El problema que las motos generan en cada operativo de tránsito vehicular
El pasado viernes por la noche se llevó a cabo un nuevo operativo de interceptación vehicular en un tramo de la avenida Avellaneda, desde Chacabuco hasta San Lorenzo y en la diagonal Arturo Illia, que conduce al Parque Independencia.
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Personal de Tránsito municipal, Policía Bonaerense y Local al llegar al lugar fue recibido con piedrazos y botellazos de motociclistas que estaban escondidos a la vera de la mencionada diagonal, lo que derivó en un pedido de refuerzo policial.
Lo que siguió fue una escena digna de una película. El grupo de 50 motociclistas, la mayoría rodados de baja cilindrada, comenzó a escapar ni bien aparecieron los patrulleros, pero lo hicieron de una manera tan arriesgada que no solo pusieron en riesgo sus vidas sino también la integridad de terceros. Ni una cosa ni la otra pareció importarles.
Los motociclistas optaron por alejarse a toda velocidad, algunos por 14 de Julio tomando en contramano por Constitución. Otros lo hicieron por la propia avenida, en ambas direcciones, mientras que también hubo motos que cruzaron por el espacio verde en dirección al Lago del Fuerte.
La estampida no quedó en eso, ya que los jóvenes parecen que abonan al riesgo propio y ajeno, desafiando el control vehicular y la pasividad que mostraron los efectivos de la comisaría Primera. Se los puede ver si cascos y los vehículos carecen de luces.
Pasado unos minutos, y como parte de una diversión que muy pocos entienden, un grupo de motociclistas apareció por Ricchieri y al llegar a Avellaneda dobló en dirección al Parque Independencia. Tras cruzar en rojo el semáforo de Rodríguez, un total de siete motos comenzaron a zigzaguear. Luego se pasaron al carril opuesto, lo que generó que los autos que transitaban en dirección contraria debieran frenar y por último a modo de provocación doblaron hacia la izquierda, maniobra que no está permitida, por calle Guido.
El azar hizo lo suyo, ya que no hubo accidentes ni nadie resultó lesionado.
Insoportable
No es nuevo el reclamo de los vecinos de la zona, ante hechos que se repiten cada fin de semana, aunque también se puede llegar a extender de haber algún feriado.
A los ruidosos escapes libres y “cortes” de las motos, se le suma el peligro de las estampidas cuando los móviles policiales aparecen.
“Surgió desde hace un tiempo -contó un vecino de calle Rondeau- antes no era así. Pero se puso de moda hacer ‘explosiones’ con las motos y es un ruido permanente cada fin de semana. La diagonal la usan para hacer distintas maniobras y ruidos”.
Señaló que “desafían a la policía sin importarles el resto, les gusta tomar el papel de víctimas y después, si pasa algo, la culpa es de terceras personas y no de la manera irresponsable en la que conducen las motos”.
Tanto el Gobierno comunal como la policía se encuentran en la disyuntiva de qué hacer para erradicar por completo estos actos que se repiten durante los fines de semana. No se los persigue para evitar un accidente de riesgo, pero son ellos mismos los que escapando a alta velocidad ponen en peligro sus vidas y la de otros.
“Que te reciban tirándote
piedras y botellas no es grato”
A Walter Villarruel, director de Control Urbano Vehicular, se lo vio por demás activo en la noche del pasado viernes. La idea es reducir al mínimo los riesgos de algún accidente, por eso se montan estos operativos donde se pide la correspondiente documentación, se realiza el test de alcoholemia y se procede según los resultados que se obtengan.
En diálogo con El Eco de Tandil sostuvo que “llegar y que te reciban tirándote piedras y botellas la verdad que no es grato. Uno pretende cumplir con el trabajo y que nadie salga lastimado. Pero primero atacan, después huyen y más tarde regresan y desafían a los que estamos en el operativo”.
Detalló que “en el último tiempo si bien habían cesado las agresiones, siempre se presenta el mismo panorama, salen por el espacio verde, en contramano, sin cascos la mayoría. Nosotros no salimos a perseguir a nadie, solo nos instalamos en el lugar”.
Remarcó que “lo peligroso es que cuando uno llega, las motos, que serán alrededor de 50, se van por el espacio verde y haciendo peligrosas maniobras a una alta velocidad. Después es como que buscan que reaccionemos, o que la policía lo haga, entonces se muestran a una cuadra de distancia y hacen todo el ruido posible hasta que terminan y desaparecen”.
Vecinos
En cuanto a los vecinos del lugar señaló que “cuando llegamos y nos instalamos están contentos porque las motos desaparecen, el problema es que no podemos estar todos los días de la semana, todo el tiempo”.
Aseveró que “esto de los ruidos empezó hará un año y se dio porque usan la diagonal que lleva a la arcada del Parque para hacer maniobras, van de un extremo al otro. Propuse que se coloque reducidor de velocidad, los de color amarillo, para evitar que se use esa calzada por las motos. También fue pedido por los vecinos del lugar”.
Añadió que “cuando llegamos el viernes eran 50 motos las que estaban, ponele que sean 10 los que acompañan. Pero la sensación que dan es que no les importa absolutamente nada, es más, los que regresaban lo hacían de a dos, el de adelante manejaba y el de atrás tiraba piedras, que impactaron en la grúa, la que quedó bastante golpeada”.
Operativo
En cuanto al trabajo desarrollado dijo que “después de lo narrado el resto fue normal, tuvimos un total de cinco alcoholemias positivas, varias infracciones por falta de documentación y terminamos secuestrando entre autos y motos nueve unidades”, concluyó Villarruel.
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