El Museo del Fuerte y el Centro Andaluz celebraron la exitosa venta de la paella solidaria
Las dos paelleras colmadas de arroz, mariscos y condimentos se vaciaron temprano y, como suele suceder, muchas personas no pudieron degustar el codiciado plato. La propuesta a beneficio del Museo del Fuerte tuvo una enorme aceptación entre el público que adquirió las 450 porciones dobles disponibles. Los fondos recaudados se usarán para completar las obras del Área de Reserva, Investigación y Conservación del MUHFIT.
En el medio de las celebraciones religiosas y los convocantes paseos, en Semana Santa surge también la posibilidad de degustar comidas y sabores que durante el resto del año resultan esquivos en el cotidiano.
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En esta línea se inscribe la tradicional paella que elaboran con fines solidarios el Museo Histórico Fuerte Independencia y el Centro Andaluz de Tandil, propuesta que en sus diez años de existencia ha cultivado una enorme aceptación en la comunidad. En esta ocasión, las dos paelleras quedaron vacías porque los vecinos y visitantes arrasaron con las 450 porciones dobles que se pusieron a la venta hace unos días.
Arroz, aceite de oliva, mariscos, vegetales y condimentos traídos especialmente de España fueron cocinados a fuego lento por la manos maestras de Morando, Daniel Menchón, Omar Confalonieri, Miguel de la Piedra, Silvia Díaz y muchos otros colaboraron para que todo saliera perfecto. Vale reseñar que los platos que incluyen variedades de pescado y frutos de mar presentan un fuerte auge el Viernes Santo, fecha en que el culto cristiano conmemora la muerte de Cristo y prohíbe el consumo de carne.
Para las 10 de ayer, la totalidad de las raciones habían sido vendidas y varias personas que se acercaron hasta las instalaciones del Museo -sito en 4 de abril 845- con la esperanza de conseguir el codiciado plato, regresaron a sus casas con el estómago y las manos vacías.
Manjar solidario
Oscar Granato, presidente de la comisión directiva del Museo Histórico, conversó con El Eco de Tandil y contó que la propuesta tuvo una excelente repercusión nuevamente.
“Son diez años que nos avalan y tenemos una clientela fija muy importante, más el boca en boca, y también hicimos una moderna campaña en redes sociales, eso ayudó mucho porque desde temprano teníamos vendidas la totalidad de las porciones”, señaló.
En total se expidieron 450 porciones dobles que se prepararon en dos paelleras, y esto supuso un incremento con respecto al Viernes Santo 2018. “El año pasado se usó una sola paellera y pudimos cumplir con lo justo, este año hicimos dos y no quedó nada, ni para la gente del Museo”, comentó risueño Granato.
¿Cuál es el secreto de tan contundente éxito? Según la autoridad del espacio museológico, el éxito radica en la asociación de dos instituciones con gran inserción en la sociedad. “El Museo pone el lugar, su gente para que trabaje y colabore, y el Centro Andaluz sabe hacer la paella, porque vienen con una historia y tradición, nosotros solos no podríamos hacerlo porque son ellos los que manejan el tema”, aseguró.
La buena acogida que tiene la paella solidaria en Tandil también puede explicarse en el sabor único e inconfundible que se ofrece a través de los condimentos traídos especialmente desde tierras ibéricas. “De cada viaje que alguien del Centro Andaluz hace a España, traen las bolsitas con los condimentos, que son muy distintos a los que nosotros conseguimos acá y creo que eso le da un toque especial que no tienen otras preparaciones”, detalló.
El destino de la recaudación
La totalidad del dinero recaudado con la venta de los tickets para adquirir las porciones de la emblemática comida -que se vendieron a 300 pesos cada uno-, se empleará para avanzar con las obras edilicias del Museo del Fuerte.
Así lo explicó el presidente de la entidad: “La venta, en esta oportunidad, la hicimos en el futuro espacio del ARIC (Área de Reserva, Investigación y Conservación cuyo acceso se halla por la calle Mitre), que es la zona donde se va a hacer el nuevo almacenamiento de objetos que no se pueden exhibir, de restauración y cuidado de elementos; todas las tareas de conservación y mantenimiento de los objetos del Museo se van a realizar ahí”.
El mencionado lugar es un salón de 160 metros cubiertos que ya está edificado, pero todavía resta concretar la parte interna, tarea que implica la separación en boxes del espacio, la colación de paneles vidriados para que los visitantes puedan observar cómo se trabaja en el Museo, entre otros detalles de infraestructura. Los fondos colectados, entonces, constituyen una inyección de liquidez para ejecutar esas obras que representan un gran esfuerzo económico para la institución, máxime teniendo en cuenta el contexto económico actual.
“A pesar de todo no nos quedamos y a las seis de la mañana estaban todos preparando las paellas para que todo saliera bien y podamos juntar los pesitos para seguir adelante con la obra”, refirió Granato.
Por último, los integrantes de ambas entidades agradecieron encarecidamente a toda la gente de Tandil y los visitantes, que año a año son más, que colaboran comprando el plato y constituyen el gran motor de la iniciativa. “Sin ellos, no seríamos nada”, cerraron, convencidos de que la próxima Semana Santa duplicarán sus esfuerzos y podrán abordar una tarea aún más ambiciosa, siempre con la premisa de mejorar el insigne espacio que se ocupa de la puesta en valor del patrimonio histórico de los tandilenses.