Pese a que disminuyeron los accidentes viales respecto al 2018, la cifra sigue siendo elevada
La subjefa del servicio de Emergencias del Hospital Ramón Santamarina, Cecilia Martens, dialogó con El Eco Multimedios y reveló que si bien disminuyó la cantidad de accidentes registrados durante el primer semestre del año, la cifra sigue siendo elevada. Asimismo, destacó que aún no hay un cambio de consciencia respecto a la utilización del casco.
Los accidentes de tránsito continúan a la orden del día en nuestra ciudad, donde prácticamente todas las jornadas se registra uno. No obstante, si bien las cifras del primer semestre son elevadas y muchos siniestros han sido de consideración, en relación con el 2018 el número ha disminuido.
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Así lo informó la subjefa del servicio de Emergencias del Hospital Ramón Santamarina, Cecilia Martens, en diálogo con el ciclo televisivo Tandil Despierta, que se emite por Eco TV. “El número, lamentablemente, siempre es elevado. En el 2018 se registraron 927 consultas por accidentes en la vía pública, pero para poder compararlo con este período debemos tomar los datos del primer semestre”, explicó.
En ese sentido, contó que entre enero y junio del año pasado ingresaron 487 pacientes a emergencias por siniestro viales mientras que en igual período de este 2019 lo hicieron 420, es decir que la cifra se redujo prácticamente un 14 por ciento.
“Remarco lo primero que dije, que la cifra siempre es alta. Pero si se lo mira desde otro punto de vista, es un dato positivo ya que hay una reducción”, indicó y señaló que de todas maneras siempre hay que considerar que cuando ocurren estos accidentes la recuperación también implica un período importante.
Si se realiza un desglose de los 420 siniestros registrados, de los cuales algunos fueron fatales y en otros tantos las lesiones fueron de gravedad, se advierte que 324 son con vehículos a motor, ya sean carrozados o motocicletas. En tanto, indicó Martens que son alrededor de 60 los que no involucran automóviles. “Por ahí el número no da exacto porque hay otro tipo de accidentes en la vía pública que también están contemplados. Pero se podría decir que tres de cada cuatro involucran vehículos motorizados”, manifestó.
Entre 15 y 54 años es el porcentaje más grueso de pacientes
Lógicamente el tiempo de recuperación y de permanencia en el Hospital Santamarina depende del grado de traumatismo que presente la persona que arriba. El politraumatizado suele estar meses, e incluso años, para poder reinsertarse laboralmente o para lograr retomar sus actividades cotidianas.
“La recuperación es muy variable. Es muy amplia la patología que presentan cuando ocurre el accidente, desde lo más leve a lo más complejo. Obviamente que el paciente que más grave está es el que más tiempo lleva de recuperación”, aclaró la subjefa del servicio de Emergencias. Asimismo, señaló que también varían mucho los requerimientos a los tratamientos y el lugar al que irá el lesionado: “Después de estar en Terapia Intensiva, muchas veces aparecen lesiones retardadas o complicaciones esperables, lo cual retarda mucho más la recuperación y la rehabilitación”.
El hecho de que el tiempo de internación sea de varios meses “genera un costo muy grande para el sistema” debido a que el paciente internado no produce, no trabaja, y luego también le cuesta mucho volver a insertarse.
En ese aspecto, cabe destacar que el porcentaje más grueso de pacientes que están involucrados en accidentes en la vía pública con vehículos a motor son aquellos que están en edad laboral o escolar: entre los 15 y los 54 años.
El uso del casco
Pese a que a fines del año pasado el Concejo Deliberante y el Sistema Público de Salud de Tandil lanzaron una campaña de concientización sobre el uso de casco para prevenir las graves consecuencias en los siniestros viales, la realidad es que no ha hecho tenido el efecto esperado.
Con el lema “Usá casco siempre”, profesionales y autoridades del sistema de salud prestaron su colaboración para filmar los spots que forman parte de la iniciativa y fueron concebidos bajo la premisa de que, si bien el sistema de emergencia y los hospitales están preparados para recibir y ayudar a las víctimas, la mejor herramienta es la prevención y el uso del casco.
Sin embargo, Martens señaló que si bien hubo una disminución de accidentes, la realidad es que no hubo grandes cambios en torno al uso del yelmo: “No sé si se puede registrar un cambio de consciencia. Así que esto es más una percepción personal, pero cuando ando en la calle veo cómo transitan las personas en moto y la realidad es que no advierto mucho uso de casco”.
Reveló que otros inconvenientes que surgen se dan cuando, producto del impacto, el casco se les sale o cuando el que utilizan no es de buena calidad y al chocar se rompe.
“Se nota muchísimo la diferencia cuando llevan casco, o usan uno de calidad, y cuando no lo hacen. Por supuesto que interfiere también la cinética y el impacto del accidente, porque obviamente una persona que va en una moto solo tiene protegida la cabeza, pero hay otros órganos vitales que pueden ser afectados, como el hígado o alguno de la cavidad abdominal. Entonces, por más que lo usen, un fuerte accidente puede ocasionar potencialmente la muerte”, declaró.
Añadió que la diferencia está en los choques menores, puesto que cuando la persona sale despedida o golpea contra otro vehículo de mayor porte, el impacto en el cráneo estará amortiguado por el casco.