El consumo anual de electricidad disminuyó y cada vez a la gente le cuesta más pagar la factura
El gerente técnico de la Usina, Guillermo Saab explicó que eso se debe a la situación crítica de las metalúrgicas y a que los vecinos buscan reducir el consumo por el alto costo de las boletas. Además, registran una mayor morosidad y más trabajo de ayuda de Bienestar Social para personas que no pueden pagar la boleta.
Las altas tarifas y la situación crítica del país hacen que el consumo de energía eléctrica haya disminuido a la vez que mucha gente encuentra difícil abonar en tiempo y forma, llegando incluso en oportunidades a necesitar ayuda del Estado para solventar el costo de las facturas.
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El gerente técnico de la Usina, Guillermo Saab, informó que el consumo de energía eléctrica en Tandil bajó respecto al año anterior entre un 6 y un 7 por ciento dependiendo del mes. Para ser más preciso, indicó que en 2018 respecto a 2017 se registró una merma del consumo del 6,5 por ciento.
Consideró que esa baja se debe principalmente a dos causas. Una es que las empresas de mayor demanda eléctrica, las metalúrgicas, hoy atraviesan una situación crítica, ya que algunas cerraron, otras están funcionando con mucho menos capacidad operativa, reducen personal u horario de jornada.
“Las metalúrgicas no están pasando por un buen momento y por otro lado también los domicilios están consumiendo menos”, aseguró.
Paralelamente con la merma del consumo, hay que tener en cuenta que en el último año colocaron 1100 medidores nuevos, lo cual significa que la baja fue mucho menos aún ya que hay más medidores con mucho menos consumo.
“Tenemos 64 mil medidores totales el último año pusimos 90 por mes promedio y así y todo el consumo bajó”, señaló en diálogo con El Eco de Tandil.
Consideró que eso se debe a “al aumento tarifario, las tarifas en otro momento eran más accesibles” y recordó que “antes pasábamos por los negocios en época de verano y salía frío de adentro porque estaban los aire acondicionados a pleno funcionamiento con las puertas abiertas, hoy eso no pasa. Si bien algunos negocios tienen el aire prendido, no están con la puerta abierta”.
“Creo que está relacionado a una cuestión tarifaria y a que los negocios no están vendiendo tanto así que cada uno ajusta lo que se puede”, sostuvo.
Las boletas
En cuanto a las boletas, explicó que “este año recibimos muchos pedidos de aclaración de cómo funciona la facturación. La gente mucho no la miraba a la boleta porque no era un número crítico para la empresa, con las tarifas de hoy la gente está interesada en que le expliquemos qué significa cada ítem de la factura”.
“Nosotros hicimos charlas a nivel comercial, a nivel industrial, para gente residencial en distintos momentos y seguimos recibiendo consultas y también reclamos. La gente quiere saber, me parece bien, creo que es sano que empiecen a ver qué pueden hacer y qué no”, afirmó.
En tanto, ejemplificó que “la energía eléctrica para la industria es mucho más cara de 18 a 23. No es lo mismo prender el torno a las 16 que a las 19, entonces mucha gente le dice al empleado que venga una hora antes y a las 18 cortan. Antes no prestaban atención esas cosas”.
“Todos quieren saber cómo hacer para pagar menos. Este verano está ayudando que no hubo tantos días de calor y la demanda más grande de los últimos 10 años siempre se da cuando hay 3 o 4 días seguidos de calor, entonces la gente prende el aire acondicionado”, indicó.
Pero señaló que “antes la gente se iba de la casa y dejaba el aire prendido, eso no existe más. Se iban a trabajar y lo dejaban prendido para que estuviera fresco cuando llegaban. Capaz que estaba 8 horas prendido, eso nos pasaba en las instituciones, en la escuela, en el Municipio, en distintos ambientes, acá en la oficina, no estábamos acostumbrados a pensar si lo dejábamos prendido o no, a todos nos pasaba.”
Además, aseguró que la población se está acostumbrando a buscar alternativas para gastar menos, como las lámparas LED o comprar electrodomésticos con consumo categoría A.
