La edad promedio de niños adoptados en Tandil ronda los siete años, pero “todos tienen derecho a una familia”
La cuestión relacionada con la adopción volvió a tomar impulso a raíz del debate sobre la legalidad del aborto. Dentro de las propuestas que enmarcan los grupos “provida”, para acompañar su manifiesta postura en contra de la interrupción del embarazo, se alzaron consignas como: “Vos lo tenés, yo lo adopto. Te salvás, lo salvas, me salvas”, “Educación sexual para prevenir, contención para no abortar y adopción para vivir” y una “Ley de adopción libre, segura y gratuita”, entre otros conceptos que proponen a la adopción como forma de evitar el aborto.
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A diferencia de lo que se cree, la mayor dificultad para lograr concretar un vínculo tiene que ver con la falta de adoptantes, ya que si bien hay muchas familias en lista, las condiciones apuntadas en sus solicitudes solo cuadran para un grupo reducido de niños. Esta realidad se da a nivel nacional y local, y a pesar de la reforma del Código Civil aún persisten dificultades para conseguir adoptantes y generar un mejor vínculo.
Existen dos tipos de adopciones, por un lado están aquellas que se llaman de integración y consisten en que el cónyuge adopte el hijo del otro integrante de la pareja. Por otro lado están las adopciones que se dan en niños a los que se les ha dictado el estado de adoptabilidad, luego de que la intervención del Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos del Niño no permitiera que el niño, niña o adolecente (NNA) pudiera volver con su familia de origen, o su familia ampliada.
La jueza Silvia Inés Monserrat, del Juzgado de Familia 1 del Departamento Judicial de Azul con sede en Tandil se refirió a las segundas. Contó que la cantidad de adopciones, luego de los abrigos, es muy aleatoria y no está medida, pero estimó que alrededor de diez o doce NNA por año pueden estar en condiciones de adopción.
Asimismo, las edades también son dispares, pero advirtió que los niños de menos de un año han sido sumamente escasos en estos nueve años y medio de la puesta en funcionamiento del Juzgado. “El promedio de edad ronda los siete años, aunque también hemos tenido adolescentes de 14 años, y una vez uno de 16 en procesos exitosos de adopción”.
Monserrat detalló que el perfil de los postulantes a adopción que manejan desde esta localidad suele ser para niños un poco mayores que los de otros registros, además es común que solicitantes inscriptos en Tandil sean convocados por otros jueces. “Pero hoy por hoy, no tenemos en el registro del Juzgado, adoptantes que busquen NNA mayores a 10 años”.
El Registro Central de aspirantes a guarda con fines de adopción, que es el que nuclea a todos los inscriptos que han sido declarados idóneos, tiene estadísticas en la página de la Suprema Corte de Justicia que da cuenta que a partir de los cinco años de edad, la cantidad de postulantes baja sensiblemente a menos de la mitad de los inscriptos, en tanto que si se habla de 12 años o más el porcentaje “es ínfimo”.
La reglamentación
y el proceso
La jueza indicó que desde que se puso en vigencia el Código Civil y Comercial de la Nación, la Suprema Corte dispuso que una vez dictada la sentencia que determina que un NNA está en estado de adoptabilidad, aun cuando la sentencia no esté firme, el juez debe pedir al Registro que se envíe el listado. Es el magistrado quien determinará las condiciones que deberían reunir los postulantes con una evaluación del equipo interdisciplinario al NNA, por ejemplo si pueden o no ser un matrimonio igualitario, si puede ser monomaternales o monoparentales. “Porque los jueces buscamos familias para los niños en estado de adoptabilidad y no niños para los adoptantes”, explicó Monserrat.
En esta línea reveló que han tenido adopciones muy exitosas con toda clase de familias, desde igualitarias, heterosexuales, monomaternales o monoparentales, muy jóvenes o no tanto. Remarcó que “no hay un perfil más buscado que otro”.
