Malestar en el Conservatorio por el proyecto para el nuevo edificio que les presentaron
“Esto genera más enojo que esperanza”, resumió el nuevo vicedirector del Conservatorio de Música Fernando Agnone. Las autoridades del Consejo Escolar, de la Unidad Ejecutora y de la Provincia les presentaron una propuesta para el terreno situado en Richieri y Avellaneda que no contempla las necesidades de la institución. “En ese espacio no cabemos ni el Conservatorio ni el IPAT, así que hay que rediseñar todo”, aseguró.
La odisea de la comunidad educativa del Conservatorio de Música parece no terminar nunca. Más de un año después de la caída del techo del edificio que llevó a que se mudaran a un espacio alquilado en Belgrano al 700, los problemas no cesan y el proyecto para construir en el nuevo terreno ofrecido en Richieri y Avellaneda dista de ser lo que la comunidad necesita.
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Cabe recordar que en agosto del año pasado, al cumplirse un año de la caída del techo, recibieron la propuesta del Municipio de otorgarles el terreno situado en Richieri y Avellaneda, que pertenecería a la Dirección General de Escuelas, para construir los edificios del Conservatorio y el IPAT.
El presidente de la cooperadora Ernesto Invernizzi explicó que ambas comunidades educativas aceptaron la nueva propuesta de terreno pero a condición de que los edificios cumplan los requerimientos necesarios.
En tanto, el nuevo vicedirector Fernando Agnone expuso que “lo que se aceptó es estar de acuerdo en compartir el mismo terreno y que se construya un edificio que contemple a las dos instituciones, que haya espacios integrados pero con independencia, eso fue consensuado entre ambas instituciones. Se comparte el terreno pero sin perder los requerimientos mínimos que cada institución presentó en su momento”.
“Se estuvo de acuerdo con compartir edificio, pero que cada institución tenga su espacio propio y dentro de ese espacio que se cumpla con los requerimiento que se hicieron oportunamente, que se plasmaron en un proyecto que se desarrolló para el terreno de Las Tunitas (que era el terreno que anteriormente iba a estar destinado a la institución)”, señaló.
Contó que el 26 de diciembre fueron convocados a una reunión, donde estuvieron presentes autoridades de Consejo Escolar, funcionarios del Municipio, el inspector de Infraestructura de la Provincia Antonio Alustiza y dos arquitectos de la Unidad Ejecutora del Fondo de Financiamiento Educativo.
Víctimas de la falta de decisión
Ernesto Invernizzi definió a la reunión como “un poco embrollada” y consideró que “aún no se logra un esquema común entre autoridades y Consejo y la Unidad Ejecutora. No hay un esquema común. Mi lectura es que los profesionales no están habituados a escuchar a la comunidad, no están acostumbrados a escuchar a los usuarios del edificio, además considero que somos las víctimas de la falta de decisión, históricamente”.
El vicedirector sostuvo que “como institución valoramos el hecho de que siga abierta la posibilidad de que nos hagan propuestas, porque dada la coyuntura es muy común que los proyectos queden en la nada. De hecho, el proyecto anterior de Las Tunitas quedo stand by”.
“Desde mi punto de vista hay un cortocircuito total entre lo que proponen ahora, que no tiene que ver con lo que se pidió en el proyecto anterior, es una muestra de la desarticulación que hay entre gestiones, porque lo que proponen ahora en este edificio tiene una capacidad espacial muchísimo menor, casi diría que tiene la capacidad que tenemos ahora en el edificio de Belgrano”, cuestionó.
Y añadió que “IPAT también tiene sus reparos y sus quejas. Por lo que vi ellos están mucho más perjudicados que nosotros, porque siendo ellos una institución muy grande el espacio que les quieren dar es muy pequeño”.
“Es un preproyecto, un ultraborrador diría yo, me llama la atención que a esta altura del año lo hayan presentado, y no entiendo por qué no consideraron los requerimientos solicitados anteriormente”, planteó.
