Desde Cáritas agradecieron el apoyo de toda la comunidad a las acciones solidarias que realizan
La coordinadora de Cáritas Ana María Vanzini y la trabajadora social María Marino realizaron un positivo balance de 2017 y compartieron con El Eco de Tandil los próximos proyectos. Ambas agradecieron el gran apoyo de toda la comunidad tandilense, que sigue acompañando a la institución en las diferentes acciones solidarias que realizan.
Recibí las noticias en tu email
En primer lugar, Marino reconoció la labor que llevan adelante las 24 voluntarias que todos los días desarrollan diferentes tareas. “Sin su trabajo, Cáritas no podría funcionar”, afirmó.
Luego, Vanzini detalló que durante el año, la organización atiende los lunes y miércoles a la tarde, y martes y jueves a la mañana. “Los lunes y miércoles de tarde se venden las cosas a precios muy baratos, y los martes y jueves damos los bolsones de alimentos, entrevistamos a las personas y les damos la ropa. Y los segundos viernes de cada mes tenemos la feria solidaria, que en invierno es de mañana y tarde, y ahora solo de mañana”, precisó.
Seguidamente, Marino aclaró que “todas las donaciones que llegan a Cáritas están a disposición de la gente. Cáritas es una organización que no recibe dinero del Estado, entonces vive de donaciones. Por eso, queremos agradecerle a la comunidad de Tandil todo lo que nos ha donado y acompañado durante el año”.
Contó que todo lo que reciben “se pone a disposición primero y principal de la gente que lo necesita y el excedente se pone a la venta, pero también lo hacemos con precios que la gente pueda pagar”.
Explicó que “ese dinero que ingresa a través de la venta, tanto de la solidaria como de los días de semana que se realiza a la tarde, se utiliza para el pago de sueldos y la compra de alimentos, entre otras cosas que se necesitan”.
Por otro lado, afirmó que en Cáritas reciben todo tipo de donaciones, pero aclaró que tienen que ser cosas que estén en condiciones para que otra persona pueda utilizarlas.
“Recibimos lo que sirve; no lo que se tira. Siempre queremos dejar claro esto: recibimos lo que la gente va a donar porque lo dejó de usar, pero no porque lo descarta de la casa”, afirmó, y remarcó que “cuando uno dona, tiene que pensar que el otro lo va a utilizar en las mismas condiciones que yo lo utilicé”.
Las familias asistidas
Seguidamente, Marino precisó que en la actualidad Cáritas asiste a “cerca de 300 familias de todo Tandil, y algunas de Gardey y de la Base Aérea”, número que se mantuvo durante 2017 respecto al año anterior.
“Algunas familias van fluctuando, que son las que tenemos con la atención de emergencia, que son las que vienen por dos o tres meses hasta que superan la situación. Después, están las que atendemos desde hace años y lo que sí hacemos es una atención en forma conjunta con Desarrollo Social. Tenemos una planilla con sus datos, donde se le hace un seguimiento particular a cada una. Hay diferentes formas de acompañamiento y la idea es acompañarlas en un período, y que luego puedan seguir solas. A veces se puede; otras no”, admitió.
Lo que sí dijo que ven “cambios que se producen en algunos momentos del año, por ejemplo en el invierno, donde tenemos un aumento de pedidos de garrafas, alimentos, leña y demás”.
En el verano, en tanto, Vanzini aclaró que siguen atendiendo, pero “solo las emergencias y por eso abrimos solamente los jueves”.
Acciones conjuntas
Conforme entonces con el trabajo realizado durante 2017, la coordinadora de Cáritas agradeció al Municipio por su acompañamiento en las distintas acciones solidarias que llevan adelante. “Desde Desarrollo Social colaboran mucho con nosotros, trabajamos juntos y tenemos emprendimientos juntos”, destacó.
Concretamente, Marino explicó que “el Municipio, a través de la Secretaría de Desarrollo Social, nos aporta leche que recibe del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia. Nosotros la retiramos mensualmente y además la repartimos a las otras Cáritas. Y, por otro lado, Desarrollo Social nos ayudó también a fin de año con los bolsones navideños, colchones, zapatillas y útiles. En realidad es una ayuda permanente y también mutua, así que estamos muy agradecidas porque se ha hecho un trabajo muy importante en los últimos años”.
