Un experto en agroecología logró un nutrido debate sobre prácticas sustentables
Hace tiempo que el agrónomo egresado en la UNLP Santiago Sarandón propone un cambio de paradigma en la forma de hacer agricultura, ya que la existente no tiene futuro. “Estoy planteando una revolución del pensamiento, un modelo diferente”, aclaró. El encuentro dio lugar a un intercambio enriquecedor y dinámico sobre la temática con diferentes miradas, inquietudes y posturas.
Con la intención de seguir divulgando la imperante necesidad de un cambio de paradigma que aporte estrategias y criterios para el diseño, evaluación y manejo de agroecosistemas sustentables, el especialista Santiago Sarandón visitó la ciudad.
Recibí las noticias en tu email
El marco del encuentro se dio en el Museo Municipal de Bellas Artes (Mumbat) y fue una iniciativa generada por el Programa de Conservación Comunitaria del Territorio de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Unicen, junto a la Dirección de Medioambiente y la Dirección de Asuntos Agropecuarios del Municipio.
La convocatoria fue exitosa y contó con la presencia de estudiantes, funcionarios municipales, docentes, miembros del INTA y profesionales del área en general. La propuesta se dio en torno a los 50 años de la Facultad de Veterinarias, desde donde Andrea Caselli, médica veterinaria y miembro del programa, calificó como un orgullo el poder darle una nueva mirada a la agroecología con la presencia del ingeniero.
Casi 40 años de profesión recorridos han llevado a Sarandón a reflexionar sobre el hecho de que haya que agregar un adjetivo a la palabra agricultura para explicar que es sostenible, ya está reconociendo que hay otra que puede no serlo. En esta línea, el experto manifestó que lo que está ocurriendo en los últimos tiempos es que se está percibiendo que hay una forma de hacer agronomía que no tiene futuro, y por el contrario, se necesita que se pueda mantener en el tiempo.
Los importantes problemas ambientales y sociales de la agricultura moderna señalan la necesidad de lograr un cambio hacia la agroecología, que está emergiendo con gran fuerza, como un nuevo enfoque científico que pretende encarar este desafío desde otro paradigma. “Estoy planteando una revolución del pensamiento, un modelo diferente”, aclaró.
A su vez, dejó en claro que este modelo al que llaman “tradicional” tampoco ha logrado solucionar el problema del hambre en la población mundial que actualmente denota que hay más de 1.200 millones de personas desnutridas, con dietas que no cumplen el mínimo necesario de calorías.
La revolución del pensamiento
El experto fue más allá de los conceptos y teorías, manifestando que su planteo se trata más bien de “una revolución del pensamiento, un modelo diferente”. Así también dejó en claro que el rinde es una concepción que queda un poco primitiva, respaldando la idea de que una producción rinda mucho a cualquier precio no tiene sentido, porque los números se van en costos como el fertilizante y la máquina que lo aplica, semilla de alta genética y pesticidas para las plagas.
En este sentido, diferenció que la agroecología promueve que la agricultura baje los costos. Propone reemplazar esos insumos por procesos ecológicos, mejorando los mecanismos naturales para controlar plagas, que a su vez requieren de otros conocimientos.
Ante esta afirmación, surge inmediatamente la pregunta de si realmente resulta posible. “Claro que sí”, alegó y reconoció que hay campos que se manejan sin aplicar pesticidas y rinden muy bien y ganan mucho más dinero al disminuir enormemente los costos. En este marco, presentó el ejemplo de La Aurora, un establecimiento ubicado al sudeste de la provincia de Buenos Aires, en Benito Juárez.
Es un proyecto de tipo familiar que tiene una superficie de 650 hectáreas totales, de las cuales 186 corresponden a “bajos”. Las conclusiones, luego de la transición de un sistema moderno a la aplicación del enfoque de la agroecología, denotan que se generó un manejo totalmente diferente al convencional llevado adelante en la zona.
La puesta en práctica de los principios teóricos de la agroecología permitió fortalecer los procesos naturales, estabilizar costos y rendimientos, disminuyendo el riesgo para el productor y brindándole la tranquilidad que él buscaba.
