Músicos locales se unieron para avanzar con un proyecto de ordenanza que regule la actividad
Días atrás, más de medio centenar de representantes del ambiente cultural se dieron cita en el club Ferro. El intercambio permitió conocer la realidad de los músicos y la necesidad de avanzar con una propuesta integral que aborde las distintas cuestiones vinculadas a la actividad.
Movidos por la necesidad de contar con un marco regulatorio, músicos tandilenses comenzaron a discutir sus problemáticas y necesidades con el objetivo de avanzar en un proyecto de ordenanza que aborde la actividad desde una mirada integral que parta de la revalorización de los artistas.
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La iniciativa surgió con el impulso de los integrantes del espacio denominado MITO (Músicos Independientes de Tandil Organizados) y con el tiempo sumó nuevos actores.
Días pasados, y preocupados por el vació normativo existente, más de medio centenar de referentes de la escena musical tandilense de distintos estilos se reunieron para dar un primer paso en el camino por lograr ordenanza que además aborde la cuestión de las habilitaciones y el fomento de la tarea bajo enfoque distinto.
En tanto, la concejal del Frente de Todos, Guadalupe Garriz, participó del encuentro y asumió su compromiso de colaborar con la tarea e incluso poner en conocimiento a los integrantes de la Comisión de Cultura del Concejo Deliberante con la perspectiva de generar un trabajo en conjunto.
En representación del grupo, Mauricio Martínez, Alejandro “Chume” Olariaga, Josefina Mackeprang, Ludmila Demarco y Guillermo Irigoyen, plantearon el tema ante El Eco de Tandil y anunciaron que el nuevo encuentro será el martes 10 de marzo, cita que tendrá el desafío ampliar la convocatoria y sumar a la mayor cantidad de voces posible a la discusión.
Una necesidad que lleva años
En principio, coincidieron en señalar que el acercamiento surgió a raíz de una necesidad “de hace años” para regular ciertas cuestiones que forman parte de la actividad y que los músicos deben transitar desde el inicio de la carrera y su paso por los escenario.
“Hay una gran necesidad a partir de situaciones que se dan en los recitales, festivales o contrataciones que el público no logra captarlas pero que suceden”, planteó Mauricio Martínez para graficar el modo en que surgió el tema, reforzado por planteos a través de las redes sociales.
Sin embargo, la tarea comenzó unos años antes a través de la asociación MITO y, con el tiempo, derivó en la apertura hacia otros referentes de la escena musical local para que, “entre todos, aportemos en mejorar ciertos aspectos que son los que hay que trabajar a partir de ahora”.
El planteo
En cuanto al esquema actual, “Chume” Olariaga repasó que “dependemos mucho de la buena voluntad de los privados y del Estado”, y eso “no es lo que esperamos porque siempre surgen invitaciones en las que los músicos no ganan nada”.
Y argumentó que detrás de cada presentación “tenemos nuestros costos” y aclaró que “no lo hacemos porque sea nuestra forma de expresarnos”.
De allí, la lucha para lograr el reconocimiento de “la música como un trabajo”, aportó Josefina Mackeprang. Desde allí, “pensar cómo se desarrolla esa tarea”, tanto para ofrecer un producto de mejor calidad como “para que nosotros tengamos dignidad”.
En principio, la tarea partirá de tres conceptos centrales que apunten, en primer lugar, a conseguir el reconocimiento de los músicos como trabajador de la cultura pero también a avanzar en habilitaciones de los lugares.
En ese sentido, Olariaga alertó que los espacios existen pero que falta el compromiso para que sean abiertos a la presentación de bandas “por temor a ser denunciados por ruidos molestos y que el Municipio les clausure el local”.
Así, la propuesta podría avanzar hacia la implementación de franjas horarias para que “todos podamos trabajar” y derribar el concepto que vincula a la música como ruido molesto: “Es nuestra forma de expresarnos”, comparó.
El tercer aspecto a desarrollar partirá de la necesidad de crear un área de fomento que cree una comisión integrada por los distintos actores, junto al Estado, que acompañe la actividad y regule la convocatoria a festivales.
“No es un favor subirnos a un escenario”, objetó el músico sobre la visión que suele tenerse en estos casos y, en contraposición, expresó que “el favor sería ponernos un piso laboral para cada una de esas presentaciones en escenarios con artistas consagrados”.
“Pelear por nuestros derechos”
En relación al intercambio que se celebró el martes pasado, Ludmila Demarco destacó la presencia de más de 60 artistas locales de distintos géneros musicales y estilos. “Somos cada vez más los que queremos pelear por nuestros derechos como músicos; hay muchas bandas en Tandil y solistas y solamente hay que regularizar todo eso”, reflejó.
Por su parte, Guillermo Irigoyen anunció que el próximo encuentro será el 10 de marzo, a las 20.30, en lugar a definir, para comenzar a trabajar en el diseño de la ordenanza.
En ese sentido, adelantó que los participantes se organizarán en comisiones para abordar temas puntuales, delinear las propuestas y avanzar en la confección del documento.