La Mesa del Vino local lanzó una capacitación en Poda de Vid para resolver la falta de mano de obra
El recurso humano es una de las necesidades más grandes que advierten los productores de vino de estas sierras. A raíz del grupo que conformaron, lograron diagramar un curso para capacitar a todos los interesados en la temática y así generar conocimiento y puestos de trabajo. Un repaso por la vendimia tandilense y las variedades de la tierra prometida.
La Mesa del Vino de Tandil presentó hoy un curso de “Poda de vid”, su primera acción desde la formación del equipo, que se desenvolverá junto con el Inta y Desarrollo Local del Municipio.
Recibí las noticias en tu email
El mismo será abierto al público, sin costo alguno y lo dictará Matias Lucas, titular de la bodega local Cordón Blanco e integrante del grupo, con la intención de generar recursos humanos y poner al conocimiento de los interesados cuestiones como sistemas de conducción, normas, sistemas, ejecución de poda, podas especiales y prácticas en el campo, además de nociones generales sobre las técnicas.
Esta iniciativa surgió a partir de la necesidad que tienen los productores de conseguir gente para la mano de obra, donde una las tareas más difíciles es precisamente la poda, ya que resulta ser la más sistemática, engorrosa y la que ninguno de los viticultores llegan a terminar antes de la futura floración.
Entonces, en el marco de la Mesa del Vino fue que plantearon la posibilidad de juntar a todos los interesados en conocer la actividad, ya sea para trabajar o para implementar en su propio viñedo.
“Nuestra idea, en principio, estuvo orientada en generar mano de obra y puestos de trabajo”, explicó Lucas, que también develó la gran cantidad de consultas recibidas para la capacitación, aún sin haber lanzado la promoción. Por esto es que estiman que será muy exitosa la convocatoria y, como el cupo es limitado y reducido, no descartan la posibilidad de desdoblarlo o repetirlo más adelante.
El taller durará 16 clases presenciales, de dos horas cada una semanalmente, con una parte teórica que se dará en la sede local del INTA, mientras que las prácticas a campo serán las plantaciones de Cordón Blanco, que abrirá sus puertas para ejecutar lo aprendido. En este aspecto destacaron que se tornaría muy difícil con más de 15 o 20 personas.
La idea es que en junio o julio, que es la época propicia para las podas, la gente ya vaya a los viñedos con conocimientos previos para implementar la práctica.
Necesidades básicas
Dentro de la ya consolidada Mesa del Vino han llegado a la conclusión de que la necesidad más básica que tienen hoy en día es la mano de obra y conseguir gente que ayude en la ejecución de las tareas, es por eso que han apuntado al dictado de este curso.
Generalmente las operaciones en este sector son muy individuales, planta por planta, y por eso las podas tardan mucho tiempo. Cuando son viñedos pequeños puede llegar a hacerlo el propio dueño, pero cuando las extensiones son mayores se torna más difícil. En Cordón Blanco, por ejemplo, que tiene entre 10 y 15 mil plantas tardan aproximadamente dos meses en concluir los recortes. Asimismo, otra de las tareas que resulta engorrosa y continúa a la poda de invierno son los laboreos en verde, que también se realiza planta por planta.
En este sentido, si todo va viento en popa con la capacitación que lanzaron, la idea es poder abordar esta cuestión correlativamente a modo de complemento y así sucesivamente. “El día de mañana, quién dice, podamos hacer un curso de enología apuntando ya a la producción”, estimó Lucas.
Vendimia tandilense
Durante febrero y marzo se lleva adelante en nuestro país la cosecha y recolección de uvas, conocida como vendimia, y Tandil no fue la excepción. Cada vez son más los que se animan a incursionar en este cultivo y van forjando una gran producción en las sierras, constatando las condiciones ideales para lograr buenas plantas y en un futuro buen vino.
Actualmente, y hace unos años, los únicos que ya están poniendo su cosecha en botellas a la venta son los de Cordón Blanco, y al respecto de cómo vivieron la reciente vendimia Matias Lucas contó que este año estuvo complicado por la cantidad de lluvias que hubo en esos meses. “Uno nunca está conforme con la vendimia”, reconoció entre risas.
“Nosotros veníamos complicados ya desde la primavera pasada, pero en nuestro caso particularmente ningún año resultó fácil, así que es cuestión de adaptarse”, indicó, asumiendo que el clima es el único factor que no puede modificarse, así que desde hace tiempo han decidido seguir adelante e intentando.
De a poco en cada explotación van descubriendo qué es lo que mejor les funciona, en este caso precisamente han encontrado que el Carmenere se da muy bien por lo que están apostando firmemente a dicha cepa. “Por una de esas cuestiones de la vida, esta es una variedad totalmente antagónica para el clima tandilense, con una maduración muy larga, pero gracias a la insistencia de un enólogo muy amigo con mis hermanos la terminamos trayendo y hoy es uno de los pocos vinos que estamos pasando por barrica”, contó.
Si bien la gente lo conoce poco, porque sale poca cantidad de botellas, aseguró que enológicamente hablando tiene mucha potencia de fruta, lo que muchas de las otras variedades no tienen, además de buena acidez y mucho color.
Una tierra con potencial
“Hemos hecho un muy lindo grupo de trabajo y con amistad de por medio, nos juntamos la mayor cantidad de veces posibles”, indicó el referente, asegurando que lo logran también gracias al espacio que le seden desde la Dirección de Turismo.
Siempre están en contacto, charlan y hacen “un poco de catarsis” evaluando la situación de cada uno. Ya hace tiempo que se habla del potencial de la zona para lograr buenos vinos y también de la gran disponibilidad de tierra ideal para estas producciones. “La vitivinicultura es complicada de por sí, pero es una actividad linda, por eso siempre estoy incentivando a que sigan, siempre que haya pasión detrás”, resumió Matias Lucas.
Cabe recordar que tras la participación del “1 Congreso de Enoturismo” que se desarrolló durante el 2018 en Sierra de la Ventana, en la cual participaron vitivinicultores de Tandil, fue que se comenzaron a reunir los productores con las áreas de Desarrollo Económico Local y la Dirección de Turismo del Municipio para conformar una asociación a la cual definieron entre ellos como la “Mesa del Vino”.
Actualmente también participan institucionalmente el Senasa, el Inta, el Circulo de Ingenieros Agrónomos de Tandil y el Ministerio de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, para generar capacitaciones en la temática.
Vale resaltar que la organización del segundo encuentro provincial de enoturismo se desarrollará en esta ciudad en noviembre de este año, además de darle continuidad a la participación en distintas ferias y eventos, entre otras acciones.