“Omnipresentes” invade el Museo de Bellas Artes
Una impactante instalación congeniada por Nora Mendivil y Claudio Báez irrumpirá en el Museo con particulares “huéspedes”.
Luego de la presentación de “Guerreras”, una impactante instalación conformada por cientos de estatuillas de cerámica que tuvo lugar durante el 2017 en el Mumbat, la artista Nora Mendivil comenzó a diseñar su nueva obra, conjuntamente con el artista Claudio Báez. Siempre se muestra interesada en producciones de carácter instalativo en las que trabaja a partir de piezas cerámicas que dialogan y se funden con diversos materiales, en esta oportunidad lleva ese dialogo a su máxima expresión.
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La materia abordada en esta ocasión: madera, papel, cerámica, se conjuga con objetos cotidianos de la vida doméstica, los cuales recrean mobiliarios y emergen dibujos y particulares insectos que dan vida a la instalación “Omnipresentes”.
Las verdaderas protagonistas de esta obra son cucarachas, más de dos mil.
La instalación se despliega en tres salas del Museo, dando lugar a un relato inquietante, que narra el empoderamiento del insecto. La puesta comienza con la llegada de las cucarachas a la casa del “artista”. Poco a poco estos seres irán irrumpiendo el espacio interior, la cocina, las alacenas, hasta acometer contra todo lo que está a su alcance, incluyendo la vida misma del propio “artista”: su obra.
Detrás del relato plástico se esconde la poética discursiva de Sexta Roca, quien inspiró a los artistas con su poema: “Nosotras: Recaudación inoportuna de la naturaleza, del ángulo turbio de la noche, su peor mirada. Huéspedes del silencio tangencial del zócalo. A los itinerarios furtivos del Asco Eterno por siempre condenadas. Supernumeraria e insomne aborrecida y milenaria nuestra especie y su calma.” (Sexta Roca).
La elaboración de esta obra llevó meses de intensa producción. Las salas del Museo se transforman escenográficamente en el hogar de un artista. En una primera instancia se podrá ver el exterior de una casa, realizado íntegramente en madera reciclada por Claudio Báez quien se vale de su conocimiento en carpintería.
En una segunda etapa, el espectador podrá adentrarse en la intimidad del dueño de casa. Báez y Mendivil recrean con gran detalle y cuidado la cocina. Delicados muebles realizados a mano se ven aprisionados por los seres que Nora coloca en platos de comida, latas y distintos utensilios domésticos.
Sin disimulo, las cucarachas comienzan a ganar presencia. La tercera sala recrea el “taller del artista” y es aquí donde se apreciarán las obras de Claudio Báez. Retratos realizados en lápiz y carbonilla principalmente, montados con enormes y pesados marcos, donde se valoran simples y delicados personajes expuestos a través de escenas cotidianas: una pareja de ancianos, un niño durmiendo, una joven comiendo, entre otros dibujos.
Esta última sala es la que encierra el clímax de la totalidad de la obra. Aquí las cucarachas son parte de los retratos, perforan las hojas, habitan los marcos, son todo.
Miles de cucarachas se podrán observar repartidas en las distintas salas. Para ello, la ceramista Nora Mendivil trabajó con moldes. Una vez conformados un cierto número de prototipos de distintos tamaños, comenzó a reproducirlos en pasta cerámica y alambre. Se trató de una incansable y metódica tarea que implicó no solo la producción de cada pieza y su horneado, sino también una instancia de esmaltado, que brinda el impresionante aspecto final de extremo realismo.
La apertura de muestra se realizará el sábado 14 de octubre a las 19.30 en el Museo de Bellas Artes con entrada libre y gratuita.
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