El Intendente inauguró la Escuela de Teatro, con el foco en la recuperación de espacios privados
El acto, que se realizó el martes, en la exsede del club Brandsen, cobró un tono electoralista. Más allá de la política, la institución cuenta con un lugar propio para sus 400 alumnos y 10 docentes, tras 46 años de espera. Miguel Lunghi y su equipo reivindicaron la visión de recuperar inmuebles y ponerlos al servicio de la comunidad.
El intendente Miguel Lunghi inauguró el martes, en plena jornada de paro nacional, la sede propia de la Escuela Municipal de Teatro, que esperó durante 46 años la oportunidad de disponer de un espacio propio. El acto fue un encuentro de socios del club Brandsen -cedió su casa para la institución educativa-, vecinos de la barriada, alumnos y docentes, y funcionarios del Gobierno comunal.
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De construcción moderna y funcional, la nueva escuela cuenta con dos plantas. Las dependencias ubicadas abajo están destinadas al trabajo del director y los docentes, además de los baños y otros sectores de apoyo, mientras que arriba funciona un gran espacio como aula y sala de ensayo.
En la actualidad, la Escuela de Teatro tiene una matrícula de 400 alumnos que asisten a talleres de niños, adolescentes y adultos, que dictan diez profesores. Fue fundada el 6 de octubre de 1973 y deambuló por diversos lugares prestados, como el Mumbat, la Biblioteca Rivadavia, la Escuela de Danzas, en las escuelas 1 y Polivalente, una casa alquilada sobre 14 de Julio al 300, el Teatro del Fuerte, el Partido Intransigente, la confitería de la Estación de Trenes, el Teatro de la Confraternidad y el Teatro Cervantes.
El acto, que comenzó pasadas las 18, se realizó sobre la calle para culminar con la apertura del telón que dejó ver la fachada del renovado edificio. Las emociones y el agradecimiento a la barriada se mezclaron con un tono de campaña electoral, en tiempos -desde lo económico- en que parece compleja la concreción de cualquier obra.
Sin dudas, ver realizado el sueño de la comunidad educativa es una buena noticia, como también lo es para el barrio que supo plantear quejas por las actividades ilegales y hasta poco decorosas que se desarrollaban en la sede del club antes de que el Municipio tomara el control del inmueble.
Los reconocimientos
En distintos momentos del acto, se reconoció la labor de Alejandra Marcieri, que intervino con multas y clausuras del club cuando era directora de Habilitaciones; al secretario de Gobierno Oscar Teruggi, la subsecretaria de Cultura y Educación Natalia Correa y la directora de Educación Guillermina Cadona, a los encargados de llevar la obra Martín Gandolfo y Roberto Garijo; al secretario de Legal y Técnica Andrés Curcio, que logró el pase de dominio del inmueble de la institución deportiva al Municipio, y al director de Servicios Claudio Fuentes.
Pero también hubo menciones a los obreros que trabajaron para remodelar la sede, a los diez docentes de la Escuela de Teatro y a una de las primeras maestras, Carmen Platero, quien comenzó a dar clases en 1974.
A ellos se sumaron los agradecimientos a los vecinos del barrio, como Rómulo “Lito” Boggini, quien fue exdirectivo del club y recibió un cuadro con la foto de la fachada original y la llave simbólica de la Escuela de Teatro.
También dijo unas palabras Daniel Gorostidi, hijo del padrino del club y egresado de la primera promoción de la escuela municipal, quien actualmente reside en Mar del Plata. Contó que fue parte de la generación que soñó con el edificio y se mostró muy contento con la inauguración. Además, entregó unas fotos al Municipio para que las conserve en el Archivo Histórico.
“Pequeños milagros”
El director de la Escuela de Teatro, Alberto Guillén, señaló que “en este querido país nuestro tan imprevisible, a veces aparecen pequeños milagros, aunque en realidad no lo son. Se trata de decisiones socioeconómico políticas acertadas”, dijo en un elogio al gobierno de Miguel Lunghi.
Vinculado al teatro, repasó que debieron pasar más de 45 años desde el 6 de octubre de 1973, “entre las escarchas y los sudores, el ingenio, la paciencia y la perseverancia y el voluntarismo para que la Escuela Municipal de Teatro tenga su propio techo”.
