En el marco de Marzo por la Memoria, hubo proyecciones para escuelas y se inauguraron las “Baldosas por la Memoria”
Las diversas entidades nucleadas en torno al programa Marzo por la memoria, han desarrollado múltiples actividades con miras al Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia que se conmemora mañana. Se destacan el abordaje de la maternidad en los centros clandestinos de detención a través del cine para escuelas y la instalación de baldosas originales removidas de la Plaza de Mayo, que fueron donadas por la Asociación Madres de Plaza de Mayo a la Unicen. Como todos los años, hoy se realizará la vigilia en el centro de la ciudad.
En el marco del programa de actividades Marzo por la memoria -organizado por un colectivo de instituciones locales- esta semana se desarrollaron dos propuestas movilizadoras para la comunidad.
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El miércoles y jueves, más de 800 estudiantes de distintas escuelas secundarias del distrito participaron de la exhibición del documental La parte por el todo en el Espacio Incaa Unicen, de cara a un nuevo aniversario del 24 de marzo de 1976, fecha del golpe cívico-militar que instauró en el país la más feroz dictadura de su historia, instituido como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Los eventos se prolongarán hasta el lunes y tendrán su epicentro hoy, con la repintada de baldosas en la pirámide de la Plaza Independencia a las 10 y la vigilia nocturna en el mismo espacio como punto cúlmine. Durante toda la tarde, habrá variadas actividades en distintos puntos de la ciudad.
“Repetimos la experiencia del año pasado con estudiantes secundarios, en 2018 proyectamos La memoria de los huesos, sobre antropología forense y cómo se reconstruye la vida a partir de los restos óseos. Este año se abordó la temática de la maternidad clandestina a partir de tres casos puntuales de personas que nacieron en cautiverio en la ExEsma”, explicó Eduardo Martínez, que trabaja área de Derechos Humanos de la Universidad Nacional del Centro.
Con el propósito de aportar a la política de derechos humanos que se sostiene desde la casa de estudios, propiciaron una mirada intergeneracional, una reflexión crítica y autónoma para pensar analizar los crímenes perpetrados por la última dictadura cívico militar. Además, la propuesta se enfoca en generar un insumo para que los docentes puedan incorporar al trabajo áulico, antes y después.
“La dinámica es muy rica, los chicos se sienten interpelados, tratamos de realizar una especie de puesta en común entre todos interpelando a aquellas personas que atravesaron esa etapa oscura, por eso nos apoyaron las compañeras de Memoria por la Vida en Democracia como organismo por excelencia de derechos humanos, y los estudiantes han acompañado la actividad de una manera increíble”, sostuvo Martínez.
Los educadores o instituciones que hayan quedado afuera de las exhibiciones iniciales, pueden solicitar que el cine móvil de la Unicen se acerque a los establecimientos para replicar la actividad y pueda mantenerse el diálogo en el transcurso del año, con el objetivo de que el tema no se agote en esta fecha y atraviese la coyuntura temporal.
La memoria pincha hasta sangrar
El funcionario de la universidad destacó que siempre hay interés y buena recepción por parte de los directivos y docentes de las escuelas para articular con las diversas propuestas de trabajo que nacen desde el espacio de derechos humanos.
Consultado acerca de los procesos de recuperación de la memoria que se han dado en la ciudad, Martínez aseguró que en los últimos años surgieron espacios y áreas que tratan de construir la memoria y apelar al “nunca más”, la frase con la que el fiscal Julio César Strassera sentenció su alegato final en el juicio a las juntas militares acontecido en 1985 y que se convirtió en un emblema de la lucha contra la impunidad.
“Tenemos que embanderarnos con la cultura de los derechos humanos que es criticada muchas veces, pero es una herramienta, un elemento central que nos permite entender el presente y construir el futuro. La memoria es activa, es dinámica, el contexto histórico la interpela y atraviesa”, manifestó.
Tandil fue una localidad muy golpeada por el terrorismo de Estado y en los últimos años hubo un gran avance con respecto a reparación histórica y reivindicación de derechos humanos. En esta línea, se celebraron juicios de lesa humanidad, se condenó a civiles y militares responsables de torturas, asesinatos y desapariciones, y se señalizaron los espacios de memoria como el excentro clandestino de detención La Huerta, la quinta de los Méndez y la Comisaría Primera.
En este sentido, Martínez valoró que, a nivel local, se avanzó con la construcción de la memoria en correlación con la perspectiva de la ciudad y sus particularidades, a la que definió como “heterogénea” dentro de la lucha colectiva sostenida.
Baldosas de la Memoria
El jueves en horas de la tarde, en el Campus, se procedió a la inauguración de las “Baldosas de la Memoria”; baldosas removidas de la Plaza de Mayo con reproducción del insigne pañuelo blanco, donación de la Asociación Madres de Plaza de Mayo a la Unicen.
Ante una nutrida concurrencia que se congregó en el lugar, el rector Roberto Tassara apeló a la importancia de obtener justicia en todos los órdenes.
“La mejor justicia que podemos dar los hombres es reconocer a las Madres y agradecer que hayan existido y que hayan tenido ese maravilloso ingenio de eludir la prohibición de reunión y comenzaran a dar vueltas en la plaza”, reconoció.
Y agregó: “vivimos tiempos complicados, el principio de la justicia está altamente complicado. Tenemos que ser reflexivos. Nuestra universidad reconocerá siempre estos principios de Memoria, Verdad y Justicia”.
Las baldosas de la histórica plaza, eje de la lucha de Madres y Abuelas, permanecerán desde ahora con su enorme capital simbólico en la Universidad, que bregará siempre por mantener la memoria activa, fiel al compromiso de dar testimonio en momentos difíciles.