Destacaron además el gran apoyo recibido por parte de distintas instituciones y empresas de la ciudad que colaboran de manera constante con la organización.
La Casita de la Esperanza
Entre los proyectos que llevan adelante, mencionaron en principio la Casita de la Esperanza, una iniciativa que se inició en la década del 90 y se convirtió en una suerte de barrio cerrado que se presenta como una alternativa habitacional para la tercera edad, en especial a matrimonios de personas mayores a 65 años.
Allí conviven alrededor de 30 abuelos autoválidos que además desarrollan distintas actividades, muchas de ellas, en el salón de usos múltiples.
“La Casita de la Esperanza es un lugar acogedor para transitar la tercera edad porque también los abuelos tienen sus propias actividades. Ellos disponen de un SUM, donde se realizan distintos talleres, a los cuales acceden sin obligatoriedad. Lo único obligatorio es el pago de una colaboración, ni siquiera lo llamamos alquiler, que se va ajustando al nivel de vida”, resaltó Marino, dinero que es utilizado para las distintas tareas de mantenimiento que requiere el lugar.
La continuidad de los proyectos
De cara a los próximos meses, la trabajadora social de Cáritas aseguró que continuarán con los proyectos que vienen llevando adelante, entre ellos, mencionó a la panadería Santa Rita, una iniciativa que nació en el marco de la crisis del 2001 y sigue creciendo.
“Este año vamos a cumplir 18 años de trabajo sin parar. Hemos trabajado con más de cien personas que egresan de los talleres en forma anual y lo que hacemos es llevarlos adelante con dos capacitadoras rentadas por Cáritas en diferentes lugares de la ciudad. Primero en los centros comunitarios y después en otros espacios habilitados para poder dictarlos”, detalló.
Celebró que “este año se logró la conformación de la cooperativa, que era uno de los puntos que queríamos hacer, y ya está funcionando. Es un grupo de seis señoras que se están dedicando a la elaboración de panificados”.
Entre otras actividades, mencionaron también el taller de costura que se realizó el año pasado en Las Tunitas y en 2016 en la Ludoteca, con muy buenos resultados, y que este año continuará, aunque todavía no definieron el lugar. “Queremos rotar con los talleres y que la gente pueda llevar a la práctica lo aprendido y tener una fuente de trabajo”, explicaron.
Una pañalera
Por último, contaron que “uno de los proyectos que también estamos soñando es una pañalera. Poder hacer pañales sociales, así que aprovechamos este medio para pedir si alguien tiene una máquina que no use para poder confeccionarlos. Tenemos el espacio, las ganas de capacitarnos para aprender a hacerlos y poner personas que puedan trabajar y que la ganancia sea para ellas”, y también -agregó Vanzini- “la idea sería poder entregarlos en Cáritas”.
Nuevos voluntarios
Desde la organización, ambas invitaron a quienes quieran sumarse como voluntarios a acercarse a la sede de Fuerte Independencia 345. “En principio, tenemos una pequeña charla con la persona porque no es un voluntariado común el de Cáritas. La persona a la que ayudamos es nuestra hermana, ése es el concepto que tenemos. Entonces tenemos que atenderla bien, tratar de estar siempre con una sonrisa y brindar lo mejor de cada uno porque para esa gente es muy importante”, destacó Vanzini.
Por ello, dijo que “hay que tratar de ablandar nuestro corazón, a veces nosotros también tenemos nuestros problemas, pero ahí estamos para ofrecernos en cuerpo y alma. Esto es lo que rescatamos del trabajo solidario y, cuando uno se compromete con ello, hay que hacerlo porque es un trabajo y es mucho lo que se hace”.
La coordinadora de Cáritas señaló que “somos un grupo grande, pero somos todas bastante grandes de edad. Por eso, si se quiere incorporar gente, la vamos a recibir con los brazos abiertos”.
Este contenido no está abierto a comentarios