En un Taller de la Unicén debatieron sobre el déficit habitacional y los alcances del PDT
El pasado jueves se realizó el Taller sobre Hábitat “Diagnóstico participativo y diseño de instrumentos sobre el acceso al hábitat en Tandil”. El encuentro que se realizó en el salón del Consejo Superior del Rectorado de la Unicén, fue organizado desde el Proyecto de Voluntariado Universitario “Hacia el 2 Foro Local de Acceso al Hábitat”, en colaboración con la Secretaría de Extensión y Transferencia de la Facultad de Ciencias Humanas, a través de su programa “Observatorio Social”.
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En oportunidad de este encuentro desde la facultad se conversó con dos jóvenes investigadores, becarios de Conicet, que se especializan en la temática del acceso al hábitat en la ciudad, quienes impulsan la actividad. La licenciada en Antropología, Agustina Girado y el licenciado en Geografía, Alejandro Migueltorena, quienes además son docentes de la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría y de la Facultad de Ciencias Humanas de Tandil, respectivamente, comentaron sobre el taller, el acceso al hábitat y la cuestión de la vivienda en la ciudad y algunas situaciones particulares sobre el tema como la realidad de Villa Cordobita, el proyecto comercial en Don Bosco y la actualidad del Plan de Desarrollo Territorial.
En relación al taller
Agustina Girado: El taller responde al trabajo que estamos haciendo desde el Voluntariado, inclusive desde experiencias previas de trabajo (la Asamblea de Tierra y Vivienda, el 1 Foro Local de Acceso al Hábitat, etc.). Lo que queremos hacer con este taller es empezar a diseñar instrumentos para construir determinados datos de manera más sistemática. Uno de los primeros problemas que aparece en Tandil y en muchos otros lugares, es la falta de datos o la falta de información que pueda ser recuperada para sustentar demandas particulares o para pensar y repensar determinadas políticas públicas. Es por eso que lo que buscamos en este taller es empezar a transitar ese camino de construir algunos datos puntuales de lo que es el acceso al hábitat. Obviamente como el hábitat es un concepto amplio, que incluye y al mismo tiempo desborda el acceso a la vivienda, también esperamos empezar a vislumbrar con los actores que asistan, cuáles son los primeros problemas que se visualizan, sobre qué ejes tendríamos que empezar a hacer hincapié para construir datos.
Lo interesante de este taller es que, además de estar abierto a toda la comunidad, a las agrupaciones, organizaciones, estudiantes y docentes-investigadores, contaremos con la presencia de dos destacadas investigadoras del Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Ellas son Andrea Cattenazzi y Viviana Colella, quienes tienen mucha trayectoria en planificación urbana con especial énfasis en gobiernos locales. Para pensar cómo podemos seguir, cómo podemos avanzar en algo que lo vemos como un proceso y que es más que interesante y relevante para la ciudad
-¿Qué es el hábitat?
Alejandro Migueltorena: -Entendemos que el hábitat tiene un punto importante en la cuestión de la vivienda pero engloba cuestiones mucho más profundas que tienen que ver con todas aquellas cuestiones que las personas o las familias necesitan para poder desenvolverse bien en una ciudad y satisfacer sus necesidades. Por ejemplo, los servicios básicos, el acceso al transporte público, tener una escuela medianamente cerca, servicios de salud, es decir, todo un conjunto de necesidades que una persona tiene que satisfacer en una ciudad y que va mucho más allá que la cuestión de la vivienda.
Agustina Girado: En este sentido, el concepto de hábitat abarca la vivienda pero al mismo tiempo involucra otros aspectos. Se tienen que respetar las diferentes particularidades sociales, culturales, etc. de todos los habitantes de las comunidades urbanas y rurales.
Déficit de viviendas
-¿Cuál es la situación del hábitat y la vivienda en la ciudad de Tandil?
Alejandro Migueltorena: De alguna forma lo que podemos ver es que en Tandil comienza a evidenciarse que hay un déficit estructural de viviendas, a partir, aproximadamente, de los últimos diez años, que tiene que ver con un modelo de ciudad y también con un contexto nacional, que favoreció las inversiones en la construcción e inmobiliarias, pero destinados a sectores medios y medios-altos. Esto encareció el costo de la vivienda y, por ende, la posibilidad de acceso para los sectores populares. En este sentido, se ve, según refleja la comparación de los Censos Nacionales de 2001 y 2010, cómo la cantidad de viviendas aumenta en mayor proporción que la cantidad de población en Tandil. Aumenta un 22 por ciento la cantidad de viviendas, mientras que la población lo hace un 14 por ciento. Pero resulta que cuando vamos a los números sobre la cantidad de propietarios y la cantidad de inquilinos, vemos que aumenta la cantidad de inquilinos y disminuye la cantidad de propietarios. Por lo tanto eso evidencia que el acceso a la vivienda está cada vez más dificultoso y más restringido. Además se ve que la propiedad se ha convertido en una forma de resguardo de valor para aquellos que pueden hacerlo, aquellos que tienen algunos recursos y necesitan invertir, en vez de verlo como un valor de uso para irse a vivir.
La mirada antropológica
Agustina Girado: Básicamente, lo que vengo trabajando, tiene que ver con el estudio de experiencias de lucha y trabajo de algunas organizaciones sociales en Tandil que están construyendo proyectos habitacionales para acceder a la tierra y la vivienda. Particularmente, estoy trabajando con Mujeres Sin Techo, pero en el marco del Voluntariado nos acercamos a otras organizaciones como la Asociación Civil Docente, la experiencia de Patria Grande, la gente de Procrear, etc. Lo interesante es ver cómo cada una construye una respuesta habitacional y pone en disputa que entiende por ciudad soñada, es decir, ¿qué ciudad quiere construir? Porque el sentido de ciudad es disputado. Lo que yo considero que quiero como ciudad, no necesariamente se puede compartir con otros actores.
El caso Don Bosco
Consultados sobre el debate reciente que hace al Plan de Desarrollo Territorial atendiendo al caso de Don Bosco, Alejandro Migueltorena sostuvo que “ Hay una realidad que es que el PDT se aprobó en 2005, ya pasaron doce años por lo tanto hay que actualizarlo. Esto es un consenso que existe en prácticamente todas las fuerzas políticas. El tema es ¿cómo se modifica y para qué se modifica? Siempre es mejor tener un PDT que no tenerlo, porque de alguna manera permite limitar y ordenar la expansión de la ciudad. La cuestión es que después con las excepciones se desvirtúa el sentido y la efectividad del PDT”.
Asimismo, señaló que “hay otra realidad, y es que el PDT establecía que en la parte de las Sierras se tenía que aprobar un plan de manejo ambiental, que nunca se terminó de realizar e implementar y que es fundamental porque es el que define si se puede construir o no en lSobre el debate, Agustina Girado sostuvo que eos lugares más altos. Entonces, hasta que eso no esté resuelto, lo cual es producto de una negociación política, creo que no se va a poder avanzar en una modificación del PDT”.
Sobre el debate, Agustina Girado sostuvo que el caso de Don Bosco “en uno entre muchos otros eventos locales que posibilita reflexionar respecto a cómo se construye ciudad en Tandil, habilitando procesos de participación social, movilización y lucha por parte de diferentes actores sociales quienes disputan al Estado y a la lógica del mercado el para qué y el para quién de las ciudades, sus sectores y recursos naturales”.
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