La Justicia ordenó el desalojo de la ExMetan, pero la empresa que desmanteló el predio aún reclama la deuda
Ayer, el juez de Garantías José Alberto Moragas, firmó la orden de desalojo para que los operarios que permanecían en el predio de Avenida Lunghi y Luis María Campos -ExMetan-, exigiendo el pago de una deuda, se retiraran del interior del mismo, haciendo lugar a la denuncia efectuada el 20 de febrero por representantes de Metalúrgica Tandil. El gerente local de Metalúrgica, Gabriel Raffa, había denunciado el hecho ante la Justicia tras constatar con un escribano público el impedimento de ingreso que pesaba sobre cualquiera que intentara franquear el portón de acceso.
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Es preciso recordar que, a principios de enero, trabajadores de una empresa mendocina llamada Sticks, que pertenece a la familia Caraganopulos, se apostaron en el sitio alegando que estaban “cuidando el lugar” ejerciendo el derecho de retención previsto en el artículo 2587 del Código Civil.
El conflicto que derivó en esta medida de fuerza, se originó a raíz de una importante deuda que Renault mantiene -según su versión de los hechos- con la empresa que tercerizó para efectuar los trabajos de desmantelamiento del predio de la exMetán. El citado artículo establece que “todo acreedor de una obligación cierta y exigible puede conservar en su poder la cosa que debe restituir al deudor, hasta el pago de lo que éste le adeude en razón de la cosa”.
Roberto Esteban Santillán, uno de los empleados que tomó la planta, habló hace 20 días con este Diario y explicó que “llevo un año acá y durante este año han pasado 10 personas. Ahora quedamos sólo dos, los demás no aguantaron y se fueron porque no hay plata, pero era mucha gente. A todos les debían dinero. Medio sueldo nos pagan ahora, pero las comisiones que nos deberían pagar no nos las pagan”, manifestó y aclaró que trabajaban en blanco.
Tras la orden del magistrado, ayer a la mañana se dispuso un operativo policial en el lugar, aunque el único ocupante que allí permanecía acató la orden sin oponer resistencia y liberó el espacio, que volvió a quedar en manos de la gerencia de Metalúrgica Tandil.
“Queremos cobrar los que nos deben”
El Eco de Tandil se comunicó con Iván Caraganopulos, uno de los propietarios de la firma, quien confirmó el desalojo y aseguró que “acatamos la orden, sacamos los camiones y nuestras cosas, ahora estamos afuera y esperaremos a ver qué pasa”. El empresario afirmó que completaron los trabajos que les fueron encomendados, pero a partir de la abultada deuda que tiene Renault con ellos, la firma no puede abonar los sueldos como es debido.
“Nunca fue nuestra intención quedarnos en un lugar que no nos interesa ni corresponde, lo único que queremos es cobrar lo que nos deben”, sostuvo.
“Lo importante es que nosotros hicimos el trabajo de sacar las chapas de fibrocemento con asbesto, y todo lo que es la estructura, el último trabajo que realizamos -que nos faltaba un 10 por ciento- fue desmantelar un horno de cigüeñales que tenía amianto. Quiero remarcar que a todos los proveedores les pagaron, a los empleados también, y no arreglan con nosotros”, señaló.
“Nunca firmamos un contrato y estamos en un limbo”, esgrimió Caraganopulos. Tras 8 años de relación con la multinacional automotriz –cuya prestación de servicios por parte de la firma subsidiaria era compensada con chatarra y maquinarias en desuso-, Stick exige el pago de 20 millones de pesos porque “no había más material para sacar, entonces reclamamos el pago de los servicios prestados. No hay voluntad de arreglar nada, lo único que les interesaba era recuperar el predio, que ya lo recuperaron. Nosotros siempre hicimos lo que nos pidieron”.
El hombre anticipó que aguardarán que el conflicto se dirima de alguna forma que resulte favorable y aseveró que, si bien tenían un diálogo con Renault, ahora no saben cómo continuará la relación.