El Oído agudo
ASUNTOS CALIENTES PARA LA GESTION
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Los días de la gestión fueron surcados por dos asuntos que incomodan, y mucho. Por un lado, la renovada exposición pública de la polémica concesión del Hipódromo de Villa Aguirre, a partir de comenzar a desarrollarse el debate oral y público postergado, a 9 años de iniciada la instrucción, tras la denuncia del cuidador de caballos Jorge Cuenca.
El otro asunto más actual y referido a la sorpresa del Limache que, de buenas a primeras, quedó en manos de una iglesia evangélica, con la sensible reacción vecinal por un espacio de mucho sentido de pertenencia.
Sobre ambos temas, algunos observadores de la coyuntura local buscaron una semejanza, que alude a la iniciativa comunal por recuperar o instalar espacios socio comunitarios de trascendencia y que, con el paso del tiempo, parece desentenderse, dejándolos librados al interés de unos pocos.
Salvando las distancias (por el circo de carreras hay un juicio de por medio con responsabilidades penales por determinar), el lunghismo hizo mucho por recuperar el mítico predio abandonado y que resultaba estratégico como centro neurálgico de la populosa barriada de Villa Aguirre y aledañas, para lo cual pergeñó una concesión que ahora está en discusión sobre las consecuencias del, como mínimo, nulo control que hizo sobre el contrato celebrado.
Una vez licitado, quedó en manos de un concesionario que a todas luces dejaba mucho que desear a la hora de cumplir con lo asumido y que la gestión dejó hacer por razones que la razón no comprende y que ahora en un juicio se busca algo de respuesta.
Lo propio hizo con el espacio socio cultural del Limache, invirtiendo recursos y horas hombre para que se levante un centro de referencia que, de buenas a primeras y tras una década de intervención, quedará en manos de dios, del dios de los evangelistas.
Cada espacio, con sus propias características, inversiones y complejidades, generó que los vecinos lo consideraran suyo y ahora, con lógica razonabilidad, se sienten defraudados, como un arrebato injusto.
LA LLAMATIVA SORPRESA
A propósito del Limache, no dejó de llamar la atención que desde la jefatura de Gobierno comunal, a cargo de Oscar Teruggi, se dijera que la decisión del dueño, decidiendo alquilar la propiedad a una iglesia evangélica, los tomara por sorpresa.
Más allá de la curiosidad de que después de una década en el espacio no hubiera mayor comunicación con el dueño a la hora de la decisión tomada, mayores suspicacias generó el hecho que el nuevo locatario no es otro que un “socio político estratégico” de la gestión una vez en el poder.
A nadie se le escapa que cuando asumió el Municipio el lunghismo, allá por el 2003, reinaba cierto recelo y hasta desconfianza con el padre Raúl Troncoso, por entonces bautizado como el “otro intendente” por las autoridades nacionales y provinciales. Es que el religioso, en la profunda crisis de 2001/2002, tuvo un papel preponderante para contener la demanda social de la por entonces atribulada intendencia del jefe comunal Indalecio Oroquieta, quien debió reemplazar al fallecido Julio José Zanatelli.
Con semejante protagonismo del cura párroco, y a sabiendas de su simpatía política con el justicialismo, el radicalismo liderado por Lunghi y apuntalado por las alas políticas del entonces jefe de Gabinete Carlos Fernández y el secretario de Desarrollo Social, Julio Elicheribehey, se recostaron en los pastores evangélicos, quienes ostentaban –y ostentan- una notable territorialidad en los sectores más vulnerables, llegando incluso a sitios que la política había abandonado.
Desde allí, la alianza entre el poder político local y la iglesia evangélica fue sumando un acciones y estrategias comunes. A tal punto que el hoy responsable del CPA resulta ser el pastor evangélico José García.
De allí la sorpresa que los haya tomado por sorpresa (valga el juego de palabras).
UN JUICIO CON MUCHO EN JUEGO
Mucha tela para cortar dejó y seguirá dejando el desandar del juicio en el Tribunal Oral Criminal 1, por el cual se busca resolver la situación procesal de los funcionarios lunghistas acusados, Pedro Espondaburu y Guillermo Alassia.
Por lo pronto a quien se vio muy atento a lo que en cada audiencia va ocurriendo es al secretario de Protección Ciudadana, Atilio Della Maggiora, quien si bien está presente como público, en determinados momentos del debate pareciera oficiar de apoyo logístico al defensor de los imputados, Jorge Dames.
Si bien el reconocido letrado particular aclara a todo aquel que quiera oírlo que él trabaja por los dos pupilos sentados en el banquillo de los acusados y no para el Municipio, a todas luces se desprende que al Gobierno le compete y mucho lo que se ventile y, principalmente, lo que resuelva el Tribunal.
