Dos docentes de Nuestra Tierra fueron convocadas para dictar una capacitación nacional
Las docentes Julia Romero y Soledad de la Sierra fueron invitadas a unas jornadas que organizó el Ministerio de Educación de la Nación, en reconocimiento a la formación en educación ecológica. Desde 1997, la institución aplica la Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela (EEPE), aprovechando los pequeños ecosistemas que existen en el parque y en ambientes cercanos.
La Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela (EEPE), promovida en Tandil desde 1997 por el colegio Nuestra Tierra y su Centro de Educación Ambiental para Docentes (CEAD), es una filosofía de enseñanza de las ciencias, aprovechando los pequeños ecosistemas existentes en el patio de las escuelas y los ambientes cercanos.
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Del 16 al 18 de agosto se llevó a cabo, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la capacitación “La teoría y la práctica de realizar la ciencia empleando el ciclo de indagación”. Ese encuentro fue organizado por el Ministerio de Educación de la Nación, a través de Educar Tecnología Educativa, el grupo EEPE (Enseñanza de la Ecología en los Patios de las Escuelas) y la Red Argentina de Clubes de Ciencia. A esta jornada fueron convocadas dos docentes del colegio Nuestra Tierra, en un reconocimiento a la trayectoria de la institución y su equipo de trabajo.
El objetivo del encuentro fue trabajar sobre cómo enseñar ciencia en la escuela a partir del ciclo de indagación, metodología de investigación y acercamiento al conocimiento que se desarrolla en el colegio tandilenses desde 1997, gracias a la enseñanza y acompañamiento de su creador, el Dr. Peter Feinsinger, y una de sus grandes colaboradoras en Latinoamérica, la veterinaria Andrea Caselli, quien además de ser una de las fundadoras de Nuestra Tierra es, desde sus inicios, una de las responsables de fomentar la formación de los docentes en la educación ecológica, uno de los pilares de la institución.
Las docentes del nivel Primario, Julia Romero y Soledad de la Sierra, fueron convocadas como capacitadoras, valorando así su trayectoria y compromiso con la enseñanza de la ciencia a partir de la observación, la comparación y la búsqueda de posibles respuestas a las preguntas que podemos hacernos si nos “acercamos” a la realidad ambiental.
Un poco de historia
Hasta no hace mucho tiempo, la mayor parte de los libros de ciencias naturales describían y hablaban acerca de plantas y animales que no son nativos. Mencionaban y enseñaban, por ejemplo, sobre el león, la jirafa o los elefantes. Pero ¿qué pasa con los ejemplos locales?
A mediados de los años ochenta, Peter Feinsinger y varios ecólogos norteamericanos y latinos empezaron a trabajar para tratar de revertir esta situación, dar a conocer la biodiversidad local y generar una estrategia para la enseñanza de la ecología y otros aspectos de la historia natural en las escuelas y colegios. Fue así como las primeras actividades de este grupo se desarrollaron en el estado de Florida, en Estados Unidos, y en 1990 generaron un “Manual de plantas y bichos de los patios de las escuelas del centro norte de Florida, EE.UU.”. Luego, ya en 1994, la idea original se fue transformando hasta convertirse en la propuesta pedagógica didáctica que se conoce hoy día: la EEPE (Enseñanza de la Ecología en el Patio de la Escuela).
La EEPE, promovida en Tandil desde 1997 por el colegio Nuestra Tierra y su Centro de Educación Ambiental para Docentes (CEAD), es una filosofía de enseñanza de la ecología (y otras ciencias), aprovechando los pequeños ecosistemas existentes en el patio de las escuelas y los ambientes cercanos.
Esta metodología apunta a revalorizar la naturaleza y cultura locales, convirtiendo a las comunidades en protagonistas de su destino medioambiental y promoviendo una conciencia de conservación en los docentes, sus alumnos y la comunidad en general.
La EEPE está desarrollándose en una red de alcance latinoamericano que busca proveer a los niños, a través de sus docentes, de una herramienta de investigación que les permita estudiar, comprender, analizar y reflexionar sobre los procesos ecológicos y las ciencias en general. El uso de esta propuesta pedagógico didáctica promueve el pensamiento crítico e independiente, pilares fundamentales del uso sustentable de los recursos naturales y la conservación del medioambiente y su biodiversidad.
Sencillo y comprensible
Esta metodología de investigación es tan rigurosa y objetiva como el llamado método científico formal, si bien es mucho más sencilla y comprensible para los niños. Está compuesta por tres pasos que constituyen el ciclo de indagación, fundamento de la EEPE.
Primero, el planteo de una pregunta, a partir de observaciones y la curiosidad o inquietud, basada en un marco conceptual o concepto de fondo.
Segundo, la “experiencia de primera mano” o acción: se diseña y ejecuta la forma más adecuada de recolectar y analizar la información para contestar la pregunta.
Y tercero la reflexión: a partir de los resultados de la acción, se reflexiona sobre las posibles implicancias que tienen estos resultados en el contexto particular en que planteó la pregunta y su posible extrapolación a ámbitos más alejados. De esta manera, surgen conclusiones provisorias y nuevas preguntas que permiten comenzar nuevamente el ciclo.
De ahí la vinculación directa con la teoría constructivista que sostiene la propuesta del colegio en el sentido pedagógico. Se promueven estrategias que lleven al niño a construir su propio conocimiento, partiendo de la confrontación con sus pares, cooperando, dudando, discutiendo hasta llegar a una conceptualización del objeto de conocimiento. Tratando, de este modo, de comprender activamente el mundo que lo rodea, compartiendo el principio que la educación ambiental no se limita a comprender y admitir sino a comprender y actuar.
Como respaldo, desde el colegio citaron una frase del proyecto original de Nuestra Tierra: “Para conservar nuestro entorno, primero tenemos que conocer aquello que nos rodea… comprender sus elementos y procesos y cuestionar sobre ellos. Podríamos agregar una ‘s’ de sentir, ya que esto puede transformarnos en una parte esencial, capaz de construir un ambiente mejor”.
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