Estudiantes y exalumnos de Polivalente expresaron su alegría y llamaron a cuidar la flamante casa
Tras el acto inaugural de la sede, alumnos y egresados de Polivalente compartieron sus opiniones y expresaron la emoción de haber cumplido un sueño. Desde el Centro de Estudiantes convocaron a todos a cuidar esta flamante sede.
El sentido de pertenencia con Polivalente es tan grande que tanto exalumnos como actuales estudiantes sienten esa alegría, esa satisfacción de haber podido finalmente ponerle fin a esta lucha de casi 30 años.
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Algunos alcanzaron a utilizar ciertas instalaciones, otros sólo pudieron usar un enorme terreno baldío, pero serán muchos los que en definitiva disfrutarán de este sueño que se volvió realidad.
Magdalena Gómez Martínez es una de las tantas alumnas que podrá sacar provecho de este nuevo edificio que ayer quedó inaugurado, por lo menos por un par de años. Ella está en quinto de secundaria y lejos de sentir pudor ante la cámara de El Eco Multimedios, con la frente en alto y el pecho inflado de orgullo, sostuvo que “esto es un logro para nosotros. Ver la escuela completa es un alivio para todo el mundo, y que los chicos de primero ya puedan empezar con el edificio terminado, no se puede creer”.
Por su parte, los jóvenes del Centro de Estudiantes se mostraron muy emocionados y contentos. Santiago Pasucci, el presidente, expresó que siente “mucha emoción y mucha felicidad” por estar acompañado de todos los alumnos, profesores y “gente que siempre estuvo con nosotros”. Asimismo, agregó que ahora deben cuidar la sede como se debe, para que futuras generaciones puedan también disfrutarla tanto como ellos.
A Tobías García, secretario del Centro de Estudiantes, lo tranquiliza el hecho de poder terminar su último año de escuela en el inmueble nuevo: “Es un broche de oro para sexto”. Respecto a la placa que se les entregó durante el acto de inauguración, la cual fue una sorpresa por parte de los padres autoconvocados, aseguró que “no nos esperábamos un regalo así”, y contó que “fueron ellos los que nos acompañaron cuando hicimos la toma, como así también en todas las luchas. Estuvieron siempre con nosotros”.
La actual vicepresidenta del Centro, Maira Porto, expuso que si bien está emocionada, al igual que todos sus compañeros, el sentimiento que la invade es de orgullo. Por la lucha que vienen teniendo desde hace tiempo, por sus compañeros y por todos aquellos que la pelearon antes que ellos. Al igual que Tobías, remarcó la importancia de preservar el edificio: “Hay que cuidar y atesorar lo que tanto nos costó”.
Los que pasaron
Pero no fueron sólo alumnos y autoridades los que dijeron presente ayer, en el patio de Polivalente. Muchos exestudiantes se acercaron para acompañar en el acto de inauguración y estar presentes en aquel momento en el que sus sueños se cumplían, porque como varios declaraban, “Poli es nuestra segunda casa”.
Tal es el caso de Laura Soto, egresada de la escuela en 2001 y madre de una alumna de sexto de secundaria, quien afirmó que “es inexplicable lo que se siente por ‘Poli’”, y confesó que “tengo el privilegio de haber podido amamantar a mi hija acá, estando en mi último año de secundaria”. En la misma línea, y con el sentimiento de satisfacción que invadió a toda la comunidad allí presente, confesó que le encantaría volver el tiempo atrás y poder disfrutar del nuevo edificio.
Otros de los tantos egresados que se hicieron presentes fueron Lucía Olazábal y Ezequiel Santillán, ambos graduados en 2013. “Cuando nosotros egresamos, estaba hecho el primer módulo, después empezaron el segundo. La mayor parte de lo que hay ahora era descampado”, comentaron y expusieron que aprovechaban el espacio para ensayar la coreografía de la Farándula Estudiantil.
Si bien manifestaron su agrado por la nueva obra, la cual catalogaron como “muy hermosa”, a diferencia de Soto no quisieran volver el tiempo atrás, sino que declararon que “nos hubiese gustado que todo lo que hay ahora hubiese estado cuando nosotros cursábamos, porque la falta de recursos se siente mucho, y los que vienen a Polivalente tienen ese sentido de pertenencia muy ligado a la falta del edificio”. Siguiendo esta línea, argumentaron que sería completamente extraño y una experiencia nueva “atravesar lo mismo pero con el inmueble nuevo, sin esa lucha de por medio”, y finalizaron exponiendo que será muy distinto para las futuras generaciones.
No obstante, el sentimiento de pertenencia es tal que varios de los exalumnos declararon que les gustaría poder regresar en un futuro a la escuela como profesores.