“Esto genera más enojo que esperanza”
Afirmó que “el terreno es interesante por la ubicación, pero no es grande y menos para dos instituciones. El proyecto que nos presentaron contempla para el Conservatorio tres plantas y para el IPAT dos. En ese espacio no cabemos ni el Conservatorio ni el IPAT, así que hay que rediseñar todo”.
“Nos hicieron esta propuesta muy caótica. Me llamó la atención que cuando pusieron el plano en la mesa ya algunos profesionales lo venían objetando, es como que nos mostraron algo muy crudo, como si tuvieran que presentar algo antes de terminar el año. Entre los consejeros hay distintas miradas también. Nosotros estábamos como espectadores de la rosca, nos dejaron una especie de papa caliente, agradezco que lo tengan en cuenta pero esto genera más enojo que esperanza”, lamentó.
Invernizzi explicó que “la semana pasada el Conservatorio convocó a la comunidad para corregir y hacer las observaciones de esa propuesta, ya hicimos una devolución escrita, crítica, sobre esta propuesta. Ya se elevó nuevamente, se señalan todas las insuficiencias y los retrocesos respecto del boceto para Las Tunitas, lo vemos como un retroceso”.
“Además de la falta de espacio, un elemento fundamental es que el Conservatorio cuando se conversó en 2016 con los arquitectos de La Plata era pensando en una matrícula de 2 mil alumnos, hoy la de 2019 fue de 750 alumnos aproximadamente. Si pensamos que la ciudad crece rápidamente y este es un edificio para 50 o cien años no podemos decir está bien porque hoy entra la matrícula de hoy, hay que pensar con proyección a futuro”, recalcó.
Fernando Agnone explicó que “ahora estamos temporalmente en un edificio en el que no entramos, tenemos serios problemas acústicos que fueron planteados en una reunión anterior, y en esta nueva construcción no se especifica si se va insonorizar. En el de Las Tunitas estaba y en este no”.
Invernizzi señaló que “si nosotros no estamos atentos a señalarlo, los profesionales lo pasan por alto, es un tema muy serio, hoy estamos pagando muy fuerte la falta de insonorización de Belgrano, tenemos un reclamo puntual de ese tema del cual esperamos respuesta”.
“Apenas comenzó el año, la cooperadora encargó a un ingeniero en sonido un estudio que hizo una medición de todo el ambiente y los resultados técnicos daban que la salida de sonido de las aulas supera los decibeles a los pasillos de modo tal que se amplifican los sonidos en los pasillos, y supera las normas ISO que tiene el Ministerio de Educación de Nación para considerar que un ambiente produce contaminación sonora, e incumple con el reglamento general de escuelas de lo que es un edificio saludable”, manifestó.
Asimismo, indicó que “el centro de estudiantes recogió testimonios de alumnos de cómo estudian con instrumentos muy fuerte al lado, la contaminación sonora, se lo elevamos a Consejo Escolar”.
“Tenemos una propuesta que el ingeniero hace de reformas al edificio que pueden poner los sonidos en volúmenes aceptables para la enseñanza”, indicó.
En tanto, el vicedirector aseguró que “agradezco que nos manden un boceto pero esto es como arrancar de menos 10”.
Contaron que tienen una convocatoria para el 17 de enero y esperan tener al menos una respuesta respecto a la posibilidad de se pueda destinar dinero del Fondo de Financiamiento Educativo para concretar los trabajos e reformas este año y de ser posible, antes de que comiencen las clases.
Ana Fernández, del Centro de Estudiantes, explicó que “lo más urgente es la respuesta respecto al edificio de Belgrano, porque por un largo tiempo vamos a estar ahí” y contó que tienen experiencias muy negativas porque al no haber insonorización, por ejemplo en su caso tuvo que interrumpir un examen de piano, por no poder concentrarse debido a los ruidos de otras aulas.