Denuncias cruzadas
Denuncias cruzadas en la cooperativa El Laurel por administración fraudulenta y violencia de género
Tras la denuncia contra el referente del Movimiento Evita, Nicolás Carrillo, por administración fraudulenta, él consideró que todo fue una operación política. Ahora, los ex trabajadores niegan que eso sea cierto, al igual que una denuncia por violencia de género en contra de uno de ellos.
Tras la denuncia penal realizada en La Plata contra el referente del Movimiento Evita, Nicolás Carrillo, por parte de cinco exintegrantes de la cooperativa El Laurel, los denunciantes enviaron un comunicado a El Eco de Tandil en el cual niegan tener intencionalidad política, tal como afirmó Carrillo en una nota publicada por este Diario.
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En la nota, expresaron su deseo de ejercer el derecho a réplica por los dichos de Nicolás Carrillo respecto a la existencia de una operación política, ya que afirmaron que son “gente humilde, de trabajo” y que no tienen “pertenencia a ningún partido político”.
Y aseguraron ser “víctimas” de Nicolás Carrillo, que los “explotó laboralmente” haciéndolos pasar por cooperativistas cuando en realidad tenían una “relación laboral”, lo cual fue “constatado por el Ministerio de Trabajo de la Provincia”.
Asimismo, manifestaron que fueron “utilizados” en beneficio de Carrillo para “hacerse de recursos públicos, en donde la Provincia “le entregó la desorbitante suma de cinco millones de pesos para una tarea tan simple como la limpieza del Arroyo Langueyú, mientras que a los que trabajábamos nos daba la magra suma de 4 mil pesos mensuales en negro”.
Denuncia falaz
Sostuvieron además que por reclamar sus derechos fueron “amenazados y víctimas de situaciones de mucha violencia” que los hacen vivir “con miedo” por su integridad física y la de sus familias “atento al poder que tiene Nicolás Carrillo en la ciudad de Tandil, en donde maneja cinco cooperativas y 400 planes sociales nacionales, como así también parte de la Fiscalía Federal de la ciudad donde ocupan cargos importantes varios dirigentes del Movimiento Evita y la esposa del propio Carrillo”.
A causa de ello, “decidimos radicar la denuncia en La Plata, que se filtró a los medios de comunicación, pero que en ningún momento fue nuestra voluntad, como así también hemos denunciado ante la Justicia Federal de otra jurisdicción el manejo de planes nacionales y trata de personas”.
“No somos violentos y resulta falaz la existencia de denuncia alguna en nuestra contra por dicha causa, lo cierto es que Carrillo no puede justificar de ningún modo qué hizo con ese dinero, como tampoco puede justificar su nivel de vida cuando no tiene ni siquiera trabajo comprobable alguno y opta por la descalificación de quienes suscribimos”, expusieron.
Y añadieron que “nosotros obramos dentro de la ley, en consecuencia hicimos la denuncia correspondiente aportando las pruebas que teníamos. Somos gente de trabajo y no sabemos ni tenemos acceso a los medios como sí lo tiene Carrillo, por ello es necesario que la sociedad en su conjunto sepa lo que está ocurriendo y confiamos en que la Justicia eche luz sobre los abusos a que fuimos sometidos y el desfalco en perjuicio de la administración pública que se ha cometido en una de las cooperativas que maneja Carrillo”.
Falsas denuncias
Mario Sánchez, uno de los expulsados de la cooperativa, aseguró que “todo comenzó porque de manera arbitraria cinco compañeros fuimos expulsados de la cooperativa. Nosotros no estamos en contra de ningún puesto de trabajo pero estamos pasando muchas necesidades”.
En tanto, sostuvo que las denuncias que hicieron en su contra por violencia de género contra sus compañeras de trabajo, son “falsas”.
“Nunca nos dieron una explicación lógica de por qué nos desplazaron. Fue de manera prepotente. Lo único que consiguieron es enfrentar a pobres contra pobres, a laburantes contra laburantes. Nosotros estamos sin trabajo desde ese momento, yo vivo con mi señora y mi hijo discapacitado”, expuso.
Miembros de la cooperativa salieron a respaldar a Nicolás Carrillo y denunciaron violencia de género
En respuesta a la acusación, Nicolás Carrillo aseguró que están “orgullosos” del trabajo que se lleva adelante en la cooperativa e indicó que “la particularidad que tiene esta tarea es que mes a mes tenemos contralor, auditoría, presentación de informes a Hidráulica para que la tarea pueda seguir funcionando”.
“Nosotros somos opositores al Gobierno de turno y aun así reconocen nos felicitan por la tarea. No hemos tenido ningún contrapunto en torno a la tarea realizada”, remarcó.
Respecto a la denuncia en su contra, consideró que “hay una intencionalidad política clara. Quienes denuncian están financiados por la política, lo tenemos totalmente comprobado. Sería bueno que quienes los financian para que hagan este tipo de denuncias en vez de hacer eso, les dieran trabajo”.
En cuanto a qué partido político creen que los financia, dijo que lo van a dar a conocer “oportunamente” porque ellos también realizarán denuncias por injurias.
Y sostuvo que “yo no soy parte legal de la cooperativa, pero como referente del movimiento intentan golpearme a mí”.
Denuncia por violencia
Por su parte, una de las trabajadoras de la cooperativa, Emilia Sosa, explicó que quien era coordinador de la cooperativa, Mario Sánchez, “se lo desplazó de su puesto de coordinador por violencia de género contra mí y mis compañeras”.
“Las denuncias están hechas desde diciembre del año pasado, las hicimos el mismo día en el que se le informó que iba a ser desplazado de sus tareas. Esa mañana nos sacó la camioneta, las herramientas y nos echó de nuestro lugar de trabajo”, recordó.
Y agregó que “ese día tuvimos amenazas de muerte, por parte de él y de su hijo que también trabajaba en la cooperativa pero él lo había echado por haberse robado la camioneta del horario de trabajo para uso personal”.
Aseguró que venían sufriendo violencia de género hacía aproximadamente 8 meses cuando lo desplazaron de la cooperativa.
“Veníamos aguantando, se venía hablando con él, decía que iba a cambiar. Cuando le planteabas algo que no te gustaba reaccionaba con violencia. También ejercía violencia en el trabajo de mandarte a hacer trabajos que sabía que no podías, sacarte a trabajar sola sin el grupo, cortar la hora del descanso porque se le ocurría. Se le habló varias veces, cambiaba un tiempo y volvía con estas actitudes hasta que se decidió separarlo”, señaló.
Además, aseguró que cuando se ponía violento, les decía cosas extremadamente violentas como “pelot…”, “hija de p…” y hasta llegó a decirle “vos que vas a las marchas de Ni una Menos, te voy a prender fuego”.
“Cuando se lo separa, había tres personas que son familiares de él y se fueron, no quisieron seguir trabajando por el desplazamiento de él”, sostuvo.
En cuanto al cuestionamiento sobre el uso de los fondos por parte de Carrillo, Sosa afirmó que “nosotros llevamos todo el control de los gastos, y de todo lo que se compra. Si algo está en duda no nos mandan el sueldo, si cobramos regularmente es porque la cooperativa esta al día con todo”.
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