Por otro lado sostuvo que el registro tiene un sistema de software que le permite armar la lista, entonces si hay inscriptos en Tandil con esas características, son incluidos, sino se buscan del departamento judicial Azul, y luego de los departamentos judiciales más cercanos. Si no hay se incluyen todos los que aparezcan hasta un total de 20.Luego el equipo interdisciplinario con el juez evalúa cuáles de esos postulantes son los más aptos para los chicos. “Ahí empezamos el proceso de vinculación”.
Cabe destacar que hay familias muy estructuradas en su perfil, que en sus opciones eligen un solo niño de hasta dos años, por ejemplo, y que aun cuando pasa el tiempo no modifican esa elección. Monserrat contó que hay otras que van cambiando con el paso del tiempo, debido a la sensibilización que les produce conocer el funcionamiento del sistema. “Esto hace que si los postulantes aceptan varios hermanos, y de edades mayores, el tiempo de inscripción será menor, porque van a ser rápidamente convocados por distintos Juzgados”.
Asimismo, contó que si el Registro de la Provincia de Buenos Aires no tiene postulantes para el perfil requerido, el mismo acude a la Red Federal. Esto permitió, por ejemplo, que localmente haya aquí tres hermanos en un muy buen proceso de vinculación que son de otra provincia. Sin embargo, puede pasar que no se logre nada desde esta Red, y en ese caso se hace una convocatoria pública.
Cuestión de tiempos
Con relación a los tiempos, la jueza del Juzgado de Familia indicó que la ley 14528 es muy precisa. “El Servicio Local debe intervenir durante 180 días, luego le envía al juez informes al inicio de la medida de abrigo, a los 45, 90, 120, y 150 días. Cuando transcurren los 180 la ley dispone que el NNA vuelve a su familia o va con familia ampliada, o con un referente afectivo, o se le pide al magistrado que dicte el estado de adoptabilidad”.
Aclaró que excepcionalmente si el Servicio entiende que ha habido avances en el grupo familiar, pero no los suficientes, puede pedirle al juez que amplíe el plazo más allá de los 180 días.
Sin embargo destacó: “No todos los jueces interpretamos la ley de la misma forma y hay algunos que no cumplen con los plazos. Muchos de mis colegas alegan que los Servicios trabajan mal, que no cumplen con las evaluaciones, que no dan oportunidades a las familias de origen y los plazos se alargan permanentemente”. En este sentido se diferenció, afirmando que tiene y ha tenido un diálogo permanente con la Coordinación del Servicio Local para que los plazos se cumplan, ya que están muy estudiadas las consecuencias negativas de las largas institucionalizaciones. “Mi obligación es garantizar los derechos de los NNA, los adultos tienen también certificado su derecho de defensa”, sostuvo, aunque insistió con que no basta la “voluntad”, ya que un niño con sus derechos vulnerados está esperando que “el Estado le de lo que le falta, una familia que lo cuide, que lo proteja, que lo ayude a desarrollar sus máximas capacidades”.
Derecho a una familia
A veces el perfil de adolescentes, niños o niñas con serias situaciones de salud hacen que no se consigan postulantes. Así, según describió Monserrat, el NNA seguirá institucionalizado y bajo el sistema de Promoción y Protección hasta su mayoría de edad.
“Hay muchísimos NNA en estado de adoptabilidad que no consiguen familias alternativas, y ahí ni el sistema de Promoción y Protección, ni los jueces del fuero de Familia podemos hacer nada”, explicó. Entonces, depende que los adoptantes entiendan que todos, cualquiera sea la edad, tienen derecho a una familia, además de que no hay adopciones ni fáciles ni difíciles. En esta línea aclaró que la edad temprana de un niño no garantiza que al llegar a la adolescencia aparezcan conflictos que estaban subyacentes. Y por el contrario, hay adolescentes o “chicos grandes” que han podido elaborar adecuadamente el duelo de su familia, y se adaptan con facilidad a su nueva vida.
