Con una gran demanda, se desarrolló el operativo para regularizar la documentación de residentes extranjeros
El Operativo Migraciones del Ministerio del Interior de la Nación recaló en Tandil para facilitar el acceso a los trámites de residencia y entregar documentación. Decenas de personas se acercaron al puesto montado en la Plaza Independencia para asesorarse y reglamentar su situación.
El dispositivo móvil de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) desembarcó ayer en la Plaza Independencia con el propósito de facilitar el acceso a las herramientas necesarias para regularizar las situaciones de inmigración en el territorio. La propuesta resultó exitosa y decenas de personas se acercaron a realizar trámites de residencia o retirar documentación. También se entregaron DNI y se gestionaron certificaciones.
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Se calcula que en Tandil hay alrededor de mil residentes extranjeros y en la región, que contempla a 17 distritos bonaerenses, la cifra asciende a 20 mil personas, con foco en los grandes centros urbanos.
El delegado regional del organismo con asiento en Mar del Plata, Sebastián Patanchón, conversó con El Eco de Tandil y explicó que la iniciativa se enmarca dentro de las políticas de la DNM para tratar de acercar el Estado a la gente. Esta fue la segunda vez que el operativo arribó a la ciudad para que, en medio de las restricciones de la pandemia, las personas no tengan que desplazarse hacia la sede central para realizar las diligencias pertinentes.
No obstante, el traslado a otros municipios está limitado por el devenir del escenario epidemiológico. Por este motivo, se suspendió el desembarco del operativo en Olavarría, debido a la crítica situación sanitaria que atraviesa ese distrito.
Políticas inclusivas
La política inmigratoria argentina es de las más amigables del mundo, ya que no tiene un carácter expulsivo sino de incorporación del sujeto migrante como parte de la ciudadanía y el tejido social. Con estos dispositivos itinerantes se busca ampliar el campo de acción y así evitar que la falta de documentación o la irregularidad en la misma coarte a las personas provenientes de otros países el acceso a derechos y prestaciones, e impedir que la población migrante permanezca sumida en la precarización e informalidad.
“Sorprendió la demanda en función de la población, pero que tanta gente haya podido venir hasta acá es muy grato; nos pone muy contentos poder venir y trabajar, evidentemente estaban esperando esto de nosotros”, señaló el funcionario.
Al respecto, Patanchón expuso que “lamentablemente hay toda una cuestión creada en torno a Migraciones, un imaginario que hace que nos vean como un peligro o que estamos para expulsar gente”.
Al contrario, con la misión de hacer tangible aquella premisa que se desprende del preámbulo de la Constitución Nacional y que invita a garantizar los derechos “a todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”, teniendo en cuenta las garantías constitucionales y la Ley Nacional ley 25.871 sancionada en 2004, la normativa vigente intenta “abrazar” a todas las personas que residan en el territorio nacional y darles herramientas para que puedan desarrollar su proyecto de vida en el país.
“Lo primero y principal es calificar la situación y no a la persona. Una persona no puede ser ilegal, se califica de regular o irregular la situación en la que se encuentra. En ese sentido, lo que tratamos de hacer es acercarnos a la población y darles la tranquilidad de que no estamos para echarlos sino para regularizar su estadía”, detalló.
El valor de la inmigración
Asimismo, señaló que Argentina es un país muy grande y que desde el punto de vista demográfico necesita 120 millones de habitantes para explotar sus riquezas, paradigma que sustenta el aval inmigratorio para enriquecer la pirámide poblacional. “La migración es más que bienvenida porque viene a incrementar el PBI dentro de otros numerosos aportes, tanto culturales como sociales”, remarcó.
“Nuestro país abraza a los migrantes y contiene la necesidad de los desplazamientos que por alguna razón u otra sufren las personas en sus países de origen. La gente pocas veces tiene ganas de irse de su terruño, pero si pasa, el Estado debe plantearse de una manera refractaria perseguir y expulsar a las personas, o incorporarlas en todo, con la riqueza que eso tiene”, subrayó.