mumbat, los inicios de su construcción patrimonial
Permitiendo desandar el recorrido realizado por la institución en la conformación de su patrimonio, prestigiosas obras interpelan al público.
El Museo de Bellas Artes de Tandil pone en escena su patrimonio para dilucidar el recorrido que ha transitado la institución en la conformación de su valioso patrimonio artístico actual. Cada una de las salas ofrece un recorte temporal y a la vez estético del acervo que custodia.
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El recorrido se sucede por etapas, que van desde los inicios del Museo, con la creación de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes de Tandil hasta la actual coordinación del espacio. El fin de esta exposición es, a través de las obras y artistas que la comprenden, resignificar y ahondar en la colección del Mumbat cuestionando la diversidad de miradas, ideas y objetivos que en ella misma se manifiestan.
Quienes se acerquen al edificio de calle Chacabuco podrán encontrar, tanto en la Sala Valor como en la Sala Allende, obras referidas al período inicial del Museo. La sociedad Estímulo de Bellas Artes de Tandil fue la responsable en apostar por la apertura de un campo artístico local, permitiendo que naciera de esta semilla la Academia de Bellas Artes y posteriormente el Museo, en el año 1937.
El acervo inicial se empezó a conformar gracias a las obras adquiridas por la Sociedad Estímulo y también por muchísimas donaciones de artistas y particulares.
En sala se pueden observar dos líneas estéticas principales, las cuales responden a una clasificación genérica propia de las artes visuales como lo son el paisaje y el retrato. El lenguaje plástico predominante es la pintura, específicamente el óleo.
La Sala Valor permite vislumbrar importantes piezas paisajísticas de reconocidos artistas nacionales. Por un lado, la “Plaza Independencia” retratada por Teruelo, “Paisaje de las sierras de Córdoba” de Fray Guillermo Butler, las míticas parvas de Martín Malharro, “Calle” de Onofrio Pacenza, “Lago Lácar” de Ernesto Riccio y el óleo titulado “Reflejos” de Ingrasio. En todas las obras mencionadas el protagonista es el espacio natural, paisajes desolados, otros plagados de vegetación o de agua, donde predominan los tonos fríos y verdosos.
En contrapunto a esta idea, en la misma sala se exponen dos paisajes urbanos que retratan típicas escenas porteñas de antaño: la “Entrada al mercado del Abasto” de Cayetano Donnis y la obra recientemente restaurada que corresponde a Benito Quinquela Martín “Buque en reparación”, adquirida durante la exposición de Quinquela en la ciudad de Tandil.
En consonancia con otro de los géneros clásicos de la época y de la pintura como es el retrato, la Sala Allende continua el recorrido por nuestros grandes pintores argentinos. Comenzamos descubriendo “Autorretrato” de Arturo Gerardo Guastavino, para continuar con un retrato de Ramón Gómez Cornet titulado “Pocho”, la sutil pieza realizada en óleo deja ver a partir de un plano medio a un niño que mira fuera de cuadro. También a partir de un plano cerrado a la altura del pecho se difumina la figura de “Coca”, una pintura realizada por Humberto Pittaluga que se ubica enfrente a las mujeres de Antonio Berni, retratadas en “El gato gris”. Junto a esta pieza se halla una obra realizada en pastel: “La niña del tapado rojo”, que corresponde a Juan Eduardo Picabea y fue donada por el artista a su amigo y entonces director-fundador del Museo de Bellas Artes, José Manochi, convirtiéndose en una de las primeras obras de la colección del Museo.
Cabe destacar en esta sala, donde predominan los retratos de pequeño formato y de plano cerrado, a las dos únicas piezas que toman la figura humana en su totalidad permitiendo interpelar tanto a la figura en sí como al fondo. Se trata de las obras “Desnudo” de Ernesto Scotti, donde una trabajadora del mundo del espectáculo es retratada en la intimidad de su camarín, y de “Figura” de Héctor Basaldúa que refleja a un elegante personaje ataviado con sus mejores ropas.
“Colección Mumbat. Etapas de una construcción patrimonial” se transforma en una excelente oportunidad tanto para que turistas como los habitantes de la ciudad se acerquen al patrimonio local, poniendo en valor las importantes piezas que conforman su acervo artístico y cultural y posicionando al Museo entre los más importantes de la provincia.