“La adopción es un proceso, en el que intervienen seres humanos. Nada está garantizado. Pero sin lugar a dudas, la enorme cantidad de historias felices que hemos conocido en estos años justifican la incertidumbre y el riesgo de iniciarlo”, reflexionó, informando que el proceso que comienza por la inscripción.
Adoptar Tandil, un espacio
de contención entre iguales
Cada año decenas de personas se acercan para conocer el procedimiento de adopción en el país, y la mayoría lo hace con una visión idealizadora de una situación que no siempre es real. A nivel local, para brindar ese espacio de contención es que surgió “Adoptar Tandil”, una organización sin fines de lucro que nació del amor de una pareja.
Rafael Colebechi y Verónica Liand decidieron dar forma a este grupo, que hoy cuenta con unos 13 participantes, número que va variando por la rotación, para poder acompañar a la gente que atraviesa su misma situación en el camino hacia el sueño de la adopción.
Su intención es reflejar la realidad y poner las expectativas a la altura de las circunstancias, brindando una contención real, ya que no siempre lo que el papá o pareja que quiere adoptar está esperando es lo que el sistema tiene para brindarle, porque no está pensado para eso sino en función de las necesidades del menor.
“Es un espacio para charlar del tema, porque hay muchas dudas, cuestiones que no se conocen y que lamentablemente falta un poco de asesoramiento desde las instituciones”, dijo Rafael.
Aspirantes a guarda con fines adoptivos
5.465 personas totales que buscan adoptar
4.816 manifiestan querer niñas o niños de un año
3.880 buscan niñas o niños de cuatro años
820 se postulan para niñas o niños de ocho años
44 solamente adoptarían niñas o niños de 12 años en adelante
4.645 postulantes no adoptarían NNA con discapacidad y/o enfermedad
820 adoptarían NNA con incapacidades
El ejemplo de una vinculación exitosa
Guillermina Farah y Esteban Algueró contaron que su caso sucedió de manera “ideal”, ya que a pesar de todos los trámites necesarios, desde la presentación de carpeta hasta la adopción y otorgamiento de apellido, lograron formar la ansiada familia en menos de un año.
No es casualidad que las cosas se hayan dado de esa manera para ellos, ya que por ítem seleccionados en su planilla su rango de acceso era mucho más amplio que la mayoría. Así, en octubre de 2015 conocieron a sus hijos, hermanos entre ellos y mayores a cuatro años.
Esteban y Guillermina no pudieron conseguir un embarazo naturalmente, pero tampoco lo lograron mediante tratamientos de inseminación ni in vitro. La idea de la adopción no tardó en llegar, aunque llevó un tiempo en “poder procesarlo” e inmediatamente se transformó en una decisión y todas las energías fueron puestas allí.
La pareja confesó que en diciembre de 2014 iniciaron los trámites pensando que demorarían mucho más.
Se asesoraron sobre los procedimientos y dieron el primer paso, el de presentar su carpeta. En febrero de 2015 ya quedaron inscriptos. A partir de allí una seguidilla de entrevistas psicológicas, pericia médica y estudio socioambiental de la casa y ámbito de vida de la familia fueron los meses y atravesando las diferentes partes de la rutina legal.
“Nos imaginábamos que al menos pasarían dos años, mientras tanto seguíamos con los tratamientos”, contaron. “Vos te das cuenta que estás listo para adoptar cuando sabes que va a haber alguien a tu semejanza, aunque sin nuestros genes”, revelaron con emocionante alegría, contaron que esto se cumplió ya que cada uno de los hijos ha tomado gestos y modos de alguno de los padres.
La noticia de que había una posibilidad concreta de adopción los encontró separados, justo Esteban, que es visitador médico, no estaba en Tandil. Ese mismo día le anunciaban el fracaso del último de sus tratamientos de fertilidad. El 23 de octubre de 2015 conocieron a quienes serían sus hijos de ahí y para siempre.
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