Premiación del concurso “Mis raíces inmigrantes”
El certamen se organizó con el objetivo central de promover la actividad cultural y, específicamente, la investigación de las raíces familiares.
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Con un formato de “relato con base histórica”, los participantes lograron explorar las historias familiares de los antepasados inmigrantes, las costumbres y tradiciones, y el legado cultural presente en cada familia.
Los trabajos fueron evaluados por un jurado integrado por Valeria Rabal, Daniel Eduardo Pérez y Néstor Dipaola, que, previa lectura de los diferentes relatos, deliberaron para discernir en primer lugar los finalistas y luego las premiaciones más importantes. En un momento del acto, invitados a usar de la palabra por parte de la locutora María Inés Mazza, hicieron referencia al intenso trabajo que demandó la lectura y juzgamiento, pero coincidieron en que “resultó un placer, por la riqueza de los textos y por los aportes a la de por sí rica historiografía tandilense”. En particular, Valeria Rabal aludió a los “valores literarios de muchos de los trabajos y al esfuerzo de todos por plasmar para la posteridad, sus vivencias y emociones”. Daniel Pérez hizo hincapié en los “invalorables aportes para nuestra historia, enriquecida, como es sabido, por millares de inmigrantes que llegaron desde hace más de un siglo y medio atrás”.
Néstor Dipaola coincidió con los anteriores y agregó que “también hubo aportes para la microhistoria, es decir la descripción de pueblos y parajes del partido de Tandil, así como de costumbres y situaciones que se desarrollan en estas comunidades”.
Tras breves palabras de bienvenida a los presentes, por parte del intendente Miguel Lunghi y del presidente del directorio de Petrotandil SA, Alfredo Gagetti, se entregaron certificados a los 85 participantes.
Luego se procedió a hacer entrega de los premios correspondientes a diez menciones.
Ansiedades y emociones
Los momentos finales de la emotiva premiación, obviamente se reservaron para la mención especial y para el primer premio. Allí es cuando la locutora nombró a Laura Restelli en su carácter de adjudicataria de la referida mención. Su trabajo versó sobre ancestros italianos. Y la autora recibió una valiosa orden de compra de combustibles, que podrá utilizar en las diferentes bocas de expendio de Petrotandil SA.
Por último, de un modo casi similar a las más importantes premiaciones a nivel nacional en distintos órdenes, en un marco de gran expectativa y profundas emociones, la locutora, de modo enfático, anunció a María Valeria Aramburu como ganadora del premio principal, por decisión unánime del jurado, al igual que en los demás casos. Sus recuerdos, vivencias, pero sobre todo su excelente relato, le permitieron adjudicarse un viaje a la tierra de sus ancestros, para dos personas, por el término de 10 días, con gastos pagos de los respectivos pasajes aéreos, traslados, alojamiento, asistencia al viajero, en régimen de media pensión.
Comentarios
del jurado
Los integrantes del jurado realizaron el siguiente comentario respecto del texto que resultó ganador entre 85 propuestas elevadas al importante concurso:
“El mar en sus ojos”, de María Valeria Aramburu, es un texto atrapante en el que se cuenta la amalgama de la vida cotidiana en distintas épocas y lugares. Se inscriben dolores y alegrías, encuentros y desencuentros, muchas memorias y algunos olvidos.
El trabajo refleja la profunda identidad con las raíces del país vasco, de donde era originario el tronco, pero con una clara integración armónica con la cultura local, la tandilense. Queda claro también el amor al legado y el aporte en su escala, al quehacer de la sociedad que lo recibió.
La descripción de viajes, pueblos y costumbres no es enciclopédica. En pocos trazos, con un lenguaje ajustado y fluido, nos muestra a abuelos, padres y tíos -niños o mayores- en barco, de a pie, en carro, en auto, en camión o en avión transitando por Tandil, Gardey, uniendo diferentes provincias argentinas, separando o uniendo dos continentes.
Con destreza, la narradora se convierte en protagonista del relato. Muestra la realidad actual y destaca gestos, elementos, detalles precisos que le confirman una vida común entre familiares separados por un océano y el tiempo. La lectura de esta historia atrapa al lector, genera tensión hasta sus últimas páginas en las que narra una emotiva situación, sin abusar de sentimentalismos ni reflexiones.
El relato se va apagando junto a la vida del abuelo y bastan dos párrafos finales para evocar y para valorar, sin lamentos, el pasado, el presente y el futuro.
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