“El Presidente no se está poniendo a la altura para contener a las pymes”, lamentó con preocupación Dacovich
El titular de Apymet se mostró muy alerta con lo que están atravesando desde el sector, además de sentir abandono por parte del Estado. Aseguró que más de uno no podrá pagar sueldos, se están rechazando cheques y ya se han caído contratos. “Acá va a morir mucha gente de infarto”, dijo, refiriendo a que muchos ya no tendrán ganas de empezar de cero cuando todo pase.
Con mucha intranquilidad por la coyuntura que pone cada vez más en vilo al sector más chico de la producción, Gustavo Dacovich presidente de la Asociación de pequeñas y medianas empresas (Apymet), contó que en su mayoría no están trabajando, salvo los enmarcados dentro de las excepciones de primera necesidad. “El resto permanece cerrado, en una situación de extrema preocupación”, precisó.
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Ante la llegada de un nuevo mes y con ella la necesidad de pagar sueldos, explicó que la diversidad de realidades que se atraviesan son tantas como la cantidad de empresas. “Venimos de un país con la economía muy golpeada, que trae una recesión de más de 12 años”, reflexionó, asegurando que no se trata del primer mundo y no hay reservas que permitan afrontar las consecuencias de parar un mes.
Consideró que en el caso de los agrupados allí son muy respetuosos de las autoridades, sin embargo luego de escuchar al presidente Alberto Fernández advirtió notar cierta desinformación. “No puede hablar de miserabilidad a un monotributista de clase C o D que factura 400 mil pesos por año”, planteó con tono de indignación. Incluso estimó que es difícil para los “H” que facturan un millón y medio anual en total, teniendo empleados, alquileres e impuestos.
Determinó que, realmente esto hace que estén ante una situación muy compleja y, además, preocupados al sentir que el dirigente máximo del país “no se está poniendo a la altura para contener a las pymes”.
Las ganancias no existen
Como consecuencia de todo esto, adelantó que habrá más de una empresa que no pueda pagar los sueldos. “Hay más de un caso, ya están rechazando cheques”, exclamó, distinguiendo que no se trata de abonar servicios como la luz o el gas, ni siquiera el IVA, sino de la gente.
Asimiló, con irritación, que siempre han sido la parte más débil del eslabón económico. “No hubo gobierno que no se rasgase las vestiduras hablando de que iba a apoyar a las pymes”, recordó, aseverando que ese momento es ahora. Aclaró, ante esto, que no piden nada regalado, siendo la mayoría emprendedores o pequeños empresarios con pocos empleados.
Para ellos, aseguró que la capacidad financiera ya no existe más, mientras que la económica no alcanza para sostener esta situación, a tal punto que se han caído contratos firmados con multinacionales. “Hay casos en que no se puede cumplir con lo proyectado porque no te dejan trabajar por la pandemia”, informó.
En este sentido, garantizó que la medida de aislamiento le parece razonable y que todos se quieren cuidar, pero de ahí a que le “tiren por la cabeza” que son miserables por no poder compartir sus ganancias lo consideró inadmisible. “Le preguntaría (al Presidente) dónde están las ganancias, porque realmente no existen”, cuestionó.
“Acá los que no se han puesto el chaleco de trabajo son los políticos, que ganan por mes lo que un monostributista C al año”, comparó. A la vez, planteó que quizás lo suyo es utópico, pero certificó que las presiones son muchas y todo se les está haciendo muy pesado.
No hay ganas de volver a empezar
Si bien expuso que aquellos que tienen uno o dos empleados no podrían sostener los salarios y las otras obligaciones más de un mes, los que están en el segmento de poseer un equipo de trabado de entre 20 o 30 están en la peor posición.
“Hoy todo el mundo está hablando directamente con sus empleados, viendo con cuánto se arreglan”, lamentó. “Adentro de esta bolsa somos muchos los que no fuimos contemplados”, indicó, manifestando que ni siquiera pueden tomar un crédito porque no tienen cómo respaldarlo.
Con los 15 días extensivos de cuarentena consideró que podría ocurrir algo trágico: “Acá va a morir mucha gente de infarto”, ya que muchos ya no tienen ganas de empezar de cero por ser mayores y haber agotado esfuerzos por cargar en sus espaldas los años 2001 y 2008 con devaluaciones del 30 y 50 por ciento.
“No seamos livianos cuando hablemos, hay que evaluar bien la situación porque hace 12 años que venimos mal y llegó la hora de que la política sea sincera y deje de hacer demagogia”, determinó.