Derribando los mitos
Luego de casi dos horas de exposición ante una sala atenta y receptora, se dio lugar a un intercambio que resultó sumamente dinámico.
La consulta de los presentes empezó girando en torno a la manera de comprometer a los agricultores, ingenieros y municipios en este camino. Para esto, el profesional mencionó como ejemplo a seguir la formación de la Red Nacional de Municipios y Comunidades (Renama) que busca el intercambio de experiencias y conocimientos para la transición hacia la agroecología del sistema agrario. “Uno ve que ahora hay productores que eligen el sentido agroecológico y buscan profesionales que se animen a acompañarlos”, entusiasmó.
Por otra parte, volvió a surgir el debate sobre el modelo que existe actualmente como el salvador para terminar con el hambre en el mundo. “Eso es mentira, la misma FAO está trabajando en un convenio que entiende a la agricultura ecológica como la que va a interceder por el alimento para todos”, sostuvo. Aseguró entonces que se está rompiendo con esa teoría.
En tanto que, desde la Dirección de Desarrollo Económico Local, Mauricio Madarieta, se comprometió a seguir con esta línea de pensamiento al menos desde las capacitaciones de estas características para que cambie “el chip” de la gente.
Las inquietudes también giraron en torno a la necesidad de políticas públicas para incentivar a los productores a encarar este camino, para lo que se compartieron las experiencias en el municipio de Guaminí y Trenque Lauquen que son interesantes en este sentido. En la última, si bien no prohibieron los usos de agroquímicos, empezaron a fomentar la otra alternativa, mostrando el éxito de casos locales. A diferencia de la primera localidad, donde impidieron la aplicación y solamente generó más rechazo en los productores.
Como funcionarios, desde el Municipio advirtieron que no se puede imponer al productor cómo producir ni hacer un corte abrupto. Entonces, lo que ven viable como camino es buscar consenso y trabajar lo más rápido posible en encarar esta alternativa.
Asimismo, no faltó el comentario sobre la afectación de la nueva Ley de Semillas que busca tratar el Congreso de la Nación, a lo que Sarandón manifestó que en la agroecología consideran “muy importante la conservación in situ”, por lo que cualquier restricción al uso de cualquier tipo “sería un horror”. “La mayor cantidad de semillas que tienen los productores agroecológicos no son comerciales pero sí tienen valor para ellos”, garantizó.
Tandil agroecológico
“Yo iría por esa marca, por sumar y no prohibir, diferenciar a la ciudad con ese valor agregado”, propuso Santiago Sarandón. En el marco de intercambio, también intervino Natali Lázaro, integrante del Círculo de Ingenieros Agrónomos de Tandil, y contó que los profesionales del área están en un proceso de transmisión, trabajando mucho en la agricultura de procesos y poniendo el foco en lograr que detrás de cada alimento que se produzca aquí haya un profesional detrás.
Como parte del INTA, Fanny Martens apoyó la perspectiva del expositor, aunque alegó sentir que el peso de la carga sobre los agrónomos sería pesada. También se refirió al uso de los suelos y la legislación vigente, donde impera una necesidad de modificación.
“Lo ambiental vino para quedarse y los ingenieros tienen que aggiornarse y saber que no hay marcha atrás”, remarcó Sarandón. Como docente, apuntó a que es necesario formar profesionales mas flexibles porque hay una inflexión en percibir como amenaza lo ambiental.
Mini Bio
Sarandón cursó agronomía en la Universidad Nacional de La Plata y se recibió en 1980 y por aquellos tiempos no existía el concepto de agricultura sustentable. Hoy es una cátedra inevitable en la UNLP, que ha sido una de las pioneras en incorporar la agroecología como una materia de grado obligatoria e integradora.
Actualmente se ha convertido en una autoridad en la materia, que preside la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología y con ese respaldo, ante una sala colmada de gente, aseveró sin rodeos que si los agrónomos aconsejan solamente considerando la economía están en problemas. Los incentivó al asegurar que es poco lo que hay que hacer, sólo se trata perder el miedo y reaprender. “Estudiando y asesorándose hay otra opción posible, porque el modelo agrícola de hoy no es sustentable”, remarcó.