Neonatología, un mundo de entrega para el bienestar de los recién nacidos
La doctora Alicia Cosser explicó el trabajo que realiza hace más de 15 años. En Tandil, al menos en la Nueva Clínica Chacabuco, tienen cien pacientes al año con diferentes tipos de tratamientos. El rol de la familia en el proceso de recuperación.
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Desde el año 2010 se realiza anualmente la campaña Semana del Prematuro, de la que participan maternidades de todo el país, familias de niños que nacieron prematuramente, sociedades científicas y ministerios de Salud de las jurisdicciones. Esta iniciativa no sólo pretende crear conciencia sobre los derechos de los niños que nacen “antes de tiempo”, sino también movilizar a los miembros de los equipos de salud y a la comunidad toda, para garantizar su protección y cumplimiento efectivo. En el presente año, se lleva adelante hasta hoy.
Alicia Cosser es médica y coordinadora de la Neonatología de la Nueva Clínica Chacabuco, lugar donde hace 15 años reciben niños que requieren de atención desde el día cero. Decirlo suena más fácil que vivirlo. Es que detrás de cualquier área de este tipo, un completo equipo debe dedicarse tiempo completo a los primeros días de vida de los bebés y, a la par, trabajar con el grupo familiar que puede llegar a ver la internación en dicho lugar como una frustración, si es que no la esperaban.
-¿De qué hablamos cuando decimos neonatología?
-La neonatología trata a los recién nacidos que tienen algunas alteraciones cuando nacen y se dedica desde el día cero hasta los 30 días y a menores de 3 kilos. Durante la internación se puede extender ese período porque hay bebés que están mucho más tiempo por sus patalogías. Se determina que un bebé vaya a neonatología por su patología y su necesidad. Es decir que si nacen con algún tipo de dificultad o requerimiento de tratamiento, ingresaría a neonatología.
-¿Cómo se trabaja en el área?
-Somos un gran equipo, se trabaja con mucha gente. Tenemos un grupo de enfermeras completo, de muchos turnos, un médico de guardia y siempre precisamos de uno más. Sobre todo en un ingreso que es algo más complejo porque se comienza con el tratamiento. Se necesita personal capacitado, médicos y enfermeros, mucamas, personal de estelirización, porque los tamaños que manejamos son nada que ver a lo normal y a lo que uno está acostumbrado. El material que usamos es muy específico. El sector profesional, aparatología y el lugar adecuado. Se forma de a poco, con mucho estudio y estar actualizándose, porque el sector avanza y así como comenzamos con algunas cosas hoy a veces la tecnología nos supera y eso está bueno para la calidad de atención.
-¿Qué tan chicos son los tamaños con los que se trabaja?
-Hemos tenido chicos muy chicos acá en Tandil. Desde 500 gramos para adelante. Hablamos de bebés que entran en la palma de la mano. Gracias a Dios hemos tenido buenos resultados.
-¿Y el rol de la familia?
-Hoy en día se integra mucho el grupo familiar del bebé. Nosotros tratamos siempre de estar con ellos. Desde antes que nazca el bebé en lo posible, a veces hay embarazos que se sabe que debe ir a neo y otros que te sorprenden.
Cualquier mamá que tiene que dejar su bebé en neo, en cualquier momento, sea prematuro o a término, es una crisis o un estrés.
-¿Cómo se logra eso?
-Tratamos de que haya mucha conexión con la mamá, el papá o algún integrante de la familia. Nosotros queremos que lo antes posible que se recupere la madre, esté con el bebé. Después durante la internación tratamos de que sea lo más apegada posible. Que no sientan eso de que lo tenemos encerrado, que no puede pasar. El bebé es de la madre. La mamá tiene derecho a estar en continúa relación con el bebé, conocer y disfrutar de cierta manera. Cambiarlo, mimarlo, alzarlo, hablarle, alimentarlo… un montón de cosas que ella no se puede perder y que le hacen bien a la evolución favorable del bebé, eso también está comprobado.
-¿Cuando llega el alta es el mejor momento?
-La frutilla del postre es siempre cuando se le da el alta al bebé. El alta es algo muy esperado. Pero a veces, cuando un bebé es complicado y complejo y se logra que pase a diferentes etapas o que se la madre logre canalizar esa preocupación que se tiene cuando las cosas no van tan bien, ahí hay un cambio en la madre y la familia y genera una energía positiva que se vive en el mismo lugar.
-¿Cómo estamos en la ciudad?
-Desde el primer día que llegamos a Tandil tuvimos prematuros y hoy en día, Lola, Facundo, Valentín, uno tiene recuerdos de ellos y los vemos en la calle desarrollándose como personas normales. Es lindo vivir todo su primer momento de recuperación y lograr que se integren a la sociedad sin ningún tipo de dificultad. Es una alegría para todo el equipo.
Fuimos aumentando en estos 15 años. Tandil creció mucho. Tenemos mucha derivación de toda la zona. Tenemos un registro desde que estamos. Arrancamos con 50 pacientes y ahora llegamos a los 100 pacientes al año. Por mes, prematuros extremos tendremos entre dos y tres, que son menos de 1,5 kilogramos. Hay mucha patología materna por la forma de vida que tenemos ahora. Las madres trabajan, tienen hipertensión, diabetes, bajo peso y eso se traslada y repercute.