El Oído agudo
LA RECOLECCION Y ESE
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CONFLICTO RECURRENTE
A poco de cumplir 17 años al frente del Municipio, el lunghismo nunca pudo resolver su política del manejo de los residuos domiciliarios, y mucho menos su relación laboral con quienes cumplen funciones en la Dirección de Servicios.
Si bien siempre resultó un área compleja, a sabiendas de que se trata tal vez de la fuerza de choque más importante que ostenta el sindicato de los municipales a la hora de medir fuerzas frente a un escenario de discusión salarial, desde el seno del pediatra reconocen que el asunto se les fue de las manos, sobre todo cuando recurrieron a la tarea de buscar debilitar el poder de fuego gremial realizando acuerdos particulares con los -más que nunca- díscolos recolectores, sabedores de su poder a la hora de las consecuencias que genera una medida de fuerza, sobre todo para con una comunidad que, al decir de los sondeos de opinión de siempre, se trata de una de las problemáticas que más escozor genera en los vecinos, a la par de los perros sueltos.
En esta nueva versión del conflicto, se toparon con otra arista poco explorada. No se encuentra con un interlocutor válido, ya que al dejar afuera de la discusión al mismísimo gremio, la situación se complejiza al punto de que a estas horas nuestras calles están plagadas de basura.
Como era de esperar, frente a la intentona de debilitar a la conducción gremial, ahora el Sindicato mira desde la platea el denso escenario e incluso expone demandas futuras en representación de otros sectores de la administración si al Gobierno si es que se le ocurre mejorar la oferta salarial por la que pugnan los recolectores combativos.
Por lo bajo, el lunghismo reconoce que creó “un monstruo” que ahora le resulta muy difícil de desarticular, sobre todo cuando tímidamente aparecen en escena –sospechan- otros actores sindicales afines a la oposición que podrían fagocitar aún más la revuelta.
Ahora se aguarda por la conciliación obligatoria que dictaría el Ministerio de Trabajo, que también cuenta con la particularidad de estar al mando de letrados que formaron parte de gremios afines al justicialismo y podrían dilatar aún más las reprochables imágenes de la basura en la calle por falta de servicio. “En los primeros días las quejas apuntan a los recolectores, pero con el paso de las horas si no hay una solución, las miradas inquisidoras serán redireccionadas a las autoridades por no resolver el entuerto”, señalan no sin criterio los observadores de la coyuntura vernácula.
Llegó a este Oído que el jefe comunal soltó más de un insulto al aire y frente a las narices de sus colaboradores por el paso del tiempo y la falta de una resolución al conflicto sectorial que terminó perturbando la agenda serrana en general.
Es que Lunghi está dedicado en un todo al manejo de la pandemia y los desafíos que ello impone para con uno de sus orgullos de gestión: la política sanitaria.
Por eso, sus quejas apuntan a los soldados encargados de salir de este sensible escenario con los recolectores que los llevó a virar algunas políticas públicas en pos de atender el servicio de recolección
¿FALTA DE EMPATÍA?
El clamor ciudadano por el esfuerzo que representó la cuarentena, con restricciones a la actividad económica y la crisis, derivó en algunos gestos de la política. Por caso, en esta ciudad, los integrantes del gabinete del intendente Miguel Lunghi decidieron recortarse los salarios, lo mismo que hicieron los 19 concejales electos. ( D Alessandro no, porque sabido es que nunca percibió su dieta) . Todos ellos, mes a mes, aportan el 20 por ciento de sus haberes para colaborar con los gastos que demanda la batalla contra el coronavirus.
La medida se adoptó en abril, cuando unos 60 funcionarios políticos optaron por hacer aportes a un fondo que se invierte en la emergencia sanitaria. Es oportuno aclarar que la acción es voluntaria, es decir que no están obligados a donar.
Recordemos que el debate público lo disparó un proyecto que impulsó el espacio de Marcos Nicolini que no fue tratado. Sin embargo, poco después, Juan Pablo Frolik y los presidentes de los bloques acordaron darle forma, sin recurrir a una ordenanza.
Frente al alto nivel de adhesión que tuvo la iniciativa, sorprendió a más de uno la actitud de una abogada que depende del Legislativo desde el punto de vista presupuestario. La funcionaria, que trabaja en una ventanilla ubicada en un edificio independiente de la Municipalidad, se plegó a la iniciativa durante los primeros meses, pero luego rechazó los descuentos. A más datos, realizó dos aportes al fondo Covid-19 antes de darse de baja del listado de políticos que colaboran para la compra de insumos y otros gastos urgentes.
Al correr la noticia por los pasillos de la planta alta, algunos militantes se encargaron de alimentar las críticas. En principio, repararon en la función que ocupa la letrada, que la ubica muy cerca de los problemas y de los padecimientos de los ciudadanos. Es más, proteger sus derechos constituye la razón de su existencia. En ese sentido, cuestionaron la falta de empatía con los vecinos que le pagan el sueldo, sobre todo con aquellos que no la están pasando bien tanto desde lo sanitario como en el plano económico.
Si bien la donación –se insiste- no reviste obligatoriedad alguna, se trataba de un gesto de la política para con los ciudadanos que debieron afrontar la mentada “pandemia económica” que llegó de la mano de la situación epidemiológica.
ANIMALES SUELTOS
Por estos días, en el centro de la agenda ciudadana se posicionó la problemática de los animales sueltos en la vía pública. Ya nadie se atreve a negar que los perros que viven en las calles provocan serios inconvenientes, desde accidentes viales –el último con una víctima fatal-, ataques a canes que tienen dueño –el más reciente terminó en muerte-, mordeduras, caídas de motociclistas y bikers, entre muchos otros.