En esa historia, recordó el Centro de Formación Actoral, antecedente de la institución, y mencionó a José María Guimet, Luis Cicopiedi y Ricardo García Navarro, en nombre de todos los que lucharon y que hoy estarían orgullosos de este “brillante” presente.
Luego de reconocer el apoyo del barrio, de los trabajadores a cargo de la obra y de funcionarios municipales, le agradeció al Intendente. Pero además les pidió a docentes, alumnos y vecinos que cuiden la escuela y que trabajen en conjunto para hacerla crecer. “Nuestra misión íntima es dejar el lugar, el espacio, la casa, el planeta, mejor de lo que lo recibimos. Vendrán otros que profundizarán lo realizado. No hagamos como desde hace años venimos repitiendo en nuestro país”, reclamó.
Una política lunghista
Como segundo orador, el secretario de Gobierno Oscar Teruggi subrayó que “como hace algunas semanas atrás lo hicimos con la Escuela de Idiomas, hoy le estamos dando casa propia a la Escuela de Teatro después de 46 años de vida”. Repasó los espacios que la institución recorrió en cuatro décadas y media para que “dimensionen” la relevancia del proyecto que concretó la gestión lunghista.
“Todo este complejo escenario tanto para enseñar como para aprender estuvo acompañado por directivos, docentes, padres y alumnos, que han anhelado un edificio propio y hoy ven que esto ya es una realidad”, enfatizó.
Teruggi agregó que además de abrir la sede educativa, “estamos recuperando un espacio para la comunidad” y resaltó que el Municipio, con una inversión superior a 5 millones de pesos, lo puso en valor para la cultura y la educación, mejorando el entorno.
En esa línea, y en clima de campaña, sostuvo que “este Gobierno municipal ha demostrado que la política de recuperación e intervención en espacios que no le son propios ha sido una de las líneas de trabajo que ha permitido revalorizarlos y ponerlos al servicio de la comunidad”, y enumeró la Quinta La Florida, el espacio donde funciona la Ludoteca, el predio Limache, la casa de Aluba para la Escuela de Idiomas y el club San Martín donde ya se instaló Deportivo Tandil.
“Sabemos también que quedan muchas cosas por hacer y asumiremos ese desafío, pero les pido que hoy revaloricemos y disfrutemos de esta obra, de este logro para toda la comunidad de Tandil y especialmente para aquellos que logran y disfrutan hacer teatro”, pidió.
“Quiero reafirmar mi compromiso con las políticas educativas, culturales y artísticas”
El último orador fue el intendente Miguel Lunghi, quien se presentó como un vecino que hace 48 años que habita esa zona de la ciudad y confió que pasa mucho por allí, lo que le permitió constatar lo que ocurría durante las noches en el club Brandsen. “Veíamos el inconveniente”, dijo.
Por otra parte, señaló que el martes fue una jornada de “alegría para la cultura tandilense y de mucha felicidad”. Celebró que la Escuela de Teatro dejó atrás “un pasado austero y de mudanzas reiteradas” y encontró “su lugar definitivo, propio”.
Tras repasar los 46 años de trayectoria, manifestó que la institución puso su energía en “una consigna que para mí es una máxima de la vida: las obras no tienen dueño, son de la comunidad toda y su historia se escribe día a día”.
Lunghi marcó que “esta escuela no es una excepción” en relación a las políticas culturales y citó que “acabamos de inaugurar el edificio de la Escuela de Idiomas, que tiene hoy 1200 matrículas y enseña seis idiomas, como una verdadera política de Estado que resulta análoga a otras del Gobierno”.
Repasó distintas obras que tuvieron como misión que “la cultura, el arte, es espacio del pensamiento crítico y de reunión vecinal tengan su propio lugar de encuentro” y precisó que “hemos sido consecuentes con un valor agregado que tiene Tandil: es la ciudad intermedia de mayor movilidad cultural y artística de la provincia de Buenos Aires, a partir del impulso y del esfuerzo de los artistas y gestores locales, de la tarea constante que lleva también adelante la Universidad Nacional del Centro y de las políticas públicas del Estado municipal”.
Sobre el final, expresó que “quiero volver a reafirmar mi compromiso en las políticas educativas, artísticas y culturales que impulsan la integración social, el desarrollo y la identidad, que producen conocimiento, intercambio entre los vecinos, en definitiva, políticas que incluyen y construyen ciudadanía, pertenencia y progreso”.