La campaña por un Estado Laico dio su paso inicial en la ciudad y buscan conformar una mesa local
Se realizó la primera reunión para conformar una Mesa por la separación del Estado y la Iglesia en Tandil. Franja Morada y Convivencia en Diversidad son los grupos convocantes y buscan alcanzar a organizaciones políticas, sociales y religiosas. El pañuelo naranja representa a los que piden, principalmente, por la eliminación del aporte estatal para sueldos obispos.
El primer encuentro se llevó a cabo en el Instituto Regional de Estudio y Gestión (Ireg) con la intención de hacer un llamado a toda la sociedad a ser parte de la formación de la Mesa local por la Campaña Nacional por la separación de la Iglesia y el Estado.
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En un año en el que el poder eclesiástico ha sido cuestionado por su influencia negativa en el debate de la legalización del aborto y por los costos millonarios que implica ser sustentado por fondos públicos, la convocatoria abierta surgió de una iniciativa de Franja Morada y la ONG Convivencia en Diversidad con la intención de que se sumen organizaciones sociales, políticas y religiosas. La idea es que la separación se efectivice fundamentalmente en lo referido a las cuestiones económicas, según detallaron Gustavo Pernicone, de Convivencia en Diversidad, y Juan Hardoy, de Franja Morada. Los organizadores sostuvieron que esto está llevando a una crisis importante a nivel social, cuando en realidad ese dinero podría derivarse a sectores más vulnerables.
De la reunión también participó la Asociación Argentina de Iglesias Inclusivas, que es un grupo evangélico que hace casi un año está trabajando en la ciudad.
La proyección es seguir trabajando en el desarrollo de encuentros para conformar la Mesa. El propósito es dar inicio a una serie de actividades como Apostasías colectivas y otras que permitan seguir informando a la sociedad, principalmente sobre cuestiones puntuales que tienen que ver con los recursos que el Estado aporta a la Iglesia, a la vez de la intromisión de la institución religiosa en la toma de decisiones estatales.
El pañuelo naranja
La campaña nació como una forma de canalizar los reclamos individuales en contra de la influencia de la Iglesia, que normalmente son invisibles. Aunque agrupaciones y partidos políticos de izquierda han impulsado la necesidad de un Estado laico en el pasado, no había un reclamo unificado que movilizara a las bases. La campaña comenzó con un pequeño grupo en redes sociales, que en pocos días alcanzó los 10.000 miembros.
La agrupación representada por pañuelos naranjas promueve el debate alrededor de la necesidad de un Estado laico. El debate por el financiamiento de la Iglesia católica se intensificó este año luego de que el Jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, afirmara que durante el 2018 el Estado nacional dedicará más de 130 millones de pesos a pagar sueldos de obispos cuyo ingreso mensual es de hasta 46.800 pesos. Es que la Constitución Nacional obliga a sostener “el culto católico apostólico romano”, lo que define que, aunque el Estado sea laico y garantice la libertad de culto, existe una responsabilidad por cuidar de las necesidades de esa institución.
Las tres leyes que regulan el dinero que se deriva a la iglesia fueron decretadas durante la última dictadura militar, entre los años 1979 y 1983.
También hay pañuelos de color negro, puesto que hay un sector de la campaña que eligió ese color ya que el naranja fue utilizado por la Iglesia Católica para oponerse a la Ley de Matrimonio Igualitario, batalla que llamó “La Guerra de Dios” y que perdió.
Además, desde la Campaña informan y guían a todos aquellos que quieran realizar el trámite de apostasía, que es una gestión personal mediante la que se procede al a desafiliación de la iglesia católica.
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