“El aire acondicionado al igual que el resto de electrodomésticos están etiquetados con un nivel de calidad, cuanto más cerca de la A estás produce el mismo efecto consumiendo menos energía, y la gente está preguntando, los comerciantes nos cuentan que la gente pregunta”, sostuvo.
Y agregó que “por ejemplo en una heladera tiene que ver con el burlete que tiene, con el motor, el aire acondicionado hay unos equipos que tienen una tecnología inverter que funcionan de una manera diferente que el Split tradicional, con un motor distinto y que consume menos. Realmente se nota”.
Demoras en los pagos
En promedio sacan 10 mil avisos de cortes por mes, número que se viene manteniendo y hacen unos mil cortes por mes, que es el promedio habitual hace años.
“En eso no hubo muchos cambios, lo que sí la Usina tiene varios vencimientos y la gente está pagando en los últimos, esto no sé cuánto puede durar porque se va acumulando”, sostuvo. Y admitió que hay más morosidad que años atrás.
“Antes a la gente le llegaba la factura y pagaba. Hoy espera el último vencimiento”, indicó.
Tarifa social
En cuanto a la tarifa social, de 55 mil clientes residenciales, unos 10 mil son beneficiarios de la tarifa social, número que se mantuvo en los últimos años.
No obstante, destacó que Bienestar Social está trabajando muy bien con personas que no entran dentro de la tarifa social pero igualmente necesitan ayuda.
“Si tenés un auto de menos de 5 años no entrás dentro de la categoría, hay gente que tiene un remis más o menos nuevo para poder laburar pero gana poca plata entonces no entra en tarifa social. Entonces a través de Bienestar Social se hace un análisis de la situación y la Usina y el Municipio participan de esa facturación”, señaló.
Además, explicó que también están dando en cuotas en algunos casos, porque “hay gente que hace changas y un mes puede pagar y otro no. Nosotros a todos lo que vienen acá les damos algún plan de pago, o alguna forma de resolverlo, hay mucha gente preguntando. Bienestar Social está trabajando mucho más que en otros momentos en este tipo de cosas”.
“La realidad es que en el caso nuestro aumentó el trabajo de gestión de este tipo de cosas que antes no teníamos, asociado a una falta de trabajo en la calle, y un aumento tarifario, pero la verdad que hasta ahora venimos relativamente bien en cuanto a la cobranza. Si bien se retrasa no estamos dejando de recibir los pagos. Hay más gestión administrativa de cobranza, esperemos que esto se revierta”, sostuvo.
Nuevos aumentos
Si bien todavía no se concretó, está previsto en los próximos meses que haya un nuevo aumento tarifario.
“Las tarifas siguen estando subsidiadas fuertemente, esto que se venía ajustando cuando cambió el dólar de 28 a 38 eso descalzó todo porque en general las tarifas de los que generan energía eléctrica son en dólares, los contratos son dolarizados, entonces el Estado tiene que pagar el dólares con lo cual al no aumentar la tarifa sigue haciendo un aporte en pesos superior”, afirmó.
Y agregó que “lo que se había logrado con la devaluación se fue para atrás, no digo que estamos en los mismos niveles de subsidio que antes pero estamos lejos de no tenerlos”.
Conexiones clandestinas
Consideró que las conexiones clandestinas son una consecuencia del aumento de la tarifa y al falta de disponibilidad económica, lo cual llevará a que haya más fraude.
“Tenemos los camiones que salen mañana y tarde a hacer recorrida, el primer paso que vemos siempre es la cuestión de seguridad eléctrica porque mucha de la gente que se conecta de forma clandestina lo hace de manera desprolija y sin seguridad. En la mayoría de los casos son gente de pocos recursos entonces hay chicos que caminan arriba de los cables, eso es lo que más atacamos con severidad”, afirmó.
No obstante, aclaró que “siempre tratamos de que la gente se acerque a poner el medidor, buscar formas de pago, trasladar a Bienestar Social, alguna salida se le da siempre”.
“El robo y el fraude se van a incrementar si siguen las cosas así, porque vivir sin energía eléctrica no es fácil. El invierno es más crítico para esto porque la familia de menores recursos normalmente no tiene gas, las garrafas son caras, entonces usan energía eléctrica, que es carísima para calefaccionar”, manifestó.