Desde el Municipio minimizaron los robos en el Hospital y afirmaron que los vehículos deben dejarse afuera
Tras la denuncia pública que hizo en El Eco de Tandil la enfermera Sandra Meilán sobre la importante cantidad de robos y hurtos sufridos en los últimos meses en el Hospital Ramón Santamarina, desde el Municipio minimizaron los ilícitos y aseguraron que la moto que le robaron a la enfermera tenía la llave puesta.
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Además, resaltaron que no se puede dejar vehículos en el estacionamiento por riesgo de incendios. Básicamente esos fueron los únicos argumentos para explicar la incesante ola de robos y hurtos denunciada por la trabajadora y la desprotección que sienten.
No hubo aclaraciones respecto a la falta de seguridad expuesta ni de la falla en una de las cámaras de seguridad ni del resto de los ilícitos. Tampoco se dio respuesta al pedido desesperado de la mujer de que los cuiden “un poco”, de que no pueden dejar sus pertenencias en ningún lugar porque les roban todo, de que no pueden trabajar así y de que tienen miedo de que suceda algo peor.
Meilán denunció hurtos de carteras, celulares, mochilas, billeteras y hasta un handy de los camilleros. Además, robos de motos y bicicletas en los cuales los delincuentes debieron romper candados para concretar el ilícito. Pero desde el área de Salud se hizo hincapié en que fue un hurto el de la moto, debido a que tenía las llaves a mano y no necesitaron romper el candado pero no explicaron nada acerca de todos los otros hurtos y robos que tuvieron lugar en la institución.
Los argumentos
A partir del reclamo público que realizó una enfermera del Hospital Ramón Santamarina, desde el Sistema Integrado de Salud Pública se aclaró que la prohibición de estacionar dentro del Hospital rige hace más de un año.
Indicaron que la misma surgió “como exigencia del cuerpo de Bomberos de Tandil para avalar el plan de siniestralidad con el que se tramitó, a posteriori, el ascenso de categoría del Hospital Santamarina ante el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires”.
El director administrativo del Hospital Ramón Santamarina, Carlos Riccomagno, explicó que la prohibición de estacionar es un tema “delicado por dos motivos”.
En primer lugar, “la recategorización antes mencionada depende de contar con un edificio seguro para los pacientes y los trabajadores del nosocomio. Los vehículos son un foco de incendio constante” y en segundo lugar, para “resguardar el patrimonio del Hospital”.
En ese contexto, afirmaron que hace aproximadamente seis meses atrás, el presidente del Sistema Integrado de Salud Pública, Gastón Morando, circuló una nota, la cual fue adherida a cada uno de los parabrisas de los autos prohibiendo el estacionamiento dentro del predio del Hospital. Por otro lado, “se actualizó la cartelería de prohibido estacionar (una de ellas actualmente se encuentra violentada)”.
Además, indicaron que en el lugar donde fue hurtada la moto en cuestión se encuentra un caballete que dice “no estacionar ni motos ni autos en este lugar”, pero “se suelen hallar motos atadas al mismo”.
“En este sentido, la Policía ha detectado que no hay público que utilice ese lugar, por ende, lo paradójico reside en que lo hace personal del Hospital”, cuestionaron.
Con respecto al incidente de la moto, Riccomagno explicó que “fue un hurto y no un robo, ya que no hubo violencia. A partir de la denuncia registrada por la enfermera, se dejó asentado, según explica la Policía, que la propietaria dejó el casco en el manillar con un manojo de llaves, el cual contenía la llave de contacto y la llave del candado de la moto”.
Ya en lo referente a las imágenes de las cámaras de seguridad, el director administrativo aclaró que “en principio se dijo que en 48 horas las tendría, pero ante la urgencia de la enfermera de tenerlas en el día y a partir de dialogar con el técnico correspondiente, se las pudo adquirir en 2 horas. En las mismas, la damnificada pudo ver que su moto no estaba en el campo visual de las cámaras, ya que el vehículo fue estacionado fuera del ángulo de visión de la cámara más cercana a ese lugar.”
No obstante, no se aclaró por qué la otra cámara, que podría haber captado la fuga del delincuente, no funcionaba.
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