En este momento, una de las aristas que se debate en los ámbitos de decisión -tanto en la Copecos como en el Legislativo-, versa sobre la alternativa de reformar la ordenanza vigente, que es de 1996, o avanzar con un nuevo programa que, en pocos años, redunde en el control de la sobrepoblación de animales que hay en Tandil.
En ese tren, una de las quejas permanentes de asociaciones proteccionistas se funda en el bajo índice de castraciones que presenta la ciudad. Incluso, a la hora de los indicadores, se respaldan en las rendiciones de cuentas, es decir en el balance económico del área a cargo, o sea Bromatología.
Uno de los motivos que estos actores encuentran para explicar el escaso rendimiento de los recursos en relación a la esterilización de perros y gatos es que los veterinarios que trabajan en la Dirección de Bromatología argumentan que sólo pueden realizar cinco intervenciones por día. Desde las organizaciones aún no obtuvieron las explicaciones del caso, aunque entienden que los profesionales están altamente capacitados para aumentar ese número, ya que hace 30 años que trabajan en el área.
En esta línea, indicaron que en algunos municipios los veterinarios castran 40 animales por día y señalaron que esa limitante es “la razón práctica” por la cual la ciudad no logra controlar a la población canina.
Otra observación, ya desde el punto de vista de los intereses sectoriales, hace referencia a algunos actores que se sientan a la mesa de Copecos –Comisión Permanente de Control y Seguimiento de la Ordenanza 7.028-, quienes se muestran corporativos y terminan por entorpecer el desarrollo exitoso de las políticas públicas. En ese caso, por si hace falta, recordaron que es el Estado quien tiene que resolver la problemática.
Más allá de las posturas y diferencias, cierto es que en cuatro mandatos, el equipo de Lunghi no ha dado en la tecla con los perros sueltos. Incluso, el jefe comunal los ha padecido en carne propia, con ladridos y peleas caninas en ocasión de actos que solían desarrollarse en la explanada de la Municipalidad.
BUROCRACIA EN EMERGENCIA
En medio de los reclamos del sector cultural para que se declare la emergencia, la concejal más joven de la historia de Tandil lanzó un reclamo al Ejecutivo para que apoye a los trabajadores del arte y agilice los tiempos de la burocracia.
Desde su banca, Daiana Esnaola solicitó el compromiso de sus pares concejales para trabajar “con celeridad” el proyecto tendiente a declarar la emergencia cultural, que tomó estado legislativo en la última sesión de septiembre a través de la Banca 21.
Expuso que el expediente se encuentra actualmente bajo la órbita del Ejecutivo, ya que hicieron el pase ante la solicitud del bloque oficialista. “Quiero pedir que podamos agilizar los tiempos, porque hoy en día a quienes estamos a cargo de la legislación y a los funcionarios, nos piden, en este contexto sanitario, un compromiso mucho más fuerte, poder trabajar en los tiempos en que la emergencia sanitaria nos exige y no en los tiempos que, a veces, la burocracia tiene. La gente necesita respuestas”, enfatizó.
Como argumento, sumó que la misma suerte corrió el proyecto que el Frente de Todos había presentado en abril, donde proponía crear un fondo de emergencia cultural. “Está en el Ejecutivo desde agosto y aún no tenemos respuestas en cuanto a lo presupuestario, información que debiera ser pública para toda la sociedad”, reclamó.
Para cerrar, insistió en el compromiso de sus pares para que “podamos trabajar el tema con la urgencia que estos tiempos ameritan”.
TENSA REUNIÓN DE COMISIÓN
En pandemia, y con el incremento en la curva de casos que se evidencian en la ciudad por estos días, el informe semanal que brindan las autoridades del Sistema Integrado de Salud Pública a los miembros de la Comisión de Desarrollo Social y Salud del Concejo Deliberante se convirtió en una cita obligada que permite conocer las políticas implementadas y el comportamiento sanitario de la ciudad.
En el último encuentro, la oposición presentó una serie de interrogantes, muchos elaborados a partir de planteos que reciben de personal, con la expectativa de poder avanzar con respuestas.
La modalidad buscó generar un ámbito institucional enmarcado en el espacio legislativo al que acuden –virtualmente- las autoridades sanitarias, para de ese modo evitar los pedidos de informes.
Sin embargo, parece que no fue razón suficiente. Según pudo saber este Oído, las consultas generaron cierto malestar entre los funcionarios que, tras un momento tenso e incómodo, requirieron tiempo para poder elaborar las respuestas.
Habrá que esperar entonces al próximo encuentro para ver si las diferencias quedaron saldadas en el marco de un diálogo permanente entre autoridades y concejales en el ámbito de la Comisión de Salud.
ESTADIO NARANJA
Funcionarios municipales declararon días atrás a este medio que analizaron la posibilidad de añadir el Estadio Naranja al sistema de semáforo y que elevaron la propuesta a Provincia. No obstante, aún no hubo una respuesta formal.
De cualquier forma, según dejaron entrever desde el Municipio, tras la resolución del conflicto por los fondos destinados a Cultura y Turismo, las autoridades bonaerenses no “molestarán” más por el sistema implementado en Tandil. De hecho, expusieron con orgullo radical que ahora tanto las autoridades nacionales como las provinciales también apelan a los estadios y colores a la hora de proyectar el eventual retorno a las clases presenciales en las escuelas.
Por ello, y teniendo en cuenta que con el arribo de los kits de testeos rápidos los casos positivos de coronavirus en la ciudad aumentaron exponencialmente, podría generar que el distrito dejara de posicionarse en Amarillo, especulándose que el nuevo estadio es casi un hecho.