Comenzó la restauración de “Buque en reparación” y se rememora el paso de Benito Quinquela Martín por Tandil hace 60 años
Recientemente, la obra “Buque en reparación” del gran artista argentino Benito Quinquela Martín, comenzó un profundo proceso de restauración en el Laboratorio de Conservación del Museo. Esta importante pieza fue adquirida por el Museo de Bellas Artes en el año 1958, en el marco de la importante exposición que realizó el artista en la ciudad.
El laboratorio de restauración y conservación del Mumbat, como es habitual, se encarga de preservar y revalorizar el patrimonio cultural de nuestra ciudad, además de educar y formar valores para el cuidado patrimonial. Actualmente, ingresó al laboratorio la obra de B. Quinquela Martín a los fines de someterse a un exhaustivo proceso de investigación y análisis acerca de sus condiciones pictóricas y estado de preservación. El objetivo del restaurador del Museo, quien está a cargo del diagnostico de la obra, es devolver a la pintura, de la manera más fiel posible, las condiciones y características originales con las que contó al momento de ser cedida al Museo.
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En el año 1958, durante la primera quincena del mes de septiembre, Tandil tuvo el honor de patrocinar una importante muestra con obras exclusivas del emblemático pintor de La Boca. Invitado por la Municipalidad y el, en ese entonces, Museo y Academia Municipal de Bellas Artes, el “pintor del riachuelo” visitó la ciudad luego de un extenso intercambio epistolar que permitió concretar la gran propuesta.
La muestra contó con una importante suma de obras integrada por 50 piezas exclusivas del artista. Entre las producciones que arribaron al Museo la mayoría fueron pinturas, una de ellas la actual obra que se encuentra en restauración e integra el patrimonio museístico: “Buque en reparación”. La selección de obras estuvo compuesta además por 10 dibujos de gran formato y 10 aguafuertes, una técnica muy apreciada por Quinquela y de la cual el Mumbat tiene también el privilegio de contar con un ejemplar.
La obra pictórica que se encuentra hoy en el museo fue tasada para la compra en un valor de 20 mil pesos, sin embargo en ese entonces, en un comunicado al intendente Juan Roser Isaac, el pintor ordeno que parte de esa suma fuera donada a la biblioteca de la ciudad que llevaba su nombre. En esa transacción fue que el Museo obtuvo a modo de obsequio la valiosa aguafuerte titulada “Descarga”.
La muestra contó con un gran número de visitantes: artistas, público en general y muchísimos establecimientos educativos, que además realizaron actividades complementarias y afines a la muestra. Ese mismo año, en honor a su figura, se constituyó el centro cultural Quinquela Martín que en sus inicios contó con 144 socios activos de la ciudad.
“La Orden del Tornillo que le falta”
Durante la estadía de Quinquela en la ciudad, un grupo de destacados artistas y vecinos fue honrado con la ingeniosa distinción del tornillo. Entre las figuras galardonadas se encontraban el músico Isaías Orbe, el escultor Carlos Allende y el pintor Ernesto Valor. La ceremonia tuvo lugar en el club Independiente y contó con un curioso menú de fideos, pasta frola y vino tinto. Varias reuniones de la Orden fueron celebradas en la ciudad, enmarcadas en grandes banquetes realizados tanto en las sedes del club Independiente, club Hípico y Rotary.
Benito Quinquela Martín fue el creador de La Orden del Tornillo, un premio para artistas, personajes y personalidades destacadas de La Boca, Argentina y el mundo que simbolizaba el tornillo que les faltaba a los homenajeados.
Consistía en un elogio a la locura, el honor que recibían los cultores de la Verdad, el Bien y la Belleza. Para el nombramiento de “Caballero de la Orden del Tornillo que le falta” Quinquela Martín se ponía un traje de almirante con tornillos como botones, y hacía girar varias vueltas al homenajeado, luego lo detenía tocándolo con un bastón y le decía “Ya estás atornillado”.
La primera ceremonia se realizó en 1948 y se volvió tradición que él mismo cocinara para los cófrades e invitados fideos de colores. Desde entonces, y hasta el año 1976, grandes personalidades de las más diversas disciplinas culturales, científicas y sociales recibieron esta distinción.
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