En ese tren, se deja entrever la presencia del funcionario a cargo de velar por la seguridad comunal, quien puede oler que, de existir un fallo adverso, tal vez el asunto penal no concluya en los dos hoy sentados en el banquillo de los acusados, sino que podrían caber derivaciones, ramificaciones que salpiquen a otros funcionarios de ayer y de hoy.
SALVABA A SANTAMARINA
Sin dudas que uno de los capítulos estelares del debate judicial versó sobre la presencia como testigo del mismísimo jefe comunal Miguel Lunghi, quien estoicamente soportó un implacable y extenso interrogatorio que sorteó con respuestas más políticas que legales.
Más allá de su defensa por el recupero del mítico predio hípico, dejó varias perlitas sobre su pensamiento y convicciones, acerca de su perfil hacedor, independientemente de los reproches que se le haga sobre las formas.
En ese tren, aludió a su perfil de “recuperador” serial de instituciones derrumbadas. Por caso recordó su paso por Cami y la Clínica Chacabuco que, sin dudas, le valieron como trampolín político para arribar a la intendencia.
Envalentonado sobre su perfil de hacedor, señaló también que si él hubiera estado al frente de la comuna cuando ocurrió lo del Club Ramón Santamarina, sin dudas hubiera impedido su desaparición.
RESISTIR AL ARCHIVO
Según se reflejó en estas páginas días atrás a través del espacio Hace 20 años, el director del Sistema Único de Movilidad Ordenada (SUMO), Sergio Lunghi, que por entonces se desempeñaba como gerente de una empresa de electrodomésticos de Sarmiento y Rodríguez, había criticado al Municipio al considerar que el servicio de tránsito era un desastre, a la vez que reclamaba que debía reducirse el radio de estacionamiento.
Días atrás, al abordar detalles de la apertura de inscripción al PASE, el funcionario enfrentó el tema durante una entrevista con el ciclo radial “Dulce o amargo” (104.1 Tandil FM), en el que intentó explicar su mirada frente al estado del tránsito y su visión antes y ahora como responsable del área que lleva adelante las políticas en la materia y gestiona el sistema del estacionamiento medido en el radio céntrico.
Al recordar su postura justificó: “En el 2000 tenía 20 personas a cargo y les decía que no ocupáramos los lugares porque le estábamos haciendo un mal al comercio. Hoy sigo pensando lo mismo y de ahí la idea de fraccionar el estacionamiento por minuto, de luchar para que la gente use más el transporte público u otros medios para liberar espacio”.
De todos modos, analizó que, independientemente del control, “que es bueno, siempre volvemos a la misma discusión” de lo que sucede con el tránsito y las faltas que a diario cometen los automovilistas.
Y para marcar una diferencia citó como uno de los “grandes problemas” el aumento del parque automotor. Eso “cambió muchísimo. En ese momento había 40 mil autos y hoy 80 mil. Antes no era común que hubiese dos autos en una casa”.
Concretamente sobre su reclamo de hace dos décadas de reducir el radio de estacionamiento que contradice la propuesta que se deslizó el año pasado de ampliar el anillo del medido, reconoció: “Cambié de opinión por una cuestión totalmente lógica”, y resaltó que “hay que seguir trabajando y controlando”.
INTENDENTES RADICALES
Durante la semana se concretó un nuevo encuentro de intendente radicales de la provincia, en lo que se llama el Foro de intendentes Radicales; en esta oportunidad en Brandsen, distrito gobernado por el boina blanca Daniel Capelletti.
Allí estuvo también el intendente Miguel Lunghi, entre quienes se escuchó decir –otra vez- sobre la necesidad de que radicalismo vuelva a ser protagonista a la hora de cumplir su rol en Juntos por el Cambio y, en especial, con miras a una futura candidatura a gobernador en 2023.
Claro que para el afuera se aludió a que la reunión versó sobre asuntos de agenda, que hacen a la seguridad, infraestructura escolar y, en especial, la coparticipación. Empero puertas adentro, se habló mucho de política partidaria y, sobre todo, de la convivencia con el PRO en el frente Juntos por el Cambio.
En ese tramo, se insistió en el rol del radicalismo y su decisión de ir por un mayor protagonismo, incluso con la idea de generar un candidato a gobernador propio para 2023.
Sobre los ejes de las gestiones, se aludió a la decisión del ministro Sergio Berni, de quien aguardan la propuesta y el plan , que pasaría por unificar las fuerzas bajo el mando de la autoridad provincial.
También se trató el tema de las obras públicas, y hubo referencia al convenio marco del programa “Escuelas a la obra”, que varios jefes comunales firmaron y que permitirá realizar obras urgentes de infraestructura en edificios educativos para asegurar el inicio de clases el próximo 2 de marzo.